La mezquita de Jumeirah, el Burj al Arab y otras cosillas


El relato comenzó en El salto a Dubai que comienza las vacaciones

Mi segundo día comenzó tras el desayuno en el hotel, o quizás una hora antes cuando miraba el pobre programa que tienen para el transporte público y organizaba mi ruta. Comencé en el metro rojo, con una estación cerca del hotel y desde allí fui hasta otra en la que sabía que podía conectar con la guagua 28X, que va pegadita, pegadita a la costa. Mi primera parada era para ver la mezquita Jumeirah, lo más de lo más en la ciudad o eso dicen. Llegué justo a tiempo para la visita guiada, la única posible y hasta tuvimos que pagar para entrar. Una inglesa tapada con los jaiques moros era la guía Al parecer han comenzado estas jornadas de puertas abiertas para que los cristianos que vamos a ir al cielo confirmemos que esta gente es lo peor de lo peor y se merecen compartir el infierno con truscolanes y kabezudos-koreanos-de-mielda. El edificio en sí no tiene mucho por dentro, solo la alfombra esa. Nos explicaron los cinco pilares del Islam, que son: uno, mata a tu prójimo si no es moro como tú. Dos, mata a tu prójimo, si es moro como tu pero no de la misma Peña. Tres, ante la duda, mata a tu prójimo. Cuatro, una vez te pones a matar, es que no puedes parar así que a lo tuyo y cinco, recuerda que las hembras son una putas y por eso hay que emburkarlas, recuerda que tienes que ir a la Meca a dar vueltas como un totorota alrededor de un edificio que está VACÍO para demostrarnos a todos los demás lo totorota que eres y que tienes que hacer un paripé de acarajotaos cinco veces al día. No nos convenció para nada. Según la pava, las hembras se emburkan por modestia pero parece que a sus hombres ese pecado no les afecta por estar vacunados o algo así. 

Cuando acabó la visita guiada con intento de conversión, le hice las fotos de rigor al edificio y me acerqué a la Unión House, el edificio en el que se inventaron los Emiratos Árabes Unidos y en el que hay una bandera grande y un edificio muy de diseño Hoy en día es un museo pero parece que los sáados no abren así que me lo perdí (o no …) Allí volví a pillar la misma línea de guagua que me avanzó hasta la zona del Burj Al Arab, el pedazo de hotel ese que está como en su propio islote. Como en la costa está todo construido, tuve que ir hasta la Jumeirah Pública Beach para hacerle fotos tanto a la playa como al hotel. Más atrás hay una playa privada en la que he leído que por una sombrilla y dos tumbonas te cobran cincuenta leuros, vamos, un atraco a plena luz del sol. Estuve en la playa un rato y allí decidí que volvería al día siguiente. No lo he comentado pero antes de salir del hotel apalabré una exucrsión para la tarde del día siguiente así que por la mañana me dedicaré a descansar. 

Seguí en otra guagua hasta la estación de metro Mall of the Emirates pegada a otro centro comercial gigantesco. Necesitaba un rato de internet para bajarme los mapas fuera de línea así que entré al centro comercial y no veas, otro enorme, este con una pista de esquiar completita, con sus telesillas y todo. Lo flipas. Le mandé una foto al Rubio para joderlo, que a él lo del esquí le chifla.  En la estación de metro volví a cogerlo y seguir alejándome, hasta la zona del Dubai Marina, una especie de barrio pijo con canales por dentro, rascacielos y un centro comercial. Allí quería coger un barco que te da un paseo de una hora en el que vemos, por fuera, el complejo de Keli de lujo ese con forma de palmera. También el Burj Al Arab desde el agua. Lo de las palmeras se ve muchísimo mejor en google maps, en plano son solo Keli con playa privada y un montón de tráfico para entrar. El paseo en barco se vino acabando a las cuatro de la tarde y desde allí en metro me tomó una hora Regresé al hotel, me fui a la piscina una hora y después de ducharme fui a ver el Deira Clocktower, una torre en una rotonda con un reloj que al parecer es muy famosa y sale siempre en los vídeos de promoción de la ciudad. Está a un kilómetro más o menos del hotel así que fui andando y desde allí continué e hice otros tres kilómetros y pico para ir a ver los zocos de oro y especias. Están en la parte más caótica de Deira, con un tráfico infernal,  en callejones y gente que siempre quieren ser tu más mejor amigo y venderte relojes más falsos que truscoluña, que no es nación pese a lo que diga el comemielda ese que quiere volver parara acabar de destruir el partido socialista y juntarse con los comunistas malnacidos y asquerosos podemitas que apoyan a los asesinos y criminales que están destruyendo Venecuzuela. En ese zoco hay más de diez mil kilos de oro del que cagó el moro vendiéndose. Con los auriculares me hago el lolailo y sigo de largo pero deben haber intentado al menos cien lo de atraerme a su tienda. Decidí regresar andando con lo que apechugué otros cuatro kilómetros más y cerca del hotel encontré un sitio para cenar. Así acabó mi segundo día en Dubai. 

El relato continúa en Aventura en el desierto al atardecer y en los Vídeos del segundo día en Dubai ya te puedes imaginar lo que te encontrarás.

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