No sé si será porque están esperando a que se conozcan los nominados a los Oscars de este año pero la película que voy a comentar se ha estrenado en muy pocas salas y en el caso de la cadena Pathé, en dos cines para todo el país con lo que el jueves fui a Amsterdam a verla ya que la semana anterior no me cuadró en la agenda y la tuve que dejar pasar. Se trata de un drama tremendo titulado Manchester by the Sea y que parece ser que se estrena en España al comenzar febrero con el título de Manchester frente al mar.

Un julay tiene que cuidar y vivir con su sobrino adolescente cuando su hermano la diña

Un chamo que trabaja de conserje y manillas en un complejo de edificios y que tiene toda la pinta de ser infeliz regresa a casa cuando su hermano muere y se hace cargo de su sobrino adolescente. Mientras se recupera del impacto por el dolor de la muerte de su hermano, un montón de recuerdos malísimos de sucesos acontecidos en el lugar le vendrán a la cabeza y harán su estancia en el lugar intolerable mientras su sobrino se desfoga con dos pellejas como manera de copar con el dolor por la muerte de su padre y organiza un encuentro con su madre borrachuza y pelleja.

No cabe duda que es un drama y los pocos momentos positivos que vemos son simplemente para enseñarnos otros dramáticos. La película tiene una sola historia, pero nos la narran saltando en el tiempo, vemos presente y pasado y más pasado en pequeños trozos que hasta que la película no está bien entrada no sabemos la razón por la que han optado por una manera tan extraña para contarla (y que por supuesto no diré por aquí). Seguimos a Casey Affleck por la rutina de eventos que suceden tras la muerte de alguien, yendo al hospital, viendo el cadáver, informando a su sobrino, organizando el funeral, atendiéndolo, cuidando del sobrino y tratando que su historia anterior y los eventos del presente no lo terminen de hundir, algo difícil porque ya es un hombre acabado. La película se ve muy real, quizás hasta demasiado, lo que narran nos puede suceder a todos y desde un primer momento tenemos una empatía enfermiza con el protagonista, presentimos que hay algo por detrás de su fachada que lo ha hecho así. La historia es sencilla y devastadora y si hay algo cierto es que no saldrás del cine alegre y contento. Te vaciará y aunque la sensación es de haber visto una película muy bella, no puedes ocultar tu desazón. El chaval lo interpreta Lucas Hedges y habrá que prestar atención a sus próximas películas ya que puede que haya nacido una nueva estrella. Michelle Williams tiene un papel pequeño pero impactante y muy sentido. En algunos momentos se te pone la piel de gallina con ella.

Esto no es cine para los miembros del Clan de los Orcos pero es de obligatorio visionado para los sub-intelectuales con GafaPasta.