La tierra donde nada es lo que parece


Por mucho que yo lo niegue, está claro que mi forma de escribir tiene sus fallos y son muchos. Me falta elasticidad a la hora de elaborar mis ideas y las suelo terminar de una forma abrupta. Me he adaptado demasiado al formato de las mil palabras o menos y una vez cruzo el límite, comienzo a atajar en el camino que voy siguiendo para ponerle final. También han ido cambiando mis preferencias sobre los temas a tratar o como hacerlo y eso se puede ver fácilmente si se visitan los archivos y se leen un par de cosas del año 2005, por ejemplo. En lo que sí que hay constancia es que esta es una bitácora personal, hablo de mi mundo, del real y del fantástico, de aquello que cruza mi imaginación y eso otro que pasa frente a mis ojos y que yo altero si me apetece para crear la historia que me gustaría leer. Distorsiones es mi Universo. Lo ha sido así desde el comienzo. No suelo escuchar las sugerencias para que vaya por aquel camino o siga esa otra línea tan interesante y prefiero desbarrar en mi propio océano, a mi ritmo. Creo mis pautas, ciclos, series y los abandono cuando pierdo el interés por ellos sin darle mayor importancia. Hay multitud de líneas argumentales que han quedado inconclusas sólo porque mi atención cambió y me fijé en alguna otra cosa y no he vuelto nunca a ellos. Retomo esos hijos perdidos un montón de tiempo más adelante y los concluyo, o los reinicio para volver a abandonarlos al momento.

En el año 2004 busqué con cierta intensidad el tener éxito, algo que se puede resumir en ser leído por los otros lectores y escritores de bitácoras y que hace que te sientas importante ya que un puñado de bichos raros como tú te dan importancia. Para conseguirlo ajusté mis ritmos a lo que creía que buscaban, escribí sobre los temas que les preocupaban y me dejé llevar por esas mareas. No sólo no lo conseguí, me aburrí soberanamente. Estuve a punto de cerrar el chiringuito ya que más que una bitácora personal era impersonal. Durante el año 2005 alteré la ruta y comencé a derivar hacia mi propio mundo. Dejé de comentar en sitios en los que lo hacía solo para dejarme ver y me centré en crear un pequeño e imperfecto paraíso en el que divertirme. Y de repente sucedió. Me lo pasaba tan bien que me apetecía escribir más y más y tuve que incrementar mi frecuencia al ritmo que tenemos hoy en día, con una foto y algo de texto por la mañana y alguna bobería que no me tomo en serio por la noche. Comencé incluso a estructurar mis fantasías y mover el cine hacia los fines de semana, las grandes chorradas al comienzo y los temas trascendentales a ningún lado porque no los hay. Procuré desenganchar en la medida de lo posible mi Universo del espacio-tiempo y no dejarme llevar por los sucesos del mundo real. En esa época comenzó el cambio al mundo apple y gané también un montón de tiempo para mí ya que el soporte tecnológico funcionaba y no requería atención. Podía dedicarme a escribir sin tener que preocuparme por virus, troyanos y similares ni por visitar a fulanita o menganito para pasar cinco horas en su casa limpiando su mierda de equipo sin que te lo agradezcan y sin sacar nada a cambio. Las horas y minutos ganados los empleé en explorar nuevos temas y experimentar con ideas estúpidas que se te ocurren continuamente pero a las que no les haces caso. En esto seguimos. Cada año que ha pasado desde entonces ha tenido un tema subyacente, algo que se repite con frecuencia, siempre la misma idea pero vista de formas distintas y sobre ese tema, algún otro que viene desde el comienzo y que forman parte de las chorradas que yo pienso. Este año elegí convertir Distorsiones en una especie de diario personal, en el que escasean los relatos y predominan las invenciones de realidad. Mezclo lo que me pasa a mí con otras boberías que me cuentan amigos y conocidos y giramos en torno al mismo asunto continuamente, el cual no es otro que Yo, Yo y Yo.

Ahí afuera, en el resto del mundo bloguero las cosas han estado muy movidas en estos años. En el 2004 éramos pocos y bien avenidos. Ahora es un océano que se expande día a día y lo bueno es muy difícil de encontrar. La gente parece buscar el éxito y como no lo encuentran, abandonan sus creaciones al poco tiempo. Todos parecen tener las ideas algo equivocadas ya que de lo que se trata es de pasárselo bien y no de esperar y esperar y esperar que te llegue el río de las visitas. Igual es mi desprecio al tema lo que las atrae, aunque yo tengo bastante claro que en realidad es parte del contenido el que arrastra gente hasta mi página. Muchos llegan buscando información turística sobre Holanda y la encuentran, abundante, clara y suficiente para sus escapadas. Esos no saben lo que es una bitácora y no se enganchan. Según logran su objetivo se van en paz. Son miles. Otros vienen buscando pornografía y no la encuentran. Quizás llegan a leer aquello que hizo que el Gran Buscador los desviara hacia mi mundo aunque nunca se sabe porque igual de rápido llegan y se van. El grupo estable, el de los que visitan de forma regular, calculo que es un centenar y me baso para este cálculo en las estadísticas del contenido sindicado (feeds) y es un número que no varía, ni sube ni baja. Por eso no creo que sea famoso, ni me levanto todas las mañanas convencido de ser un bloguero de éxito. De las tres mil páginas diarias, la gran mayoría es gente que viene, mira lo que buscaba y sigue hacia otros mundos. Sin más. Y para mí eso es suficiente. Mover medio millón de páginas en ocho meses no te convierte en un ser especial ni hace que la gente se aparte en la cola del supermercado ni me ayuda a conseguir mejores asientos en los aviones. En el mundo real, todo lo que sucede en la mierdosfera no cuenta, no sirve de nada y creer lo contrario es de necios.

