La piel que habito


El director español más internacional es Pedro Almodóvar, de eso no hay ninguna duda. Sus películas llegan hasta el último rincón del universo y se suelen estrenar en todo el mundo. Este hombre no se prodiga mucho y hace una película de San Juan a Corpus, por lo que pese a la gran longevidad de Distorsiones, en sus archivos solo aparecen mis comentarios de sus tres películas anteriores. En el 2004 hablé de La mala educación, historia que aunque me gustó, no pasó de un 8, le siguió Volver en el 2006, película que sí que me encantó y mi interés decayó con la algo sosa y aburrida Los abrazos rotos, la cual no llegó a Holanda hasta el 2009. En esta ocasión he tenido un montón de suerte y mi visita a España coincidió con el estreno de su última película, La piel que habito, así que la puedo comentar en el mismo instante en el que llega a la cartelera y por si eres de natural cansino y no quieres seguir leyendo, que sepas que no me gustó.

Un julay primo-hermano del Guaca se hace una chocha en plan Mujer Explosiva para poder trajinar de gratis pero la pava le sale hijaputa

Esta es una película que está contada sin una continuidad temporal, algo que no ayuda demasiado al desarrollo de la historia pero que básicamente trata de un cirujano plástico que está chiflado y que tiene a una tipa raptada en su casa y experimenta con ella mientras vemos como ha llegado a ser el malaje que es.

La legendaria categoría de puta mierda del copón recibe la primera película de Almodóvar, un hombre que se debe haber creído todo lo que le cuentan los aduladores y lameculos y ha cagado una historia decepcionante. Me repito, la palabra que defino esto es DECEPCI?N, por un mal guión, una mala dirección, unas malas interpretaciones y por conseguir que salgas del cine lamentando el dinero que has mal tirado. Este truño es de los que apestan, de esos que cuando jiñas y haces una creación así, has de abrir la ventana del baño, rociarlo con colonia y tratar de distraer al resto de los habitantes de la casa para que no entren al lugar porque si lo hacen se asfixian. Algo así es lo que sientes después de quince minutos en la película, un profundo y denso olor a mierda. El guión aburre, cuenta una historia sin interés, de una manera no lineal que la lastra y la mata y lleno de frases que chirrían por lo falsas que parecen. Un momento glorioso y que debería recibir un premio a la falsedad es el baile en una fiesta, con todo el mundo sonriendo y actuando de forma tan falsa que es cantosa. Recuerda a aquellos números de baile que ponían en los ochenta en televisión española en el programa Aplauso y similares, coreografías en las que los bailarines siempre miraban hacia la cámara y sonreían. El baile en sí es una de las muchas escenas que se podrían cortar sin que la película lo note, salvo por la reducción en el metraje y aquí tenemos otro de los problemas de la peli, las interpretaciones. Antonio Banderas parece que compró un cargamento de tampones, su mujer debe andar menopaúsica y se niega a tirarlos a la basura y se los endiña por su chocho de hombre. Está seco, sin expresión y si lo cambias por un poster o pones incluso al legendario y épico Vin Diesel, quedaría mucho mejor. A su lado tenemos a la protagonista, una tía sin carisma ninguno, una muñeca sin más, que parece no saber actuar o no querer demostrarlo, porque el otro día vi sus fotos de tortillerismo en una revista en España y joder sí que es actriz, pero parece que solo cuando no le pagan por hacerlo. La pobre consigue cagar escena tras escena en las que aparece, las llena de mediocridad. Hay un montón de escenas que podría nombrar y explicar el por qué fallan pero no lo haré. La película se va hundiendo poco a poco, nunca gana en intensidad y en los momentos de más tensión, da risa y lástima y te partes la polla con las gilipolleces que dicen y hacen. Lo malo es que no es una comedia y la risa de los espectadores es por no llorar y marcharte. La escena final deberían nominarla al premio Momento Subnormal del 2011 y si no gana es que no existe Dios alguno en el cielo.

Almodóvar siempre ha sabido darle algo de chispa a sus películas con los protagonistas secundarios pero en esta ocasión parece que se le fue el Santo al cielo o al menos a otro lado. La madre de Antonio Banderas está interpretada por Marisa Paredes en uno de los papeles más malos que ha hecho en su carrera. Es tan triste que si cortas todos y cada uno de los planos en los que aparece, la película no pierde absolutamente nada. Solo aportó minutos. Por último tenemos a Jan Cornet, un tío al que no había visto nunca antes en cine y que espero no volver a ver nunca más. Que tío más triste y soso.

Al desaguisado del guión y del reparto solo le faltaba una cosa para completarlo y parece que lo lograron. La música es tan molesta que resulta odiosa, la selección de canciones y la música original da asco, jode las escenas en las que la usan sin aportar nada, es ruido, puro y duro. Cada momento musical (y hay muchos) es un pequeño fracaso y cuando los juntas todos, tienes un fracaso ENORME.

En fin, que para qué seguir. Me reafirmo en lo que he dicho. Es una MIERDA del copón y algo que harías muy bien en evitar. No merece la pena verla ni aunque te regalen el DeuVeDé con el periódico del domingo. Avisad al Clan de los Orcos para que ninguno vaya a un cine por error y acabe sufriendo este pallufo y gastaros el dinero en alguna de las películas francesas o italianas que hay en cartelera, que son muchas y están mejor.


5 respuestas a “La piel que habito”

  1. sulaco, te superas día a día. La semana pasada en El País, la crítica de cine fue lo más visto, y te juro por dios que leyendo tu post y exceptuando el uso (por otro lado correctísimo) de las palabras «mierda del copón», me parecía estar volviendo atrás en el tiempo y releyendo la estupenda crítica que le hizo el que se supone es un profesional del tema. Léetela y alucina con las coincidencias.

  2. Virtuditas, el filtro ya bloqueó el comentario de uno que dice que no tengo ni puta idea de nada porque «los críticos» están alucinando con lo buena que es esta película … Supongo que el subnormal que lo dejó no tiene opinión propia y se basa en la de los demás. Esto me recuerda a la película «El último emperador» que ganó 8 Oscars y yo sobé como nunca antes en el cine y después un comemierda me discutía que era un clásico y el muy hijoputa ni la había visto pero «los críticos» lo decían.

  3. Desde «Los abrazos rotos» prometi no ver una mas de Almovodovar hasta que alguien me asegure que se le paso la mala inspiracion…

  4. parece que existe temor en ciertos foros y prensa expecializada a decir que esta peli es un truño(uno más), coincido con Boyero en que las excenas de terror son absurdas y en vez de dar miedo, dan risa. Este Almodovar no escarmienta, es un mediocre director de comedias y nada más. La sobrevaloración de Almodovar no se olvide que viene de Francia, donde epató en los 90 en el mundo snob de este pais y como sucedió(salvando las distancias) con Picasso, Buñuel etc este país le ha servido y sirve de amplificador y valedor mujndial.