Moras y zarzamoras


Gracias al pedazo de verano caribeño que estamos teniendo, este año las zarzamoras han despachado la cosecha con antelación. En mi jardín, el perímetro de seguridad lo conforman un montón de zarzas. Comencé con una, la cual tuvo tres o cuatro hijos, de los que ubiqué uno en otro lugar y al año siguiente fueron quince o veinte hijos y este año son legión, habiendo regalado al Rubio varios y teniendo que matar a muchos nada más descubrirlos porque esta es una planta con más ansia de invadir que los marroquíes. He procurado respetar las ramas con flores y desde hace dos semanas, cada dos días recojo más o menos medio kilo de moras. Ya estamos llegando al final de la cosecha y ha sido muy fructífera y tengo la nevera petadísima con toda la mermelada que consumiré durante los próximos doce meses. Como mi parra primordial murió y la heredera aún es muy pequeña y no ha dado ni una sola uva, me tendré que conformar con mermelada de moras, un producto fabuloso y muy fácil de preparar.

En Hilversum y cerca de la prisión en la que nos han encarcelado he encontrado un camino lleno, lleno, lleno de zarzamoras que casi nadie toca y hoy me llevé dos tupperware y regresé a mi casa con un kilo adicional, que junté con los quinientos gramos que tenía del jardín y ahora mismo hay cinco botes de mermelada enfriándose en el caldero en el que fueron requeteque-esterilizados. El viernes iré a pillar otro kilo y creo que con eso ya tendré suficiente, no solo para comer y añadir a mis magdalenas, sino para llevar unos cuantos en navidades a Gran Canaria, ya que debido a estúpidas reglas de seguridad aérea, no la puedo llevar en el equipaje de mano. Este año fui más listo y en lugar de comprar botes, fui guardando los que usaba y tengo una colección fantástica, que se me está agotando a toda velocidad. En total, tengo catorce botes de mermelada y si recojo las suficientes el viernes, es posible que llegue a los diecisiete o dieciocho, ya que los que aún quedan vacíos son los de mayor capacidad.

Los jetas de los amigotes ya están tirando puntas. Untarla en tostadas es fácil pero lo de atacar la zarzamora, la cual se defiende picándote continuamente y después remover durante cincuenta y cinco minutos para que se haga la mermelada, la desinfección de los botes hirviéndolos y el sellado volviendo a hervirlos, eso no les mola nada.


6 respuestas a “Moras y zarzamoras”

  1. Aquí hace mas de un mes que se nos han acabado, pero las que tiene el vecino compartiendo con mi linde ya que la cerca sirve para atarlas, no son silvestres, son mas tempranas, mas gordas, mas sabrosas y sin pepitillas, aquí las cultivan con fresas, arándanos y frambuesas y las exportan.
    Salud

  2. No sabes lo que te pierdes. Ayer pillé otro kilo e hice más mermelada y una tarta de suero de mantequilla con moras que está para cambarte toa de puro gusto.

  3. Mi vecina me dijo anoche que a su hermana la repija se le pusieron los pezones duros como diamantes de puro gusto después de que probó mi tarta de suero de mantequilla con moras. Además, la probó recién hecha, que es cuando aún sabe más rica. Hoy traje los últimos dos trozos al trabajo y los que se los comieron s han tenido que poner baberos delante de la bragueta para que no se note las marquitas que les han quedado.