Más del castillo y una visita a la capilla de Rosslyn


El relato comenzó en El terrible viaje a Edimburgo y la primera mañana de turismo

Nos habíamos quedado en el Castillo de Edimburgo y en el lugar, me metí en todos los edificios abiertos, lo miré todo, todo, todo y por supuesto, no aprendí nada ya que eso siempre me ha quedado fuera del alcance.

El centro de Edimburgo desde el castillo

Un ramalazo de artisteo del chabacano me llevó a hacer la foto anterior en la que se puede ver el meollo de la ciudad enmarcado y con un cañón apuntando a la misma. En el panfleto que me dieron al comprar la entrada decía algo de un cañonazo que se dispara a la una de la tarde y que en tiempos remotos era la manera en la que muchos ponían en hora sus relojes.

El momento del cañonazo sin chimpún

Casualmente, a la hora prevista yo estaba en el lugar y una multitud se aglomeraba alrededor del julay que se encargaba del evento, hoy en día más bien un espectáculo para turistas ya que incluso los pobres tenemos teléfonos con güindous que buscan la hora automáticamente, los tontos lo logran gracias al androitotorota y los pijos y bordes con sus teléfonos de la manzana que empieza a pudrirse. En cualquier caso, yo inmortalicé el instante en el que disparan el cañón (aunque juro por las bragas más sucias de Mafalda que no oí nada) y hasta hice un vídeo espeluznante que dejo por aquí para el populacho.

El Castillo de Edimburgo

Cuando acabé la visita me piré por otro lado y mientras regresaba al nivel de la ciudad hice la foto anterior del Castillo de Edimburgo pero visto del lado opuesto al centro de la ciudad, el equivalente a su trasero. Cuando pasaba por la calle King’s Stables resultó que allí había un mercadillo con un montón de puestos de comida y aproveché para almorzar algo en un sitio en el que no había turistas.

St Marys Cathedral

Después seguí hacia la St Mary’s Cathedral que no es católica sino Episcopal o algo parecido y que construyeron a finales del siglo XIX (equis-palito-equis) en estilo gótico fantástico. Lo mejor del edificio está en su fachada ya que por dentro era muy pobre tirando a pobrísima y no estoy muy seguro si merece la pena adorar al dios que trabaja allí visto lo poco que se lo han currado en su keli.

Regresé hacia la zona cerca de la estación de tren callejeando y haciendo fotos y eso en las calles y una vez en la zona busqué y encontré con mucho esfuerzo la oficina de turismo, la cual estaba escondida entre la feria navideña infantil y totalmente rodeada por una marabunta de chusma y gentuza. Me dieron un par de ideas con cosas que podía ver y me dijeron que de ninguna de las maneras me debía perder la Rosslyn Chapel, la cual yo ni sabía que existía pero que al parecer salió en una escena de la película el Código de DaVinci y por eso se hizo super-hiper-mega famosa. Igual hasta la nombran en el libro aunque con lo ignorantón que soy y como no sé leer ni escribir, no lo sabré nunca.

Rosslyn Chapel

Si alguien te dice que en Escocia oscurece pronto en invierno tiene toda la razón del universo. Con la hora británica, la noche llegó corriendo. Me pilló entrando a la dichosa Rosslyn Chapel, la cual está a casi cuarenta minutos del centro de la ciudad en guagua, con un recorrido muy bonito pero en el quinto o puede que hasta el sexto coño. En la foto anterior podemos ver el lateral de la capilla Rosslyn, en la cual no se podían hacer fotos en el interior porque se desgastan las piedras y nos tenemos que conformar con la parte de afuera.

Rosslyn Chapel en el recon?o

Estamos muy mal acostumbrados y damos por supuesto que no hay ningún esfuerzo en contar el relato de un viaje de manera multimedia y casi hasta visual y no valoramos que hice vídeos con tres cámaras distintas y después lo tengo que arrejuntar todo. En el vídeo anterior estoy en la entrada de la capilla pero del lado opuesto al de la foto. Esta capilla es del siglo XV (equis-uve) y está petada, pero petada, petada de motivos masones y templarios. Hay un señor dentro que te cuenta unos rollos que no veas tratando de aportar misticismo. El lugar está bien y es muy interesante pero chica, yo he estado por todos los rincones del universo visitando templos y este se me antoja algo pobre y con mucha charlatanería que supongo que es necesaria porque de algo tienen que vivir los julays de por allí.

