La Chimbacoa


Ya comenté en su día lo sacrificado que es hacer una barbacoa cuando uno es chino. Como todos los veranos mi amigo el Chino organiza el evento que revoluciona a toda la comunidad amarilla del país. Uno está tan tranquilo en su casa, comiendo su comida amarilla en su cuenco y con sus palillos y de repente oyes un chimpún característico y sabes que ha llegado un nuevo correo y te acercas a tu ordenador de penúltima o antepenúltima generación porque los Chinos solo compran máquinas malas que funcionen con güindous ilegal, casi como los españoles y cuando miran esa pantalla semiverdosa y que tiembla como si estuviera aquejada por alguna enfermedad papal ven que les ha llegado un correo del Chino. Lo abren temblando de la emoción y se encuentran con una invitación para dos días más tarde en Lunetten, al sur de Utrecht, en la casa del susodicho. Por la lista de invitados saben que serán al menos treinta asiáticos ya que nadie se atreve a rechazar el evento, que todos saben como se las gasta este hombre. Exactamente diez segundos después de haber leído el correo suena el teléfono y no tienen ni que mirar el teléfono para saber quien les llama:

? Mishi Mishi
? Mishi Misho. Aquí El chino por la de tu madre gloria. En momento de tu vida lejano no mucho correo mandar y en mi casa chimbacoa invitado ser y estar si querer tú y poder ? le cuenta el colega en ese idioma tan peculiar que han desarrollado todos.
? Nosotros compromiso tener pero pronto cancelar, que Chino más importante ser y por mundo del nada chimbacoa perder ? le confirma el que ha recibido la llamada.
? Bueno ser y en mi casa esperar, chimbacoa de este año nunca mejor que ser, treinta personas haber y abundancia en comida tener ? confirma para que se queden tranquilos.

La escena se repite un montón de veces y con una lista de la que no se ha caído ninguno de los invitados el colega se acuesta tranquilo porque una vez más, el mayor evento veraniego tendrá lugar en su casa. Todos los invitados tienen algo en común, hablan Chiquistaní y Chino Mandarín en la intimidad, como el hombre me dijo una vez, él no se junta con Chinos cantoneses porque esos son gentuza de clase baja, el equivalente a los parias europeos (y os doy total libertad para que sustituyáis parias por aquella raza, subespecie o gremio a la que tengáis manía). La Chimbacoa está prevista para el domingo así que el sábado, se acerca al supermercado para aprovisionarse. Se va directo a la sección de carne y descubre que hay un montón de carne que caduca en el día a precio de ganga. La compra toda porque es bien sabido que lo de las fechas de caducidad es una leyenda urbana creada por las cadenas de alimentación y las cosas se pueden comer bien superada dicha fecha. Como son chinos no tiene que comprar cerveza y en su lugar se aprovisiona de Chimbacola y de todo aquello que está en oferta. Compra una botella de petróleo para encender el fuego y dos bolsas de carbón del malo. Dado que el evento es en veinticuatro horas, pone la carne en la nevera, la cual parece la boca de una cueva salvaje, con un musgo negro y feroz que crece en las paredes desde hace dos años y que al parecer es sanísimo y aporta iones positivos a todo aquello que guardas en el interior de la misma.

Entre los preparativos logísticos está el conseguir treinta sillas para que se sienten los treinta chinos porque una Chimbacoa no sería lo mismo si la gente se tuviera que quedar de pie. Me llama e ignoro la llamada. Tonto no soy y ya sé por dónde van los tiros. Previamente he bajado las persianas de la ventana delantera de mi casa y desconectado el timbre de la puerta. Ni de coña le dejo las sillas de mi comedor, ya que este hombre no parece captar el concepto y paso de explicarle que unas sillas que valen casi trescientos euros cada una no se sacan a la calle para una barbacoa de gentuza amarilla. Al final terminará pidiendo a los asistentes que traigan sus propias sillas ya que él solo tiene unas doce.

Después de dos años de intensas deliberaciones el Chino ha decidido abrir todas las persianas de su casa e incluso las ventanas para este evento. Es algo increíble y sin parangón, más si tenemos en cuenta que multitud de universidades le han pedido en repetidas ocasiones acceso a su casa para investigar la atmósfera que existía en esta parte de Europa hace dos años, ya que no quedan muchos lugares en los que ese aire se haya conservado sin renovar. El Chino está muy orgulloso de este aire corrupto pero como el año anterior hubo algunas habladurías entre los miembros de la comunidad ha querido cortar por lo sano y con las persianas levantadas y las ventanas abiertas la luz consigue entrar por fin en aquel lugar que tenía prohibido desde hace tanto tiempo. Algunos de sus vecinos se asoman a sus ventanas y lloran de la emoción porque ya habían perdido la fe en volver a ver aquella casa aparentar normalidad.

Para la Chimbacoa lo primero es lo primero y se ponen las tres barbacoas en paralelo, con el carbón debidamente mojado en petróleo y la carnaza encima desde el principio para ahorrar carbón y no desaprovechar ni una sola llama. Por supuesto al encender los fuegos sale un montón de humo que contamina esta primera carne pero a ellos no parece importarles porque al fin y al cabo, es una chimbacoa y han de hacerse así.

