Interludio inmobiliario


Aún ando trastocado con el notición de ayer pero bueno, dejemos caer algunos pensamientos sueltos por aquí antes de la anotación vespertina.

Esto de comprar chabolo es muy estresante. Además de haber visitado más casas que Teresa de Calcuta en un tour por la India y de encontrarme con algunas de aspecto deleznable, he tenido que conocer todo tipo de vendedores de sueños, la mayoría siniestros. Yo tenía muy idealizada la profesión de asesor inmobiliario, pero veo que la sangre gitana le tira mucho a esa gente.

Supongo que se ha notado que entre el viernes y ayer he estado sometido a unas tensiones increíbles, tomando todo tipo de decisiones que embargan mi futuro a corto y medio plazo, juzgando y decretando leyes que regirán mi vida. Ahora que al menos la cosa está clara y que puedo respirar tranquilo entramos en la segunda fase. Es el momento del asesor hipotecario, de discutir cosas con el banco, encontrar la hipoteca más adecuada y comenzar a planear el futuro cercano.

Algo que quizás sorprenda es que en Holanda compras la casa con su anterior propietario dentro. Desconozco la fecha en la que la mujer que habita en mi casa se marchará, pero lo habitual suelen ser tres meses, así que en algún momento entre Noviembre y Diciembre tomaré posesión de aquello que ya es mío en teoría. En ese momento comenzarán las obras. He decidido cambiar la cocina y el baño y quizás haga algo más. Para alguien que disfruta cocinando, ver esas patéticas cocinas con las que mucha gente aquí se muestra satisfecha no es de recibo. Pienso poner la cocina adecuada, con mucho glamour y rincones en los que perder los trastos. En ese entorno, mi legendaria Huevadora tendrá un sitio muy especial.

Para el baño sólo aspiro a tener un retrete con el agujero en el sitio adecuado que en este país les gusta cagar del revés y te ponen el agujero en la parte delantera de la vasija y una plataforma en la parte trasera, con resultados siniestros, como recordaréis los que leéis esto desde hace cinco años. Me niego a terminar de obrar y tener que hacer frente al producto de mi esfuerzo, por más que aquí me digan que es buenísimo el visualizar tus heces para comprobar tu salud. Puedo ser raro, pero no tanto. Si es necesario me traeré un Señor Roca de España.

Otra cosa que quizás os sorprenda es la cantidad de dinero que recibes del banco. Además de cubrir el 100% del precio de la casa, el banco me da el dinero para los costes que supone el hacer todo esto, que son alrededor del 10% del precio de la casa una vez pagas a todos los chupópteros que tratan de succionar tu sangre y tendré también dinero para hacer las reformas pertinentes. Algún día explicaré como funciona el sistema de desgravación fiscal holandés para viviendas porque es bastante curioso.

Y eso es todo. Esta noche reanudamos la programación habitual.