Nine


Los musicales son bichos raros en las carteleras. Aunque en los teatros resultan muy populares, pierden demasiado al eliminar la calidez del directo y plasmarlo en una pantalla de cine. Eso y que la gente que va a musicales es un público muy específico y la mayor parte de la plebe no soporta ese tipo de historias. El musical Nine ha llegado a la cartelera después de casi nueve meses con un trailer fantástico que te daba ganas de ver la película. Por desgracia, la historia no ha estado a la altura de esa pequeña joya.

Un julay que vive en el candelabro del artisteo solo come chichis de tías cañón

Un director de cine archifamoso y muy respetado sufre una crisis que le impide escribir ni una línea de la que debe ser su próxima película. A su alrededor su mujer, su amante, el fantasma de su madre y su directora artística (o algo parecido) le lavarán el cerebro tanto que se le caerá el color y el hombre terminará reventando. Todo esto acompañado de mucho bailoteo y canciones.

La escena con la que abre la película es increíble. Una especie de número musical con una hartada de tías cañón en la pantalla medio desnudas y agitando unas piernas infinitas mirando a la cámara e intentando demostrar que los hombres solo se fijan en ellas por el intelecto y no por las ganas de follárselas. Después de esos tres minutos ponen los títulos de crédito y la película habría sido un clásico instantáneo pero el problema es que casi todo lo que vino después no estaba a la altura.

La historia no está muy bien contada, los personajes no quedan bien definidos y el protagonista aburre casi siempre con sus estupideces. Lo mejor es su amante y una periodista, interpretadas por Penélope Cruz y kate Hudson. Hay que ver lo mucho que mejoró la Pe desde que se afeitó el bigotón, todavía me acuerdo de como se aterrorizaba la gente en los cines con ella hace una década. Ahora es una actriz muy solvente capaz de hacer creíble un personaje que estaba condenado de antemano a la burla más despiadada. Lo malo es que no hubo más caracteres como el de ella y en la mayor parte de las escenas de la película los espectadores nos aburrimos. Tampoco ayuda que los números musicales sean malos. Salvo por la canción del principio y la que ponen en el trailer, el resto es como para borrarlo de vuestra cabeza tras haberlo escuchado por primera vez y eso en un musical es prácticamente una pena de muerte.

Esta es simple. Si te gustan los musicales, vete a verla y decide por ti mismo. Si no, quédate en casa y ahórrate el suplicio.


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