Hembras à la carte


¿Qué sucede en estas tierras? ¿Será la alquimia un invento neerlandés? ¿es cierta la leyenda de la transformación de las hembras?

Hoy trataremos de dar respuesta a estas y otras preguntas. Si enfiláis hacia el norte y cruzáis varios países europeos, llegaréis finalmente a unas tierras semi sumergidas llamadas los Países Bajos. En ellas vive una raza altiva, donde predomina el pelo rubio, narices afiladas, ojos achinados, mandíbulas cuadradas y gran estatura. Son los neerlandeses, los colonizadores de las ciénagas situadas en esta zona. Esta raza, tan perfecta y jodidamente estructurada, es vista desde el exterior como uno de los hitos culminantes de la supremacía blanca, el orgullo de nuestra raza. Sin embargo, si cambiáis vuestro punto de observación y os infiltráis entre ellos, como yo he hecho, veréis que la perfecta pirámide está llena de grietas y se desintegra por momentos.

La mujer neerlandesa, bella como pocas a los 17 años, madura a los 28 y se echa a perder a los treinta y cinco, momento en el que en algún lugar recóndito de sus cuerpos se activan los miliclitorianos que nombran en la primera trilogía de la guerra de las galaxias. Al igual que con los Jedis, los miliclitorianos comienzan a trabajar y transforman esos especímenes en auténticos hombres, feos, masculinos a más no poder. Esa transformación se culmina en unos tres años. Al acabar, el desafortunado marido se encuentra con que duerme en casa con otro hombre, un hombre al que sus hijos, más que nada por miedo, llaman mamá. Ese nuevo hombre de la casa no tiene escrúpulos, es cruel y salvaje puesto que ha sido creado con el fin de pertenecer a la casta de guerreros más grande que ha existido en el universo.

El hombre holandés, el auténtico, el nacido varón, sabe que esto es así y teme contraer matrimonio con hembras locales. Se aterroriza al pensar que algún día la fémina con la que comparte lecho e hipoteca se transformará al igual que tiempo atrás le pasó a su madre y que ese día su vida se convertirá en un infierno. Estos pobres hombres acusan a la iglesia de sus males, creen que esto sucede por estar malditos, por haber expulsado del país a la única religión auténtica, por haber profanado la catedral de Utrecht borrando las caras de los apóstoles de los frescos que adornan la iglesia. Dios, el único y todopoderoso les mandó una única advertencia. Al poco de mancillar la iglesia una tormenta mastodóntica separó la torre del campanario de la nave central. Tardaron más de 100 años en eliminar los escombros. Nunca olvidaron la lección.

Por eso, el macho neerlandés busca pareja fuera de su tierra. Antes la cosa estaba muy jodida y había que resignarse, pero esos tiempos ya han acabado. Hay Internet, hay agencias de contactos, hay mafias establecidas para satisfacer sus más ínfimos vicios. Ahora el hombre nórdico está a un click de la mujer de su vida, una hembra que será aburridamente hembra toda su vida, que nunca anhelará el cambiar su sexo.

Un paseo por el edificio en el que trabajo nos deja un balance esperanzador. Mi compañero de oficina está casado con una colombiana. Dos puertas más allá hay uno con una Ucraniana, otro con una de Surinam, Vietnam y Alemania. Cuando bajamos a la planta de los desarrolladores de Software nos encontramos con que prácticamente todos tienen esposas extranjeras y pasan sus vacaciones en los países de origen de sus hembras. Hay varios con esposas rusas y cuentan las leyendas de la empresa que las compraron a través de un catálogo, un catálogo que los solteros buscan desesperadamente en todos los rincones para acabar con su soltería. Esa misma leyenda dice que aquel que encuentra el catálogo tiene asegurada una vida de felicidad completa y que puede pagar esa vida a cómodos plazos.

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4 respuestas a “Hembras à la carte”

  1. la excepcion debe ser Miranda la mujer de Julio Iglesias, creo que anda por los treinta y algo.

  2. en todo el tiempo que lleva con ella, jamás han pisado Holanda. Yo creo que ella sabe lo que pasa en esta tierra y por eso vive en España, para protegerse de los malos aires bajo el nivel del mar.

  3. Je je je…me rei con tu post…
    ME REI??? mi novia es holandesa (cielo santo!)
    vivo en Amsterdam, vos tambien por la zona?

    Un saludo

  4. Deberías echarle un ojo a tu suegra. Si se parece a los payasos de la tele, coge un tren, vete a Schiphol y pon tierra de por medio.
    Vivo cerca de la zona, en Hilversum.