La visita relámpago del Turco


Mi camino y el del Turco están condenados a encontrarse en los próximos días varias veces y todo empezó ayer, o quizás hace unos meses, cuando aprovechando una de esas ofertas de vuelos bonitos y baratos, lo negocié con él y me compré un billete para ir de nuevo a Estambul en noviembre. Esa ciudad se ha convertido en un lugar de parada y fonda al menos una vez cada año. Regreso y siempre descubro algo nuevo, siempre tenemos alguna aventura divertida. Con el correo de confirmación de mi billete perdido entre los veintitrés mil y pico correos de mi archivo, nuestras vidas continuaron y un día de hace tres semanas me dijo que se pasaría por Holanda el 29 de octubre y nuevamente a comienzos de noviembre, aunque en la primera visita era poco probable que nos viéramos ya que venía para un evento. Me olvidé del asunto y seguí con mis tonterías habituales hasta que el sábado, en pleno Bokbierfestival y cuando ya estaba más pasado que los calzoncillos del Fary, me manda un mensaje diciéndome que al final se viene a mi casa a dormir el lunes y se marcha el martes. Yo desvarié con mensajes sin ningún tipo de lógica y le mandé algunas fotos con mi teléfono móvil, además de recordarle que mi número de teléfono está a punto de caducar y aún no conozco el nuevo que lo substituirá. El domingo por la mañana, mientras disfrutaba la resaca que sigue a la borrachera, pensé que había soñado que el Turco vendría a mi casa el lunes y miré en el teléfono, encontrando los mensajes y abochornándome con mis desvaríos, aunque los que le mandé al Rubio creo que fueron peores. Inmediatamente pasé a confirmar la noticia y negociar los detalles de la visita, ya que la información era muy sucinta.

El lunes fui a trabajar como siempre, preparé la cena y me entró un frenesí culinario y acabé haciendo una Tortilla de papas con cebolla para cenar hoy martes y por si el Turco llegaba con hambre, unos Suspiros para encochinarme y regalar a los amigos y conocidos y para cenar ese día y para congelar para futuros días fríos de otoño, decidí aprovechar el paquete de frijoles negros que compré hace un par de semanas y hacer moros y cristianos, algo que aunque lo he comido, nunca lo había hecho:

moros y cristianos

moros y cristianos, originally uploaded by sulaco_rm.

A las nueve de la noche, el Turco me avisó que ya estaba en ruta y en menos de tres cuartos de hora tocaba el timbre de mi casa. Sin tener que ponernos un ojo morado, como hacen otros conmigo, está claro que hay una tromba de cariño entre los dos. Tardamos una fracción de segundo en conectar y seguir con nuestras conversaciones y cualquiera que presencie este evento, si pestañea se lo pierde. Nos sentamos a tomar cerveza y platicar sin parar, luchando con nuestros respectivos dispositivos mágicos y maravillosos para enseñar al otro fotos o vídeos en mi Apple TV. Las horas volaron y cuando nos quisimos dar cuenta, era ya bien tarde. Por la mañana, mientras el Turco se negaba a levantarse y prepararse, yo opté por un desayuno modesto y sencillo con Huevos revueltos Masala y pan de molde casero con arándanos rojos, además de beicon para festejar que no somos terroristas musulmanes. A las nueve de la mañana, igual que vino se fue y yo me piré al trabajo. El lunes de la semana que viene nos volveremos a ver, seguramente algún otro día de esa semana y una semana más tarde seré yo el que vaya a su casa a pasar el fin de semana, aunque antes de eso pasaré por otra ciudad europea. Ya me ha metido el miedo en el cuerpo con sus planes para mi próxima visita, me quiere llevar a conocer los Orígenes, el poblacho rural en el que se criaron y casaron sus padres, algún villorrio de esos en los que la gente se me pegará como ladillas por culpa del puto efecto del Elegido que tengo y padezco y en donde seguro que manufacturan las bombas que después usan en los lugares en que transcurren las actuales cruzadas.


7 respuestas a “La visita relámpago del Turco”

  1. ¿¿¿Preparas huevos revueltos Masala y bacon antes de ir a trabajar??? Ya sé que tenías invitados pero… O_O Yo me hago el café porque es donde único me sabe a gloria bendita y como mucho y muy pocas veces una tostada básica como un panda.

  2. Estamos hablando DEL TURCO, uno de mis mejores amigos. Como él se iba al aeropuerto sobre las nueve, fui a trabajar algo más tarde y ese día también salí de trabajar tarde. Normalmente tengo el desayuno preparado, ya sea con tostadas / magdalenas / brioches / donuts / cruasanes / o lo que se tercie que he cocinado y congelado previamente. Hoy por ejemplo fue un donut relleno de crema de chocolate que estaba para cambarse de gusto. Ayer era un día especial y sé que él aprecia el esfuerzo y disfruta la comida y no hay nada mejor que ver a la gente encochinarse con algo que tú has hecho. ?l eligió los huevos revueltos, entre cuatro opciones:
    1. huevos revueltos masala
    2. pannenkoeken
    3. panqueques americanos
    4. tostadas francesas

    Pensé en hacer churros, pero como no los conoce los descarté.También nos comimos un suspiro cada uno y se llevó un par de ellos para el camino.

  3. El próximo lunes está tratando de convencerme para que yo no vaya a Amsterdam a cenar y venirse él a mi casa. Al parecer, la calidad y la variedad de la comida no tiene color. Yo prefiero ir para allá y combinarlo con una sesión de cine juntos. Eso sí, si voy, le llevo una bolsa con magdalenas, galletas, suspiros, lacitos y lo que apañe, que no quiero que el chiquillo pase hambre en un hotel.

    Mañana cuando vaya a patinar con el Rubio pasa lo mismo, le llevo una bolsita con algunas cosillas que hago para alegrarle el final de la clase, además de una cerveza Erdinger de medio litro. Ninguno de los dos puede decir que me porto mal con ellos.

  4. Yolanda es mi compi y la tienes obnubilada, en fin, supongo que es el efecto de El Elegido ese que tienes…

    En ningún momento dudaría de que en tu casa se come mejor que todo Amsterdam, El Turco sí que sabe!