Jimmy’s Hall


Lo comento con frecuencia, hay directores a los que sigo porque me parece que su cine es interesante y porque aunque pueden tener tropezones, de cuando en cuando te sorprenden con una buena película. No estamos hablando de los directores que generan las pelis que ve todo Dios, me refiero a pequeñas historias, más íntimas y películas que con suerte las puedes ver en la filmoteca, ya que están prohibidísimas en los otros cines. Uno de esos directores es Ken Loach y por aquí he comentado The Angel’s Share o It’s a Free World… – En un mundo libre…. Tiene una nueva película en los cines llamada Jimmy’s Hall y hace ya un mes que fui a verla, aunque como en España no se estrena hasta casi finales de noviembre, no tenía demasiada prisa en hablar de esta historia.

Un julay algo rebelde regresa a Irlanda y se las apaña para sulibellar a todo el poblacho con sus movidas poco apreciadas por el presunto tocador de niños y por los ingleses

Un chamo que se tuvo que marchar desde Irlanda a Estados Unidos por ser considerado un rebelde y un revolucionario regresa una década más tarde y pretende abrir el club social que tenía anteriormente y al que la gente acudía a bailar, hablar, aprender y disfrutar. Inmediatamente, la Santa Madre Iglesia Católica y de los Presuntos Tocadores de Niños se rebota toda y acusa de pervertidos y diabólicos a los que van al lugar, ya que tienen el monopolio de la enseñanza y ellos deciden lo que el populacho puede y debe aprender. Montarán una campaña de acoso y derribo que acabará con la captura del pobre hombre y su expulsión definitiva de Irlanda, todo para que ellos pudiesen seguir abusando de niños inocentes en el nombre de su asqueroso y falso Dios.

Ken Loach vuelve a tirar con munición fuerte y en esta ocasión apunta hacia los valores conservadores y dictatoriales de la iglesia, la cual, cuando se ve amenazada por un supuesto don nadie de izquierdas, no tiene ningún reparo en olvidarse de los putos mandamientos y apunta a matar al pobre hombre. Esta es una historia dura y al mismo tiempo tierna, con amores perdidos, con vidas que notan la carencia de algo que no se les permite tener, con el abuso del poder y de la religión que se agarra al poder como ladilla a güevo. En algún momento pierden el ritmo pero pese a todo, la película es un ejercicio muy ameno e interesante que nos descubre lo que sucedía en Irlanda hace un siglo, posiblemente algo muy similar a lo que pasaba en España, en Italia y en todos los territorios en los que los profesionales de los tocamientos a menores tenían a sus rebaños en los que cazaban sus presas. Hay momentos en los que la definición de los personajes es tan cuadriculada que parecen irreales pero al poco llega otra escena en la que recuperan su humanidad. Pese a sus altos y bajos, es amena, entretenida y merece la pena verla.

No es cine para los miembros del Clan de los Orcos y se acerca más a los gustos de los sub-intelectuales de GafaPasta.


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