Llegando a Scuba Junkie Sangalaki


Ayer nos habíamos quedado en Balikpapan, con media transición hecha desde Scuba Junkie Komodo a Scuba Junkie Sangalaki. El día comenzó a la hora habitual y lo primero era ir al aeropuerto. Usando Grab conseguí coche por tres leuros para llevarme hasta el aeropuerto de Balikpapan y en unos quince minutos llegué. Relativo al hotel, es la primera vez en mi vida que voy a uno en el que prescinden del papel higiénico y pretenden que te laves el orto después del jiñote con un chorro de agua. Gracias a los dioses llevaba pañuelitos de papel porque por ahí sí que no paso.

En el aeropuerto me saqué la tarjeta de embarque, pasé el control de inseguridad pero antes de eso vi una cafetería de una cadena Malaya que a mí me encanta, Old Town White Coffee, así que me encochiné con doble ración de tostadas con mantequilla de maní y kaya. Después del control tenía que esperar una hora y media así que aproveché el wifi del aeropuerto para descargar cosas, actualizar los programas y demás. También para solicitar que me devuelvan la guita por cobrarme dos veces en el billete del día anterior. El avión resultó ser un Bombardier CRJ1000, de unos cien asientos y con los motores detrás. El Ancestral tuvo nuevamente suerte y también hay vídeos, lo único que los asientos y las ventanas no estaban alineados y lo tuve que hacer mirando hacia atrás. El vuelo fue de cuarenta y cinco minutos hasta Berau, aunque al aeropuerto lo llaman de otra forma. Tenían una banda tocando música en vivo en la zona de recogida de equipaje, todo como muy fastuoso. En la puerta me esperaba el pavo que me iba a llevar hasta el mar en un viaje de dos horas y media, no tanto por la distancia sino por las carreteras, que por esta zona hay pocas y están en muy mal estado. Creo que me dormí la primera hora pero a fuerza de llevarme cocasos con los baches, me desperté. Al llegar al mar, fuimos al muelle, le pagué los treinta euros de taxi por dos horas y media de viaje y me llevaron en una falúa hasta Scuba Junkie Sangalaki, en un viaje que dura unos treinta minutos a todo meter.

El lugar llevaba tres días sin clientes y hoy solo llegué yo, con lo que los tengo a todos para mí. Este club está construido en cabañas sobre el mar, es espectacular. Tiene ocho cabañas para clientes y una grande que es en donde está el comedor, las oficinas y el lugar en el que guardan el equipo. Vine llegando sobre la una de la tarde y el resto del día lo tenía para gandulear, dar la vuelta a la isla, que debe tener unos quinientos metros de largo y está habitada y hay un montón de pensiones a las que vienen mucho los indonesios de fin de semana. Al parecer la isla tiene un pozo de agua dulce y por eso está habitada. Después de darle la vuelta maté un par de horas charlando con los del club y ya después de las seis y media busqué un sitio donde cenar entre los contados restaurantes que están abiertos, ya que al estar orientado al turismo indonesio y estar en Ramadán, muchos están cerrados. Después de cenar volví a la habitación para descansar y prepararme para mi primera inmersión en la zona del día siguiente.

El relato continúa en Buceando junto a la isla de Sangalaki

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2 respuestas a “Llegando a Scuba Junkie Sangalaki”

  1. Eso de las cabañitas isleñas si que me tiene buena pinta. Me apuntaba si pudiera.