Incuajable


Prácticamente el único propósito de Año Nuevo que formulo cada comienzo de ciclo es también el que desde el primer día sé que no voy a cumplir. Cada año me digo y me repito que voy a escribir un libro, o quizás debería decir que voy a escribir otro libro que no sea el blog y cada año, lo dejo crecer, tomar forma y desvanecerse en mi cabeza pero nunca encuentro las horas necesarias para transferir eso a papel. Igual me debería plantear lo de dictarle al iPad o al ordenador y dejar que ellos lo escriban haciendo de secretarias. Uno de los problemas es que mis líneas de pensamiento van muchísimo más rápidas que mi capacidad para teclear, que es fabulosa y extremadamente rápida. La cosa va de la siguiente manera: desarrollo alguna parte del argumento en mi cabeza, un proceso dinámico, hilarante y que se ajusta al segundo. Cuando lo voy a escribir, la mitad de las cosas se me han olvidado, incluyendo los mejores trozos y lo que me queda es un pálido reflejo de lo que quería contar, con lo que me frustro y lo abandono. Con la bitácora esto no sucede porque en la mayor parte de los casos, pensar y escribir son actividades que suceden prácticamente sin tiempo entre ellas. La idea surge en mi cabeza y es enviada a mis dedos mientras yo la leo y corrijo en la pantalla. Siempre tengo una piscina de cosillas de las que quiero hablar y por el mismo fenómeno que me bloquea a la hora de escribir un libro, desarrollo en mi cabeza desvaríos fabulosos que después olvido y solo me queda un vago residuo de pensamiento del que no puedo tirar para extraer el resto.

Ahora que lo pienso, lo mismo sucede con el Porcas que quiero hacer y no hago. Siempre he creído que la continuación a mi universo desquiciado está en grabar homilías desvariando a tutiplén. Hasta hice una para ver si el sistema funcionaba. Ahí se quedó. Regularizarlo, convertirlo en una rutina es algo que no haré. 

Mirándolo de una manera positiva, al menos este año, con dos cisternas me he deshecho del primer jiñote y de los propósitos de Año Nuevo.


3 respuestas a “Incuajable”

  1. Pues hoy me llegó la fatal y tradicional cagalera -gastroenteritis para los fisnos- del año nuevo ya tradicional en mi, pasó Nochebiuena, Navidad y Nochevieja de maravilla, llega la comida del año nuevo y no falla, a la noche cagalera galopante, pero parece que no va a ser severa, ya me he tomado dos antidiarreicos y he pasado la noche sin defecar, o sin cagar como dicen los vulgares.
    Por cierto, ya toca el resumen de películas del 2015 ¿No? me estoy quedando sin material del ocho p´arriba… 🙂
    Salud