Lo inimaginable


Nunca pensé que haría lo que hice anteayer. Siempre creí que pondría un pie en la tumba sin caminar por el camino que elegí un nefasto siete de mayo del año del Señor 2007. El día parecía transcurrir como siempre, entre ji ji jis y ja ja jas hasta que llegó la tarde. Al llegar a casa sufrí un pasmo estratosférico de dudosa reputación y como consecuencia del mismo me gasté dieciséis euros pagando con Paypal. Hasta ahí todo sería normal. No hay nada malo en comprar cosas por Internet. Yo lo hago continuamente. Compro billetes de avión, productos fotográficos, electrónicos, libros, música, servicios y todo ello sin problemas. Lo absolutamente extraordinario es que ayer, por primera vez en en mi vida, compré SOFTWARE. No cuento todo el software que vino con mi portátil cuando lo compré o el que vino con mi antiguo PC con su Windows XP Home en Holandés. No, se trata de un programa que uso cada día de mi vida, algo que se ha convertido en parte de mi existencia y sin lo que no podría vivir. Mis equipos están llenos de software libre del que soy fans, tengo editores de texto, programas de edición gráfica, ofimática, navegación web, mensajería, todo GRATIS TOTAL. Lo único que no he logrado encontrar en el universo gratuito que me convenza es una aplicación para escribir en mi bitácora y que me permita hacerlo de forma sencilla y eficiente. En el PC directamente nunca encontré nada y saltaba de una a otra sin más suerte. Cuando me compré el Mac descubrí ecto, una pequeña maravilla que hace todo lo que quiero y más. Además viene con el programa de prueba más generoso que he visto en mi vida. Lo puedes usar durante veintiún días y al final de ese periodo se puede reiniciar, vuelves a configurarlo y de nuevo tienes tres semanas. Lo he usado año y medio de esa forma y todo por ahorrarme dieciséis euros, menos de lo que pago por ir un par de veces al cine o un poco más que un billete de ida y vuelta a Nijmegen y definitivamente más barato que cualquier DVD que solo verás una vez y después acabará en las estanterías de tu casa. Así que después de anular todos esos prejuicios que me impedían gastarme dinero en algo útil y que uso continuamente lo hice. Compré mi licencia, soy un usuario registrado. Ya no tendré que configurarlo nunca más cada veintiún días, podré ir tranquilo por el mundo sin pensar que mañana se me caduca y necesitaré una conexión a internet para reactivarlo.

Y ya que estamos comentar que el otro día me compré otra memoria Compact Flash para la cámara, cuatro Gigas, con lo que ahora puedo salir hasta cuatro días sin tener que llevarme el portátil. También me entró el frenesí y acabé con un control remoto para la cámara, un disparador para poder hacer fotos Macro sin tener que rozar el equipo, algo que ya me ha jodido un montón de fotos por culpa del meneo corporal.

En el frente hogareño ha habido grandes progresos. Tengo agua en el jardín, algo que me facilita la vida enormemente (ni os cuento lo alegre que se ha puesto mi Mucama ahora que no pringo toda la cocina con la manguera) y un par de detallitos que faltaban en la cocina están acabados. Estoy negociando para que me pongan un toldo parasol en la ventana delantera de mi casa, ese escaparate enorme que cuando pega el sol se convierte en una fuente inagotable de calor. Por supuesto me tira la vena tecnológica y para mi casa sólo quiero lo mejor. Lo voy a encargar eléctrico y con un sistema automático que lo va desplegando según va dando el sol y lo recoge por la tarde y con detector de viento que hace que se cierre si se produce un airote para protegerlo. De esta me extirpan el huevo que me queda y mi casa se sigue llenando de aparatos electrónicos que hacen todo tipo de maravillas de manera totalmente automática.

Si mi amigo Kike se aclara de una vez las próximas mini-vacaciones serán en Roma, imagino que unos cuatro días como suele ser habitual. Se me están acabando las excusas para no ir a Londres así que imagino que tarde o temprano terminaré yendo.

Y un presentimiento. Creo que vamos a tener una nueva ronda de despidos en mi empresa y que por fin me van a poner en la puta calle. Será maravilloso. Si lo consigo me monto unas vacaciones de mes y medio por algún lugar dejado de la mano de Dios. Después vendrá lo interesante, encontrar trabajo. Me apetece algo relacionado con proyectos internacionales, viajando mucho y todo eso aunque ese tipo de trabajos parece que no existen ?? Dios proveerá ??

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17 respuestas a “Lo inimaginable”

  1. En mi empresa se viaja mucho, y aunque está bien, a veces te apetece estar en casita. El mundo que es contradictorio. Un abrazo.

  2. Si tu empresa tiene sucursal en Holanda y aceptan africanos de origen español con bitácora de éxito y hay Internet disponible en la oficina y al menos una máquina de café, entonces estáis tardando en contratarme.

  3. Comprar software mola!. Al japo de ecto le compré el endo, que es un lector rss bastante majo. Para el curro aparte de los atracos de adobo y macromierda tengo TextMate.

    P.D: Apuesto una pinta de Murphy’s o Guinness a que echan al chino.

  4. Yo con el Smultron voy sobrado, hace todo lo que quiero y necesito de un editor de textos y es GRATIS TOTAL. Para RSS el Google Reader me es vital. Lo uso en casa, en el trabajo y en el teléfono móvil. No sé como pude aguantar tanto tiempo con el bloglines, que ahora cuando veo a alguien usarlo me da hasta pena, penita, pena.

  5. ufff, sulaco no sabes la de aberraciones que hay en el mundo, o es que no has visto internet, seguro que encontrarías clientes a los que les gustaría que les sacaras fotos a … dios sabe qué, con alguna de tus macros.

  6. Mientras sea viajando no me importaría nada. Yo lo que quiero es carretera y manta, jiñar cada semana en un lugar distinto, esparcir ladillas por el mundo, dejarme pendejos olvidados en camas de hotel y esas cosas que no se dicen pero se hacen.

  7. Yo soy como la muñeca Rosaura, a mí me sueltas en un descampado y camino con pilas alcalinas hasta el fin de los tiempos y mientras sea viajando, no me importa nada. Me estoy aburriendo de trabajar cada día en el mismo sitio, ver las mismas caras, tomar el mismo café. Aún no es agobio, pero lo será.

    Ya que vives aquí aprovecha los días que quedan de LAFF, que después hay que esperar todo un año.

  8. A ver si te dan la carta de despido ya. Buen momento han elegido para hacerlo, ahora que el mercado laboral comienza a desentumecerse.

  9. Hoy se presentaban unos amigos en LAFF tienen una banda llamada Son Así, espero que los hayas visto (al final no me acordaba si ibas hoy o no) Un abrazo.

  10. No. Hoy tenia cena en el Cartouche con empache a costillas y despues cine en Hilversum. ire el martes y el miercoles.