Nadie quiere a truscoluña, que no es nación


Nadie quiere a truscoluña, que no es nación

Que España oprime a los truscolanes es algo que todos sabemos y yo soy el primero que si veo uno, le piso la cabeza y le mantengo la pierna encima para que no levante cabeza. Al ser una colonia de esbirros que hemos dominado durante cienes y cienes de años, no vemos la necesidad de tratarlos ni como a los mejores amigos del hombre, a los perros. Ellos son más bien como los gatos, que hay que darles candela de la buena o galletitas con sorpresa para quitártelos de en medio. No somos los únicos. Que el universo entero los ningunea da fe la foto de hoy, un marcador de distancias en la isla Corregidor, en las Filipinas, en el que su preciosa capital no fue tomada en cuenta. Para los filipinos, la ciudad relevante europea es Madrid, por más que le duela a esos que oprimimos (aunque no lo suficiente). Resulta muy interesante el ver lo lejos que está la costa oeste de los Estados Unidos de las Filipinas, vamos, casi la misma distancia que Madrid y esto quizás explica uno de los sucesos más misteriosos del universo. Los gringos no parecen tener líneas aéreas económicas y casi toda la gente que llegaba a este país desde América lo hacía por una ruta que los llevaba por alguna capital europea o por alguna ciudad de oriente medio. Nosotros nos quejamos de los palizones que nos damos para llegar allí pero el de los gringos era aún peor.

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Una respuesta a “Nadie quiere a truscoluña, que no es nación”

  1. Con nosotros vivían una jartá mejor que con los gringos, igual que los cubanos, pero a la gente les da por independizarse, como a los truscolanes, a pesar de que nunca hayan sido nación… 🙁
    Salud