Las Furias


Seguimos con las películas del festival de cine español en Amsterdam y llegamos a otra que resulta difícil entender por qué la han elegido. Digamos que quieres promocionar el cine de un país en otro. Yo iría a por las cosas que sabes que han gustado a muchos, a por los productos fáciles de digerir y que pueden convertir a nuevos espectadores en seguidores de tu cine pero esta claro que esa no era la idea y por eso las piedras que pusieron en el camino de los que fuimos al cine fueron mojones enormes y de los que no te olvidas una vez has tropezado con ellos. Mi segunda película fue Las furias, que creo que estuvo unas pocas semanas en la cartelera española allá por noviembre del año pasado.

Una familia de julays se pasan con el calimocho y casi que acaban a hostias

La matriarca de una familia con marido de estos que les ha dado la enfermedad esa que te hace olvidar todo resulta que es lesbo y se enamora de una pava y quiere vender la keli familiar en el campo para darse un viaje con su nuevo sho-sho. Toda la familia se reúne en el lugar para un fin de semana con boda incluída y allí se montará un pitote cuando la mierda familiar comience a subir a la superficie.

La idea me resulta bastante conocida y creo que he visto ya varias películas con estos encuentros familiares que se desbocan y en donde toda la mierda que se esconde en la familia empieza a subir a la superficie. En este caso la originalidad es que la lesbiana es la vieja y sus hijos parecen calcados con el patrón del Burda para gilipollas y le han salido perfectos en ese aspecto. La película es un drama que no acaba por engancharnos, es demasiado flojo, hay demasiadas cosas que no se sostienen y los distintos personajes de la familia son muy inconsistentes, los tenemos interesantes y otros aburridos. El abuelo es genial pero nunca llegué a entender su relación con la adolescente. El hijo rarito que vive en la casa sobraba y se lo podrían haber ahorrado y los otros dos están mejor. La película tiene toda una primera parte, antes de llegar a la casa, que se podría haber quitado, salíamos del cine veinte minutos antes y no habríamos notado la diferencia. Me quedo con la interpretación de Carmen Machi y la de José Sacristán y prefiero olvidarme de las del resto.

No es para nada cine que pueda atraer a los miembros del Clan de los Orcos y tampoco tiene el caché que buscan con desespero los sub-intelectuales con GafaPasta. Puede ser perfecta para una siesta épica cuando la pongan un domingo por la tarde en la tele. Pasable sin más.


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