Más sobre «El Pelos»


Más del Pelos
Para hoy tenía pensada una primicia mundial. Algo que haría temblar los cimientos de mi edificio. Hoy quería publicar en mi web una foto de «El Pelos y los Marus«. Por desgracia, el amigo soyinferior-anormal-elputoamo se niega con rotundidad y alevosía a proporcionarme una foto de su jeta para realizar el fotomontaje. Shame on you! que diría en inglés. En español ya no me acuerdo de como lo diría, pero seguro que incluye unas cuantas palabrotas. Visto que mi amigo me niega la foto, he tenido que improvisar algo, así que me he engominado el pelo y he sacado unos nuevos peinados de la colección El Pelos para este otoño-invierno.

A la izquierda podéis ver el clásico dos aguas con caida desde el centro. Este peinado lo inmortalizó el primo repelente de Huckleberry Finn en aquellos infames dibujos animados que todos veíamos de pequeño. Desde entonces me pareció que la gente que se peinaba con la ralla en el medio eran malas personas, así que siempre lo he usado en ocasiones en las que mi reverso tenebroso aflora a la superficie. Es ideal para reuniones de trabajo y para esos tediosos eventos de empresa a los que se nos obliga a acudir en estas navidades.

El segundo peinado es un arpón vaginal con caidita de roma. Es uno de los peinados más elaborados que hay. Se comienza por el lateral izquierdo, el cual se peina cual si fuéramos a hacernos la ralla a ese lado. Se continúa haciendo lo mismo por el lateral derecho. Conseguida la doble ralla, se coge el pelo que ha quedado entre ellas y se alisa hacia adelante, agrupandolo hasta conseguir esta forma de espolón que cae hasta el medio de los ojos. Este peinado asusta terriblemente al interlocutor y lo induce a dudar de las facultades psicosomáticas de uno. Es perfecto para citas a ciegas y para deshacernos de amistades indeseadas. Una variante un pelín mariconsona es hacerse un gancho con el espolón.

El tercer y último peinado es un clásico: el Aznarín de la mancha. Yo lo calco. Ralla a un lado con gomina para mantener la formación marcial. No se debe mover ni una sola cana. El complemento ideal es un pequeño bigote pintado con rotulador para realzar el efecto y despertar las pesadillas más atroces de los simpatizantes de izquierda. Dado que la clase dirigente es de derecha, este peinado provoca en gerentes y directores una corriente de afinidad y cariño por uno mismo que puede ayudar bastante a la hora de conseguir mejorar nuestra posición en la empresa.

Uno de estos tres peinados fue el que usé hoy. En clase no hubo nadie con huevos para preguntar por el nuevo aspecto. En el trabajo, mi jefe envió a uno de los lacayos para comentarme que me notaba «algo» raro pero no sabía el qué era. Lo despedí amablemente mandándolo a tomar por culo.


4 respuestas a “Más sobre «El Pelos»”

  1. Of course. El cabezón es del menda. Los efectos espaciales son del fotochop. La cámara es una Canon Powershot G2 con 512 MBytes de memoria, lo suficiente para albergar dos o tres fotos de semejante cabezón.