Mamma Mia! Una y Otra Vez – Mamma Mia! Here We Go Again


Hace diez años, todos salvo la mala de Virtuditas flipamos en muchísimos colores con Mamma Mia!, un musical, basado en un musical de teatro, con una historia en la que se usan las letras de las canciones de Abba, grupo que cuando alguien te dice que no le gusta ninguna de sus canciones, puedes añadir esa persona a la lista de las malas con una certeza absoluta. Una década más tarde han decidido que hay que volver a ordeñar la teta y así llegó a los cines Mamma Mia! Here We Go Again, que en España tiene el aberrante título de Mamma Mia! Una y Otra Vez y no solo eso, es que además las voces cuando cantan y cuando hablan son DIS-TIN-TAS, o al menos eso sucede en el trailer que vi allí y que me puso el vello de punta.

La julay de la primera fornicó y está empreñada del chichón que le pone los pezones como piedras de hielo de vaso de cubata

La chama de la primera parte ahora se ha emperretado con abrir un albergue en Grecia, en la keli de su madre, que al parecer la diñó el año pasado o hace seis años, ya que se supone que han pasado cinco desde el final de la primera y diez en el mundo real, con lo que todo el mundo está muy envejecido o estirado hasta límites absurdos. Para la inauguración ha invitado a todo quisqui a la fiesta en la isla pero hay una tormenta, hay mucha mala baba y hay una vieja que es la abuela de la pava y cuando parece que va a tener que cantar las canciones de Abba con su vibrador dándole golpes a la cabeza de su retoño, pues llegan todos y aquello es como una verbena del orgullo rodeada de ilegales que llegan desde África o similares.

La primera película era fresca y divertida pero esta ha perdido la frescura. Siguen teniendo las canciones de Abba, que son lo mejor, pero la historia está cogida con pinzas. Toda la movida de la fiesta, la cancelación, la no cancelación y las tribulaciones es demasiado exagerado y la forma en la que las cosas se resuelven es tonta, por no ser cruel y usar otro adjetivo. Hasta la que la palmó chupa cámara y sale en versión espíritu de la Guarra de las Galaxias, que manda güevos. Añadieron a Cher, que yo pensaba que murió hace más de una década y que no tiene ni una arruga, eso sí, no puede cerrar los ojitos y es probable que la boca sea el chocho y de ahí el bigotillo que tiene por encima. La Cher camina de una manera rarísima, es como si fuera un robot japonés, hay algo no natural en sus andares y en sus movimientos, seguramente producto de las restauraciones y quizás de que no la descongelaron correctamente y había partes aún sin movilidad. Los demás, o están super-viejos, o super-estirados, algo que por suerte no afecta a las voces. Increíble como en algunos números, en una isla mayormente vacía, cada vez que se ponen a cantar aparecen cienes y cienes de locales, todos jóvenes y perfectos, ninguno con pinta de griego, todos en el rango que va de mariquita a maricón-con-con y se ponen a brincar como cabras en el monte y según acaba la canción, como que se los traga la tierra. Pese a estas polladas, esto es cine para disfrutar del aire acondicionado, de viejas canciones que ya conocemos y dejarnos llevar sin prestar atención alguna a la historia. Perfecta para ver chateando con el móvil.

Yo no pondría jamás a un miembro del Clan de los Orcos en un cine con un musical pero quizás sus hembras, al menos aquellas que consiguieron acabar la educación básica sin abandonarla por el empreñamiento, esas igual la disfrutan. No creo que sea algo del gusto de los sub-intelectuales con GafaPasta.


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