Si hay algo que me ha quedado claro tras sucesivos meses Disney en el cine y poder ver películas viejunas es que hasta la Disney tiene su buena ración de tostones, pallufos y películas aburridas y malas, que se camuflan por detrás de las épicas y legendarias que todos recordamos y esas otras obras despreciables, pasan al olvido. Seguramente no deberían haber sacado de ahí jamás de los jamases a Oliver & Company, película que si en algún momento de mi vida fui a ver, no recuerdo en absoluto. Al parecer en España, cuando se estrenó, la titularon Oliver y su pandilla.

Un julay felino se merece que lo manden de carne de cañón a cualquier país de josdeputas-terroristas-islámicos

Un gato al que nadie quiere porque a todos nos dan asco esas bestias repugnantes viene a ser adoptado por una banda de perros criminales callejeros que vive con un criminal empobrecido y embrutecido o similares. El gato se cruza con una niña pija, borde y antipática y acaban siendo amigos para siempre o algo así y de ahí, al puto infierno.

Tiene mérito que hagan una película que dura la friolera de setenta y cuatro minutos y yo dormí por lo menos veinte de los mismos. Esto es un masque del copón, aburrida hasta niveles dantescos. Está definitivamente pensada para cerebros no desarrollados, totorotas y acarajotados. Carece del más mínimo humor y en lo que a mi respecta, al puto gato lo podían haber llevado al matadero y ejecutado en ese mismo instante. Se supone que se inspiraron en la novela Oliver Twist pero está claro que el que escribió el guión ha pasado demasiadas horas comiendo culos y ha olvidado las reglas básicas de un buen guión. La animación es tan patética como la película por más que pongan colores brillantes y las canciones me hacían desear arrancarme los oídos y no volver a pasar jamás por ese suplicio. Jamás podré asumir que Billi Joel debía estar en la indigencia y se ofreció a escribir y cantar algunas de esas canciones, el chamo ha perdido todo mi respeto. NO se puede decir mucho más de esto, es una mierda y punto.

Ahora entiendo por qué hubo tantos incendios en cines cuando se estrenó, está claro que los miembros del Clan de los Orcos no se la tomaron muy bien. Esto supone expulsión directa e instantánea a cualquier sub-intelectual con GafaPasta que se le ocurra ir a verla.