La leyenda del samurái – 47 Ronin


Justo antes de ir de vacaciones aproveché para una última sesión doble y por suerte una de ellas era el preestreno de una película que oficialmente llegará a los cines la semana que viene. Por desgracia eso significaba que el cine estaba petadísimo y como fui al que está junto al estadio del Amsterdam, el ArenA, la cantidad de Orcos con sus hembras en edad de ovulación era tremenda y una particularmente se merecía que la ahoguen en ácido sulfúrico y después la rematen desmembrándola, ya que pese a las quejas del resto no paró de hacer estúpidos comentarios a grito pelado durante toda la película, algo por lo que le desearé todo lo peor, siempre. La película es 47 Ronin y a España llegará la semana de navidades con el desafortunado título de La leyenda del samurái.

Un julay criado en Raticulín se junta con cuarenta y seis zarrapastrosos para vengar la muerte de su amo y señor

Un pavo que encuentran en el bosque y que acogen en una aldea resulta que tiene como unos poderes para anormales o algo así. También tiene unas calenturas de que te cagas con la hija del señor feudal y cada vez que la ve se le pone morcillona que no veas. Otro señor feudal tiende una trampa y consigue que les maten al suyo y los conviertan en delincuentes habituales y un año más tarde, el del trozo de morcilla y cuarenta y seis ex-samuráis montarán una venganza espectacular que acabará como el rosario de la aurora boreal.

Después de siete años trabajando en una multinacional japonesa, lo que más me chocó es que todos los actores que participan en la película, salvo por el protagonista, son japoneses y todos parecen hablar un inglés decente, lo cual es imposible e impensable y si no, que me digan a mí como es que en mi empresa no nos ha tocado ni uno solo teniendo más de cien mil empleados. Pude identificar alguna de las polladas culturales niponas, las cuales sufrimos a diario y centrándome en la historia, es entretenida y tiene un punto de magia potagia y fantasía que quizás fue algo lejos. Personalmente creo que si se ahorran eso la cosa habría mejorado. el protagonista es Keanu Reeves, al que hacen pasar por un pipiolo y el colega no llega, que ya tiene cuarenta y nueve años y por mucha plastilina que le pongas, se le ve muy forzado y avejentado para un chaval de su edad. El hombre no es de los que hablan mucho y cuando le toca una línea, la recita pero sin ponerle corazón. Entre los japoneses se nota que hay grandes actores y que seguramente son muy conocidos en su país pero que al obligarlos a hablar en una lengua que no es la suya han de forzar la credibilidad en exceso y terminan hablando despacio como alguna infanta española y claro, me queda la duda de si no habrá pasado un Borborón por allí y ha estado chingando las chamas locales hace unos siglos. La película debería haber sido protagonizada por el japonés que hace de Oishi, el jefe de los samuráis y el que planea la venganza pero como el hombre es japonés y viejo, metieron al Keanu Reeves de por medio y retorcieron la historia para que pueda hacer sus típicos numerillos de la película The Matrix. Solo le faltó sacar de la mochila la pastilla roja o la azul y definitivamente, puso las mismas caras de sub-intelectual pensativo, bueno, la única que sabe hacer y que reconozco que borda. Hay un par de momentos en los que el guión chirría demasiado y la gente termina riéndose en momentos que se supone que eran serios y trascendentales.

Este es cine de entretenimiento, sin más, perfecto para una reunión del Clan de los Orcos y para dejar en casa el cerebro ya que no es necesario usarlo. Imagino que al doblarla al español todos los problemas con los actores hablando en un idioma que no es el suyo desaparecerán y a cambio, los traductores conseguirán que te sonrojes de pura vergüenza. No creo que un sub-intelectual de GafaPasta tenga estómago para este tipo de cine. Para los demás, también se puede esperar a que la den por la tele.


4 respuestas a “La leyenda del samurái – 47 Ronin”

  1. no comento las cosas que pueda o no ver en la empresa. Esta es una página pública y todo el mundo sabe que la escribo.

  2. ¡Ah!… Como me había parecido leer, en alguna ocasión, algún comentario sobre un japo que había en tu oficina…