Espectáculo navideño de luces en Edimburgo

Regresar me tomó de nuevo tres cuartos de hora y para cuando volví al centro era noche obscura que no veas y hasta amenazaba con llover. Volví a la zona de la Royal Mile para ver el andamio con la iluminación navideña. Para entrar dentro del mismo y vivirlo en su interior había que pagar, vamos que alguien lo flipa que no veas allí ya que desde donde mejor se ve es desde afuera.

El chou navideño de luces en Edimburgo

Como no quiero que se diga que este no es el mejor blog sin premios en castellano hice también un vídeo estremecedor con lo de las luces sucediendo en vivo y en diferido y la plebe allí fascinada con cuatro bombillos de colores, que hoy en día se contenta al populacho con dos boberías. Al parecer hacían el espectáculo un par de veces y así se sacan una pasta de los tontos que entran. Me apunté para una visita guiada a unas cuevas o algo parecido con fantasmas y cosas de esas y la visita era en Español. Resultó que para la de inglés había una multitud que no veas y la de la lengua de Cervantes y esa misma lengua que están perdiendo los totorotas y desgraciados sub-humanos de truscoluña, para esa visita éramos tres, con lo que fue más bien como una visita con guía privado. La guía era una chica que nos contó varias historias, nos explicó algunos de los luctuosos sucesos de una ciudad en la que les fascinaba la tortura y el sadismo. No me molesté en hacer vídeos porque con lo oscuro que estaba el lugar, no se vería nada. Resulta que debajo de uno de los puentes que conectan ambos lados de la ciudad y de las calles hay un montón de galerías que desaparecieron al ser rellenadas de escombros. Una purriada de años más tarde (décadas … más de un siglo … quizás dos) un chamo se puso a escarbar en su casa, las encontró, las limpió y montó su negocio. La visita es espectacular y te sueltan un montón de movidas sobre los fantasmas que viven allí pero yo puedo confirmar y confirmo que no se cruzaron conmigo.

Cuando acabé ya era bien entrada la noche (ejem … ejem) y en la feria busqué algo para cenar porque no tenía mucha hambre. Además, chispeaba.

El bar al que iba la madre que parió a ChapaPotter

De chiripa y sin buscarlo me tropecé con el bar The Elephant House que todos sabemos que fue el sitio al que acudía J. K. Rowling cuando era pobre que no veas para escribir el primer libro de la épica y legendaria saga de Harry chapaPotter. Había hasta un montón de acarajotados dentro tomando café y haciéndose fotos para poder decir que estuvieron allí.

Carrusel bar

En la feria vi algo fabuloso y que tuve que grabar para enseñárselo a mi amigo el Rubio. Por supuesto mi generosidad es legendaria y dejo el vídeo aquí. Reconvirtieron una atracción de niños y la han hecho un bar que gira. Mi amigo el Rubio que es un alcohólico super-conocido llevaría a los chiquillos todos los días a la feria a echarse unos carajillos si pusiesen algo así en Holanda, en lugar de delegar la tarea en su Primera Esposa como hace en la actualidad.

Después, regresé al hotel más muerto que vivo y di por concluido el día.

El relato terminó en Holyrood, el museo de Escocia y un regreso con tropezones

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3 respuestas a “Más del castillo y una visita a la capilla de Rosslyn”

  1. Me ha encantado el color de las fotos -Descontando los colorines horteras nocturnos- Yo creo que me llevaría muy bien con el Rubio, tenemos muchos gustos en común…jajaja 🙂
    Salud

  2. Pues mira no me esperaba eso de Rosslyn, es una visita que recomiendan en todas las guías. Lo de la visita de la ciudad sumergida me encantaría hacerla, me parece muy interesante. Lo que más me llama la atención es que te ha hecho un tiempo sorprendentemente bueno para lo que es el tiempo de Escocia, por lo menos las fotos se ven en muchos momentos con un cielo azul o por lo menos con pocas nubes.

  3. Al parecer el lugar ese era totalmente ninguneado e ignorado en todo el universo hasta que se hizo famoso por aparecer en la película. No tiene ningún arte significativo que haga que merezca la visita y la sala en la que rodaron la escena está llena de trastos viejos ya que la usan como almacen. Es la magia del cine y del turismo, han hecho popular un lugar que no se lo merece.

    Sobre lo del tiempo, conviene recordar que yo no me hago un Virtuditas y madrugo y si sé que el sábado va a estar seco hasta las cinco de la tarde y el domingo va a llover, ya procuro ver todo lo que requiere exteriores el día seco y dejar los museos para el día de la lluvia. Mi teléfono güindous de cien leuros tiene un programa mágico que te permite ver la previsión meteorológica.