Men in Black III


Aquellos que tengan memoria instantánea como el Neskafé se acordarán que hace ahora quince años que se estrenó Hombres de negro, una comedia fabulosa que da igual las veces que la veas, siempre te ríes. Esa misma memoria es como una maldición y también os traerá a la cabeza el pallufo infumable que fue Hombres de negro II hace diez años. El tiempo cura las heridas, vacía los bolsillos y seguramente por eso alguien sintió la necesidad imperiosa de sacar esta franquicia del cajón de los recuerdos y rizar el rizo haciendo una tercer parte que en inglés se titula Men in Black III y en español, gracias a la crisis que ha dejado el ex-presidente ZaPatazos después de asolar el país, han decidido cambiarle el nombre y ahorrar dinero en traductores y se quedará con el mismo que en inglés, a sabiendas que hasta la maruja más basta se ha hecho unos cursos de idiomas en la Corporación Dermopatética o similares y habla inglés en la intimidad con el garrulo que le empeta el rabo hasta los pelos. Como mi subnivel intelectual está altamente demostrado, aproveché para ir a verla y así tener algo que despellejar.

Un julay negro que se pone ropas que le hacen parecer una cucaracha se tiene entre manos no-se-qué-coño misión

Después de quince años trabajando como agente de los Hombres de negro, J sigue sorprendiéndose todos los días con algo nuevo. Una mañana sucede algo extraño y su compañero K desaparece del espacio-tiempo y para solucionar el entuerto y salvar el universo universal de una invasión de unos bichos que parecen sacados del mismísimo Vecindario capital de Mordor, viajará al año 1969 y allí vivirá una nueva aventura, solo que K tendrá unas décadas menos.

Antes de que comenzara la peli me hice un borrado completo de memoria para no vilipendiarla solo porque la segunda fue una mierda. Esta comenzó bien pero pronto aterrizó en el terreno de la monotonía, de los golpes previsibles, de las bromas gastadas y de ahí no salieron. Además la rodaron en 3D para poder sacar más pasta a los espectadores sin que la película tenga un solo plano que merezca ese estipendio extra. De los tres protagonistas, Will Smith hace el payaso como siempre y no resalta particularmente por nada pero al menos lo intenta y parece que tenía algo de interés en que el vehículo promocional funcione. No se puede decir lo mismo de Tommy Lee Jones que lo sacaron de alguna residencia del Inserso y el pobre viejillo no está para esos trotes y no me extrañaría si en realidad confiesan que usaron un cromo grande con su cara y efectos de ordenador ya que aparte de la piel de lagarto guancho, no se le vio ningún atisbo de vida. Mucho mejor lo hizo Josh Brolin interpretándolo cuando tenía unos cientos de años menos.

La película pasa por todos los tópicos de las dos primeras en eso que llaman guiños y que no es sino gandulismo por parte de los guionistas. Los efectos especiales están bien pero no son nada del otro mundo y algunos de los extraterrestres hasta se ven más falso que una peluca de Sara Montiel y las tramas secundarias son muy flojas y resultan más bien una molestia.

Aunque no llega a los niveles de basura birriosa de la segunda parte, tampoco resalta como una gran película y se queda como una forma de ordeñar la vaca y repartirse unos millones sin que realmente hiciese falta. No has dado ni tres pasos en la calle después de salir del cine y ya la has olvidado. Oh, la escena final resulta increíble a más no poder por la forma en la que consiguen salirse con la suya.

En fin, que esto es carne para el Clan de los Orcos y que seguro que gritan y aplauden como hienas en noche de luna y se lo pasan bomba y aún más si se dejan el cerebro en casa pero para los demás, en dos años la dan en la tele y veréis que no era gran cosa.


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