La Bahía de Manila de día y de noche


El relato comenzó en El salto a Dubai que comienza las vacaciones

Sin la tensión de tener alguna actividad programada, el último día en Manila y las Filipinas me dejé ir jugando con el iPad y me levanté tarde. Después me duché y salí a desayunar. El hotel tiene un restaurante chino que al parecer da también desayunos pero como que pasé y me busqué un café de toda la vida. Tras el desayuno, cogí la cámara y me fui al Paseo de la bahía, el borde Del Mar y en el que han hecho una especie de cutre-paseo. Llegar allí solo suponía pasar por una plaza en la que todo el mundo me miraba como carne de cañón y más cuando veían mi cámara. Crucé en un semáforo y bueno, el paseo de la bahía de Manila tiene un problema pequeño, minúsculo que yo diría. Parece que todas las aguas residuales de la ciudad van directamente al mar y están allí, en la rodillita. El agua era como una gigantesca cloaca, el hedor era similar al que hueles cuando aterrizas en alguno de los aeropuertos truscolanes y sabes que están rodeado de mierdas y tras hacer un par de fotos, salí por patas. 

Me pillé un Grab a la terminal de barcos desde la que fui el año pasado a la isla de Corregidor. Sabía que tienen cruceros en la bahía de Manila por la noche y quería apuntarme a uno. Resultó que los dos primeros, a las cuatro y a las seis y pico estaban completos así que compré mi billete para el de las ocho. Lo mejor es no mirar los comentarios en tripadvisor ya que mucha gente dice que el hedor a mierda durante el crucero no cesa y como además te dan comida pues comes con ese olorcillo en la nariz. 

La terminal de ferry está cerca del Mall of Asia así que entré en el mismo, busqué los cines y pregunté por la siguiente película, que comenzaba en diez minutos y me compré mi entrada. Entré al cine a verla y así maté unas dos horas y media. Al salir, mega-paseo por El Centro comercial, que es gigantesco y finalmente encontré un sitio que me gustó y almorcé allí asumiendo que la cena seguramente me la saltaría y me dedicaría a hacer fotos. Mi última parada fue en el supermercado para aprovisionarme de bolsas de mango seco, que he comprado en una cantidad suficiente para llenar mi bolsa de cuarenta litros. Es lo único que voy a llevar desde las Filiipinas de vuelta a Holanda. 

Después me pillé un Grab al hotel para dedicarme a prepara la bolsa ya que hasta las siete y media no tenía que estar en la terminal del muelle y regresaría tarde. Aunque la distancia al puerto eran unos dos kilómetros, me tomó más de media hora llegar en taxi, la única opción a menos que quieras una muerte horrenda y decidas caminar al lugar. En el muelle, me asignaron una mesa en el barco y esperamos hasta que comenzó el embarque. Mi mesa, porque resulto que era una mesa solo para mi estaba en la cubierta superior del barquillo. Salimos en hora y al momento descubres la razón por la que el crucero en la bahía de Manila es nocturno. Con la poca luz que escapa del barco se podía ver que estábamos completamente rodeados de basura. En al menos tres ocasiones chocamos contra algún objeto grande, seguramente un cadáver flotando o una nevera. Al pasear de noche, se puede ignorar el tema. La comida era un falso bufete en el que te ponen en el plato una cierta cantidad de cada cosa y si sobra puedes repetir. En la parte del crucero en la que comimos, que en mi caso fueron cinco minutos, no había olores raros pero cuando el barco giró en cierto lugar, el tufo a cloaca y mierda era épico y legendario. Hice mis fotos y una hora y media más tarde regresamos a puerto y desde allí pedí un Graba para volver al hotel.

Fotos y vídeos relacionadas con esta anotación están en En la bahía de Manila por la noche y el relato termina en Un día entero regresando a casa

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4 respuestas a “La Bahía de Manila de día y de noche”

  1. Genín, los pangas no son de agua salada contaminada sino de agua dulce contaminada.

    He añadido un párrafo más con la parte del relato relativa al crucero por la bahía de Manila.

  2. Pues si que has visto fauna marina diversa en estas vacaciones, : corales, peces de colores, truscos como pinos…