Hart Beat


Como yo tengo una política de discriminación muy positiva a la hora de ir al cine y si no la dirigió Peter Jackson basándose en alguna historia mierdosa de la saga del Señor de los Julandrillos, si no la dirigió Garci, básicamente, el resto entra dentro de mi zona de confort. Por eso, cuando elijo películas como la de hoy, los empleados del cine flipan ya que son un puñado de pre-adolescentes y un servidor y yo echo al acomodador la mirada esa que dice qué culpa tengo yo si padezco el síndrome de Pedro Sartén. Así fue como llegué hasta la película Hart Beat que jamás de los jamases y ni en universos paralelos se estrenará en España, aunque de hacerlo la tendrían que titular truscoluña no es nación, que es lo que significan esas dos palabras holandesas.

Un julay del famoseo se encoña de una pava de barriada periférica y le quiere dar chimpún hasta que pote lefa de la buena

Una chica tiene un accidente con la guagua que lleva a un cantante famoso y se le escoña la bici. El chamo la ve y nota una molestia en los bajos que resulta ser un bulto que le ha crecido porque el rabote se le puso morcillón y a partir de ahí ronda a la pava para sellarle cierto agujero que al parecer tiene pero la cosa se complica por culpa de contratos y obligaciones contractuales o algo parecido. Al ser una película para jóvenes, puedo confirmar y confirmo que no hubo chimpún.

Esto es básicamente la película de siempre con chica que conoce chico, se enamoran, se rondan, se tratan, del roce surge algo, después llegan los imposibles, los desencuentros y demás y al final la cosa se endereza y todos felices y una caja menos de preservativos en la tienda de descuento. La diferencia es que ambos cantan y en muchos momentos de la película los tenemos cantando, aunque no en un musical sino cantando, cantando, como actividad profesional con lucro (en el caso de él). Añadieron un par de historias secundarias, como el amigo gilipollas de él, la amiga zorra-de-mielda de ella, los padres separados de la piva y la bruja que trabaja con el chico y tenemos una peli simple, con historia sencilla y fácil de digerir. Por suerte el director sabía que esto no es algo sofisticado y la película resulta ser entretenida y te pasas un buen rato y hasta me gustó la canción final, esa que nos lleva al final super-hiper-mega-feliz en el que siempre terminan las películas y que no nos permite ver como dos semanas más tarde ella lo intenta matar desquiciada porque es un gilipollas integral. En fin, cine para hartarte con un balde de cotufas y matar hora y media.

Es cine para los miembros más jóvenes del Clan de los Orcos o aquellos que aspiran a pertenecer al mismo en un corto tiempo. Definitivamente, nada que pueda pasar el estricto control de selección de los sub-intelectuales con GafaPasta. A mí me gustó.


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