La pesca del salmón en Yemen – Salmon Fishing in the Yemen


Mientras esperaba que empezar la película de la que quiero hablar hoy pensaba que esto solo se le podía haber ocurrido a un escritor y que seguro que después del libro vino la película, la cual acabó en la filmoteca ya que carece de robots, superhéroes amariconados vestidos con licras o de un grupo de mariconas tratando de deshacerse de algún anillo en las Tierras Medias, temas básicos si quieres tener un taquillazo. Por suerte parece que sigue habiendo dinero para todo tipo de cine y estas películas más íntimas e interesantes siguen llegando a la cartelera de los cines a mi alrededor. Se trata de Salmon Fishing in the Yemen y en España se ha estrenado a finales de abril con el título de La pesca del salmón en Yemen.

Un julay medio pasmao ha de fabricar un milagro y conseguir que unos miles de salmones muden su keli desde el Reino desUnido a un puto nido de terroristas musulmanes de mierda

Un jeque o similar se empeña en salir a pescar salmones a la puerta de su keli y lo de vivir en Yemen en medio de la nada no parece detenerle y como tiene guita suficiente, monta un proyecto para hacer su sueño realidad e involucra a un experto en pesca británico en la tarea, o más bien involucra al gobierno de ese país que a su vez pone a este hombre ya que les interesa la relación que están creando. Entre trapicheos políticos, conversaciones y la chispa del amor y el dolor las cosas irán saliendo adelante pese a la resistencia de algunos.

Aunque la historia es muy original, reconozco que la película se hizo en algunos instantes demasiado larga. Al director le faltó algo de nervio para poner la tijera en ciertas escenas que se extienden demasiado en el tiempo. En el lado positivo tenemos una excelente actuación de Ewan McGregor que nos recuerda que cuando quiere puede actuar y embelesar la cámara que le apunta. El hombre es buenísimo y sabe como hacer su trabajo y es lo mejor de la película. El director es Lasse Hallström, el cual parece estar especializándose en cuentos con un toque romántico y mucho empalago. La película vive sus mejores momentos en Yemen, cuando todos los protagonistas están manos a la obra y pierde el paso con los trapicheos políticos de los británicos, una trama secundaria que honestamente se podían haber ahorrado. Sin ser una comedia, hay unas cuantas risas de cuando en cuando y sales del cine con buen espíritu y una sonrisa en tu cara.

Estas historias de superación de lo imposible y tal y tal siempre tienen su punto. No me voy a complicar más pero que sepáis que puede valer para los más romanticones de los miembros del Clan de los Orcos, sobre todo cuando quieren engatusar a una chama para posteriormente ponerle la pierna encima (y algo más). A aquellos que portan gafapasta seguro que también les gusta.


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