La Chimbacola llena los vasos, el Chiquistaní es el idioma más hablado y todo el mundo está comiendo contentos y debidamente protegidos del sol ya que no quieren tomar algo de color y ser considerados de clase baja por lo que hay varias sombrillas repartidas por el jardín. Es todo un éxito y el evento será recordado sin lugar a dudas por la perfección de la organización y la destreza y profesionalidad del anfitrión. Todo marcha sobre ruedas y ya queda menos de una hora para que acaben cuando una de las chinas más viejas sale corriendo y se mete en el baño de la planta baja, el único con un retrete operativo ya que el de la planta alta se rompió hace un año y aún no lo ha arreglado. La china sale al rato medio demacrada y confirma que lo ha chimbado todo, que ha jiñado como nunca antes en su vida. Aún está relatando con todo lujo de detalles como pensó que la había poseído uno de esos virus de ordenador y que moriría con su güindous contaminado porque el estómago se le agitaba sola cuando otro Chino se excusa y sale abierto para el baño. Desde donde están pueden oír la explosión producida por la mierda al superar la velocidad del sonido y se les ponen los vellos de punta por el ruido de las uñas negras y sin cortar del colega que rascan la pared al sujetarse a la misma para hacer más fuerza. El hombre está aún pujando cuando otro comienza a aporrear la puerta para que salga y lo deje entrar. Lo que era una chimbacoa maravillosa se convierte en un drama de dantescas proporciones con treinta chinos que se chimban por las patas pa’bajo.

Algunos acabaron acuclillándose en algún rincón del jardín y descargando su mercancía letal mientras los menos afortunados entraban en aquel baño que tras el quinto bombardeo despedía un hedor insoportable. La gente se marchó farfullando excusas por lo bajo y al día siguiente nadie respondió a las llamada ni a los correos. La chimbacoa se saldó con un cien por cien de bajas y un virus extraño que el Chino achacó a la lechuga aunque la mayor parte de la gente no la probó. Está claro que comprar carne caducada para una chimbacoa no compensa.

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16 respuestas a “La Chimbacoa”

  1. Dices que el 100% cayó así que como confirmaste tu asistencia supongo que también habrás caido. Conociéndole como le conoces, ¿por qué no te quedaste de espectador?

  2. Yo no confirmé mi asistencia porque no soy chino. Lo que sucede, que además de vecino, soy su confidente y me entero de todo, que por algo me mamo el mal aliento en el tren todos y cada uno de los días de la semana y en algunas ocasiones, como hoy, ceno con ?l, que se nos va mañana para la China de vacaciones y hoy lo despediremos a lo grande en el Cartouche acompañados de un gran plato de costillas.

  3. Y seguirá queriendo comer costillas despues de lo de su casa o habrá escarmentado de por vida? y otra preguntita: despues del bombardeo del pobre retrete, seguiría con las ventanas abiertas, no? Este chino es genial, GENIAL.

  4. Si Virtuditas porque lo que estaba malo era la lechuga y no la carne caducada. Y puedo confirmar que todas las ventanas de su casa están cerradas y las persianas bajas desde hace tres semanas, que la Barbacoa este tuvo lugar ya hace unas semanas, en la anterior tanda de buen tiempo. Desconozco si el baño tiene aire respirable porque evito entrar en su casa pero prefiero pensar que oreó el retrete.

  5. Dios!!! Que tío!!! Que putrefacción!!! Y con lo cutre que es no se le da por abrir aunque solo sean las persianas para ahorrar en luz eléctrica?

  6. Alguna vez me he preguntado si existiría una especia de equivalente de Torrente en otras culturas.

    Creo que el Chino es la respuesta oriental.

  7. No creo que sea como Torrente pero peculiar sí que es. Hoy cenando nos ha dado un par de exclusivas alucinante conl as que podré mantener su leyenda las cuatro semanas que se va a pasar en la China. Se tomó tres cervezas y juro por las uñas negras de mis pies que estaba borracho.

  8. Uy…yo con 3 cervezas ya estoy fatal. Pero a los orientales por lo general les sienta bastante mal lo de beber alcohol, por eso de las enzimas. Con esas 3 cervezas, el pobre Chino se sentiría como si se hubiera tomado una botella de whisky.

  9. Curioso lo del chino pero… es que… coñe, releyendo entradas anteriores de tu blog recordé al turco y lo echo de menos. :/ ¿Qué fué de él? 🙂

  10. Lo del Turco fue un drama dantesco. Como no fui a su boda me puso en la lista negra y aunque intercambios un correo de cuando en cuando no hay trato. Nada de lo que haya que preocuparse. Con los buenos amigos yo siempre he creído que lo mejor es tomarse respiros y en un par de años estoy enseñándole palabrotas a sus turquitos de mierda.

  11. Fue en una época en la que hubo varios atentados terroristas en Estambul y aparte de eso, me he hecho un currículo de bodas a las que no asisto y no quería estropearlo. Tampoco fui a la del Rubio ni a la de Dani ni muchas otras. Me aburro en las bodas. REPITO: ME ABURRO EN LAS BODAS y me da pereza ponerme el traje para aburrirme.

  12. Me parto y me troncho. Mis amigos holandeses se pasan la bitácora por Google para taducirla al inglés y se enteran de la misa la mitad. Esta es la versión inglesa del diálogo de arriba en inglés, según google:

    :- Mishi Mishi
    – Mishi Misho. Here Chinese by the one of your mother glory. At moment of your distant life much mail for not sending and in my house chimbacoa invited to be and to be if loving you and being able – the colleague in that so peculiar language tells him that they have developed all.
    – We commitment to have but soon to cancel, that Chinese more important to be and by world of the anything chimbacoa to lose – he confirms the one to him that has received the call.
    – Good for being and in my house to hope, chimbacoa of this year never better that to be, thirty people to have and abundance in food to have – he confirms so that they remain calm.