El único fenómeno que sigo sin comprender tras todos estos años es el de esos que reinciden una y otra vez y siguen viniendo a mi bitácora para escandalizarse y dejar comentarios en los que queda bien claro que piensan que estoy totalmente equivocado. Me parece un ejercicio de masoquismo. Si no les gusta, no puedo entender por qué vuelven. Yo desde que pierdo el interés por un lugar no retorno jamás, lo elimino del lector de Feeds y lo olvido al poco tiempo, igual que no como aquellas cosas que no me gustan o no veo algunos géneros de cine. Distorsiones es una bitácora escrita desde los Países Bajos por alguien que los ama y que está pasando los mejores años de su vida en ellos. Yo no he venido a este Valle de Lágrimas a sufrir y vivir amargado. Me la suda toda esa mierda que nos inculcaban de pequeños en las nefastas clases de religión y que no logró calar en mi espíritu. No soy de los que miran el lado del vaso al que le falta líquido. Me fijo en el otro, el que tiene substancia y cuando veo que se está vaciando, busco la fuente para volver a llenarlo. Vivo feliz disfrutando de los detalles, pequeños y grandes, que nos alegran el día. Estoy inmerso en una gran aventura en la que el siguiente capítulo puede ser la visita de mañana al supermercado, el paseo por el bosque mágico que hay detrás de mi casa o el viaje que estoy planeando en ese momento. La fantasía tiene un papel protagonista, tanto en la forma épica de contar las cosas como en lo que sucede. Os recuerdo que esto es Distorsiones y aquí Nada es lo que parece.

Más tarde: Mira que se me fue el baifo y superé las mil trescientas palabras ??


11 respuestas a “La tierra donde nada es lo que parece”

  1. Eso de lo que hablas es algo que le pasa a mucha gente al principio, comentar para ser comentados. Yo prefiero leer para ser leída, en mi caso visito mucha gente a la que casi nunca comento y me encanta leerles, o comento en sitios donde los autores nunca me comentarían en mi bitácora, y por eso no dejo de comentar, como tú, mi blog es para mi, para divertirme, bueno ya lo hemos hablado muchas veces, pero es que al final sino lo haces porque te gusta sino porque esperas visitas, entonces terminas cerrándolo. Lo mejor es mantenerse en esa onda y creo que así todos salen ganando. Besos.

  2. Tengo problemas para dejarte un mensaje. Lo he perdido por el camino. Resumiendo sigue así, cómo tu quieres. A mí me gustan los ácratas, no las repeticiones en serie.

  3. Contenido profundo, sin duda.

    Al final y al cabo, cada uno es (o debería ser) dueño de su propia vida. Un diario personal, o un medio de comunicación de masas. Cada cual elige lo que quiere y lo que puede dar. ?sta es una buena bitácora, de las mejorcitas que leo. Mucho contenido original y muchas opiniones subjetivas y particulares. Pero es, como dices, tu espacio personal, así que no tiene sentido buscar otra cosa.

    Al igual que tú, no termino de entender la peña que te comenta y que insiste en hacerte ver cuánto te equivocas. Me hacen gracia, porque parecen no terminar de entender el sutil juego de la realidad. Pero allá cada cual con sus dolencias.

  4. saulo, mira que me dan la vara con el tema y no aprenden, pero bueno. Si quisiera un medio de comunicación de masas, me pasaría al copy+paste con mucho yutube que es lo que se estila en esos sitios y algo de tuiter para poder dejar paridas en la barra lateral.

    ale, ¿qué tipo de problemas?

    waiting, yo también comento muy poco y en un puñado de sitios muy determinados. Mi google reader cada vez va a menos porque no encuentro sitios que me gusten y desde que borjamari cerró el chiringuito, es muy difícil encontrarlos.

  5. Se acabó lo bueno. Adios vacaciones, hola Distorsiones! Ha sido un verano movidito para todos, por lo que he ojeado…. tendré que ponerme al día, tanto en el trabajo como en el resto… bueno, que leches! mejor primero en el resto! 😉

  6. Pelillos a la mar… Problemas de una mujer al borde de un ataque de nervios, y es que no se puede ser perfecta. Ahora que no nos oye nadie, te lo cuento, pretendía meter la dirección de mi blog en la casilla del email (dos veces). Vale, cualquiera tiene un mal día, no? Y el mío hoy es pésimo.

  7. Virtuditas, ya había asumido que habías terminado por abandonar las Distorsiones. No veas como ha estado el patio en estos meses. Esto se parece cada vez más a «Donde estás guarretón», solo que aquí nadie cobra, salvo un servidor, que recibe todos los palos.

    ale, ¡por Dios!

    Patricia, más irrealidad que otra cosa porque al parecer, soy muy optimista.

  8. ¿Mil trescientas palabras? Así cualquiera, Yo, Yo y Yo.
    Lo tuyo si que es un efecto yo yo y lo demás son bloguerías.

    Bueno, me voy cortar y desalar el bacalao, cenar prontito y disfrutar de la tarde hasta bien entrada la noche, gracias a estos horarios europeos y la pasta gansa.

  9. que bueno que bueno! y tus respuestas a los palos son lo mejor! que lo intenten! en esta semana me pongo al día cueste lo que cueste, jornada intensiva!!!

  10. Tremendo post. Yo te llevo leyendo y comentando pues casi desde el principio (desde el 2004 seguro), y sabes como te descubrí? porque apostabas por mi blog en Blogshares, que ya hay que ser friki :-). Y hasta hoy.