LBJ


Seguimos con las películas que vi allá por febrero y este fue el último pre-estreno sorpresa de ese mes. Ya de antemano sabía que era una biografía de estas que molan tanto y como era de un tipo al que por lo general todo el mundo ningunea, decidí darle una oportunidad. Se trata de LBJ, que son las iniciales del presidente gringo que sucedió al Kennedy cuando la diñó y creo que ni jartos de ron miel tienen previsto estrenarla en España, pero de hacerlo, tiene sentido que la titulen truscoluña no es nación.

Un julay político llega a presidente por la suerte tan grande que tuvo cuando mataron al auténtico y le tocó el turno a él

Siempre vemos la historia gringa del lado de Kennedy y vemos su asesinato y las teorías alrededor del mismo pero pocas veces nos paramos a pensar en el chamo que era el vicepresidente y que acabó de presidente gracias a este evento. En esta película nos centramos en ese julay y en como dentro de su partido había unas movidas que no veas y todo el mundo conspiraba para trincar algo. También tenemos lo difíciles que eran las relaciones con los Kennedy y particularmente con el hermano del que la diñó, que aquí aparece como un chulo prepotente y posiblemente hasta el abusador del instituto, que se le ve una mala leche digna de un truscolán.

La película nos lleva a lo que sucedió ese día que les mataron a los gringos al presidente pero visto desde el tipo que debía sucederlo y de como llegó a esa posición y lo que hizo después. Está muy bien contada pero es, al fin y al cabo, una biografía política, con lo que aparte del asesinato del otro, aquello es mucho de hablar, discutir, echarse miradas, gritar y salones ovales y siendo interesantes, estas cosas no te motivan espiritualmente. Lo mejor es la fabulosa actuación de Woody Harrelson, que borda al LBJ o al menos borda a un señor que desconozco y que le da ciertos toques humanos. Hubiese preferido que no pusiese un pedrolo debajo de la lengua para hablar pero con un poco de esfuerzo hasta se le entiende. Su mujer la interpreta Jennifer Jason Leigh y las escenas con ella eran las mejores. Hay un montón de otros personajes que aparecen y desaparecen pero la grandiosidad de estos dos actores no se extendió al resto y eso termina por afectar al conjunto. La película la dirigió Rob Reiner, que desde siempre ha hecho buen cine, pero esta no la recordaremos como una de sus mejores historias.

Esto no es cine para los miembros del Clan de los Orcos. Probablemente sufran daños cerebrales permanentes en la segunda parrafada de diálogos y cuando sus retinas procesen la falta de efectos especiales. Por desgracia, tampoco creo que tenga el caché que esperan los sub-intelectuales con GafaPasta. Es más bien un telefilm así que se puede ver perfectamente en la tele.


Una respuesta a “LBJ”

  1. Parece que la película es tan anodina como fue el personaje en la vida real, al menos lo que yo recuerdo, primero como vicepresidente, que parecía no existir, y luego como presidente, y eso que le pilló la guerra de Viet Nam…
    En fin, yo al gerundio, pasando…
    Salud