Ja, Ik Wil!


Un par de veces cada año en los Países Bajos tenemos comedia romántica (bueno, quizás sean tres). Las hacen los mismos equipos y en muchas ocasiones tienen hasta los mismos intérpretes solo que en papeles distintos. Al igual que en América y en otros lugares del universo, este tipo de cine atrae multitudes a los cines y particularmente, un tipo de fauna muy especial: las hembras. Parece que están programadas para ver a otra de su grupo sufriendo por amor y no se pierden una de estas y de hecho, estas películas recaudan un huevo en el preestreno cuando hacen la Lady’s Night y se llenan todas las salas de todos los multicines con un par de potorros dispuestos a ver la película en manada. La película de este otoño se llama Ja, Ik Wil!, jamás en la vida se estrenará en España y de hacerlo se titularía truscoluña no es nación y si queremos ser menos rigurosos a la hora de traducir entre idiomas, también se podría llamar ¡Sí, quiero! y obviamente, la canción de Jesulín con el Toa, toa, toa, te la empeto toa tendría que sonar en los títulos de crédito.

A una julay la deja su macho y mientras encuentra otro que la empete bien a gustito, prueba varios rabos

En un bodorrio el novio de una pava la deja y la tía se lo toma fatal. Cuando empieza a recuperarse, cata distintos hombres buscando el tamaño, el grosor y el sabor adecuando y en su trabajo le ponen un becario joven y tiernito, rubio y que la mira con ojos alelados y ella abusa de él sin darse cuenta que ese le quiere poner la semillita dentro una y otra vez.

A diferencia de la comedia romántica holandesa de otros años, en esta ocasión optaron por una única historia, algo que de siempre se sabe que me agrada mucho más. Toda la película seguimos a la protagonista en su afán por encontrar un macho que la satisfaga y que ella no ve que es diez años más joven y está delante suyo. Aunque Elise Schaap no lo hace mal y Martijn Lakemeier es un actor buenísimo, la historia resulta tan conocida y previsible que termina por cansar. Nos reímos con las cosillas que sucedes pero es que llas vemos venir desde dos días antes. Por supuesto tenemos una pareja homosexual, como en todas las películas anteriores y para distinguirla de las otras, en esta ocasión se van a casar y uno de ellos quiere ir vestido de novia, algo que sigo sin comprender pero es sabido que mi ignorancia es gigantesca. También tenemos al que le pone los cuernos a su hembra, el descerebrado, la gilipollas y a todos los demás. Aunque de cuando en cuando te ríes (lo reconozco, me reí unas cuantas veces), a la película le falta un toque mágico para convertirse en memorable.

Esto no se estrenará en España así que ni los miembros del Clan de los Orcos ni los sub-intelectuales de GafaPasta se tienen que agobiar. No es cine para ellos.


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