Made of Honor – La boda de mi novia


El más trillado de los géneros cinematográficos en esta etapa del siglo XXI (léase como veintiuno o equis-equis-palito) es el de la comedia romántica. Supongo que es por los tiempos que nos han tocado vivir y la necesidad de desconectarte y ver algo insubstancial y vulgar, puro alimento para la risa fácil y que uno pueda olvidar fácilmente. Ya he expresado mi admiración con los directores y guionistas americanos por repetir una y otra vez la misma fórmula y conseguir que siempre parezca distinta. En esta ocasión, el producto final les ha quedado algo flojillo. La película se llama Made of Honor y el intelectual acarajotado que se curró la traducción, después de calentarse la única neurona que debe tener durante horas terminó con el patético título en español de La boda de mi novia.

A un julay le roban el chi-chi que quiere comer y del disgusto casi abandona el metrosexualismo

En una comedia romántica siempre tiene que haber una historia de amor problemática que al final se resuelve y aquí paz y en el cielo beatas y curas. En este caso comenzamos con dos amigos (chico y chica), que después de conocerse durante la tira de años y de ser como uña y carne, ven cambiar su relación cuando ella se enamora de un millonario escocés y decide casarse con el tipo. Además le pide a su amigo que sea su Dama de Honor en la boda y el colega acepta. Ese mismo día y mientras se pone las cremitas en su cutis perfecto se da cuenta que ella es la mujer de su vida y a partir de ese momento trabajará las veinticuatro horas del día para hacerla cambiar de opinión y que se case con él.

Esto es como la boda de mi mejor amigo pero con los sexos cambiados y con un protagonista que muchas veces parece que está allí para pasear el palmito y enseñar lo mono que es. Cansa muchísimo ver a Patrick Dempsey flirteando con la cámara para mostrar lo guapo que es, lo bien que tiene el peinado, lo definidos de sus músculos y demás. Joder, también podría actuar y entretener a los espectadores. Recuerdo a ese hombre cuando era un adolescente y hacía pelis de perdedor y friki y tenía una pinta que daba risa.

El guión es algo soso porque casi todo se ve venir desde millones de kilómetros de distancia y los momentos de cachondeo están muy contados y más bien a cargo de los personajes secundarios, los cuales no tienen mucho espacio para lucirse porque Patrick Dempsey ha de enseñar el palmito tanto como puede. La chica vivirá su cuento de hadas haciendo de tonta calentorra que solo quiere un miembro que la taladre todas las noches del resto de su vida y le da un poco igual si este es escocés, grande y gordo o americano, pequeñito y resultón. La película se anima algo cuando se van todos a Escocia y tenemos un montón de situaciones esperpénticas en un lugar de costumbres muy distintas a las americanas y en donde algunos hablan un idioma que no es el inglés y que supongo que gracias a los milagros del doblaje, se convertirá en gallego o algo parecido.

Una historia algo floja y en la que faltaron momentos de cachondeo para redondearla y un protagonista demasiado creído de sí mismo hacen un cóctel perfecto para ir al cine con la parienta a la que le quieres hacer una inspección técnica del potorro, y seguro que después de este sacrificio de más de hora y media lo conseguirás.
6artuditos


Una respuesta a “Made of Honor – La boda de mi novia”

  1. Estoy de acuerdo. Es la misma historia trillada de siempre, además de mostrar un topicazo tras otro. Seguro que si el millonario hubiera sido español le habían hecho ser torero y dueño de un cortijo. Y hablando del millonario, por muy mono que diga la gente que es Patrick Dempsey, a mi me molaba mil veces más el escocés.