Hace un par de semanas el estreno sorpresa era una película de esas en las que no se huele chocho ni embotellado, una peli bélica de submarinos y en la que mezclaban una trama con rusos y gringos todos peleándose para ver quién lo tiene más grande, el submarino, claro. Con un tema así, no podía faltar al cine y ya al entrar noté que casi no habían hachazos en la sala, aquello olía a macho que no veas. La peli se titula Hunter Killer y en España se estrenó con el mismo título.

Unos julays gallardean para ver quien la tiene más grande, más gorda y más hermosa

A un ruso se le sube el vodka a la cabeza y destruye dos submarinos, uno gringo y otro ruso y básicamente nos prepara para la Decimo quinta Guerra Mundial. Los gringos mandan otro submarino a la zona a investigar pero se les acabaron los capitanes chachis y acaban promoviendo a capitán a uno que probablemente sea gitano. Cuando llegan allí, rescatan al capitán del submarino ruso y se montan un pitote que no veas para liberar al presidente ruso de una base militar porque ha habido un golpe de estado como el que hicieron en Truscoluña pero con cojones de verdad.

Yo llegué al cine con pocas ilusiones porque el trailer no promete mucho y resultó que es un pasote de película, entretenida, dinámica, divertida y llena de volatadas que aquí quedan genial. Según va transcurriendo se va volviendo más y más increíble y cuando llegamos a los bolos de la traca final, es que es fastuosa. Los diálogos son épicos y muchas veces te tienes que reír pero consiguen lo que se proponían, que es que te lo pases bien. Obviamente, cuesta creerse la historia pero en eso está la magia, en que por dos horas es posible pensar en un mundo en el que cosas así suceden. Gerard Butler está pasadísimo de rosca como el capitán Machote y quizás por eso me encantó. Parece como que está en una obra de teatro de lo mucho que exagera. Nos ahorraron el masque de algún romance, que es lo que se estila ahora para poner chocho en pantalla y se centraron en los juegos de estrategia que hacen los ejércitos y como unos son más espabilados que otros. Probablemente y sin quererlo han conseguido una de las más amenas películas de submarinos de la historia. El final se les fue un poco de las manos pero es que la historia iba ya tan desbocada que no había manera de encarrilarla.

Como hay mucho diálogo y movidas de submarinos, igual no mola demasiado a los miembros del Clan de los Orcos y es una pena, ya que es el tipo de cine de calidad que ellos deberían ver. Por descontado, no es algo digno para los sub-intelectuales con GafaPasta.