I Love Dogs – Dog Days


Todos sabemos que cualquier persona a la que le gusten los gatos es mala y tiene esa maldad tan enraizada que lo único que podemos hacer es darles un billete para truscoluña y que se vayan a vivir allí con la chusma y gentuza como ellos. Los únicos animales de compañía decentes son los perros y esta película se centra en el tema a conciencia enganchándolo además con una comedia romántica y todo eso. Se trata de Dog Days y en España han rizado el rulo cual si fuera un pendejo y la estrenan la semana que viene con el título de I Love Dogs, sí, en inglés, porque no sabían que truscoluña no es nación también está disponible.

Una julay con calenturas vaginales busca maromo negro que se la empete

Esto son varias historias, como las de la presentadora de televisión con chucho que tiene que trabajar con un compañero de pantalla también con chucho y comienzan a las grescas y acaban con ella gimiendo para que le ponga la pierna encima y no levante cabeza, o esa otra historia de una pava con ardores vaginales que se encoña de un veterinario y descubre que le cae fatal y que lo que ella en realidad quiere es el cacho de carne del tonto que tiene un asilo para perros y que yo diría que es julandrón, julandrón, julandrón, o eso, o tiene el ramalazo y agita la mano como una maricona vestida de folclórica. También hay otra historia de unos que están a punto de parir gemelos y que le dan su chucho al hermano inútil de la pava para que lo cuide y al final como que se encariña del perro y hasta le sirve para echarse novia y conseguir trabajo o algo así.

Tenemos una purriada de historias y todas han de converger en la escena final, vamos, lo de siempre y en este caso, todas relacionadas con perros. Ya se sabe que este sistema conmigo no funciona porque me gustan unas y detesto otras. La de la movida del asilo de perros me provocaba arcadas, la de la televisión molaba a ratos y la del viejo negro que pierde el perro y un chaval lo ayuda a buscarlo es la más interesante. como siempre con este formato, altos y bajos y en este caso, las dos o tres historias interesantes hacen que la balanza al final sea positiva, aunque si me paro a pensarlo, esto tiene más pinta de telefilm que de otra cosa.

Una comedia flojilla que no atraerá a los miembros del Clan de los Orcos ni tampoco a los sub-intelectuales con GafaPasta. Perfecta para acompañar la digestión un domingo por la tarde.