La época de las setas


El otro día fuimos al bosque a hacer fotos de setas y en particular de las amanita muscaria. Íbamos a un rincón en el que sabemos que ellas se sienten cómodas y efectivamente, había entre cien y doscientas setas en unos pocos metros cuadrados. El lugar es increíble.

Llegamos con nuestras mochilas llenas con cámaras, objetivos y demás trastos. En unos minutos el Moreno y Yo estábamos tirados por el suelo, cada uno a su bola, buscando un ángulo curioso, descubriendo una seta escondida o tratando de capturar un momento mágico. Estuvimos allí una hora. En ese tiempo pasó un montón de gente en bicicleta y se paraban a observarnos. Todas las mujeres nos daban instrucciones sobre lo que debíamos hacer o las setas que en realidad debíamos fotografiar. Resulta curioso. Los hombres te miran en silencio y como mucho hacen algún comentario casual mientras que ellas quieren controlar la actividad y encauzarla. Mi amigo el Moreno es mucho más cortés y paciente que yo. El responde a los comentarios mientras que yo los ignoro completamente.

Pese a la masiva presencia de setas no nos fuimos muy contentos. Había demasiada hierba y un torrente de sol tan grande que estropeaba cualquier intento de hacer una foto medianamente decente. Las setas las asociamos con rincones oscuros en el bosque, claros en los que llega algo de luz pero en los que predominan las sombras y allí teníamos demasiada luz.

El tiempo para encontrarnos con las setas es muy limitado y tenemos que aprovecharlo a fondo. Normalmente duran solo unos pocos días. Aún sigo esperando la llamada de alguien que me sopló que en algún lugar de los bosques que rodean Hilversum, bien escondido hay un Heksenkring o Anillo de Hadas. El día que nos avisen correremos a hacerle fotos.


5 respuestas a “La época de las setas”

  1. Coño!
    Que contradictorio…
    Tato hablar de fotos, con lo que a mi me gustan, y no publicas ni una sola…jajajaja
    Salud

  2. Genín, procesar las fotos que hago me toma un montón de tiempo y no es extraño que hable de ellas y no se lleguen a ver hasta un tiempo más tarde. Para que te hagas una idea, las fotos de animales en Oostvaardersplassen las hice el año pasado en Agosto y Octubre y no se vieron hasta este año en septiembre/octubre. Estuve en Sevilla en enero y aún no he mirado esas fotos, lo mismo con Zaragoza o incluso con Pisa y Florencia el año pasado en Septiembre. Debo tener unas cinco mil fotos que esperan su oportunidad para estar en el candelabro. En el caso de las setas del otro día, es probable que me ponga con ellas muy pronto.

  3. Cómo somos las mujeres de mandonas por Tutatis! En la zona en la que yo vivo se habla de las witte wieven (dialecto para las mujeres blancas). Son bancos de niebla que se forman a ras del suelo. En Zwiep cuentan la historia de una hija de un granjero rico que se había enamorado de un chico pobre. Para ganar su corazón han de enfrentarse a estas brujas. Unos dicen que son almas buenas para otros son simplemente las almas de las brujas que flotan en esta e’poca del año sobre los campos.

  4. Mi amigo el Moreno se levanta a las seis y media de la mañana para ir al polder y hacer fotos con esa niebla blanca mañanera. Le encantan esas fotos en las que no se sabe si lo que vemos es real o parte de un sueño.

  5. ya le pueden encantar si hacen que se levante a esas horas intempestivas por gusto….