Otra de templos en Bagan


El relato del viaje a Birmania y Tailandia del 2011 comenzó en la anotación De Utrecht a Bangkok pasando por Hilversum y Amsterdam

Mi segundo día saltando de templo en templo en Bagan estaba pensado para ser más suave. El día anterior me hice el grueso de los grandes templos y en esta ocasión me iba a centrar en templos con frescos y murales. Además haría muchos más kilómetros pero por carreteras asfaltadas. Tras el desayuno estándar para turistas en Birmania y que consta de café, un vaso de un sucedáneo de zumo de naranja, tostadas con mermelada o mantequilla y una tortilla francesa con tomate y cebolla (o huevos revueltos) (salvo un día, dos semanas comiendo lo mismo por la mañana), cogí la Budcicleta y me eché a la carretera. A esa hora había un montón de gente, sobre todo niños yendo al colegio (era martes) y que me gritaban al verme «jelou«. Hice varios kilómetros parando a hacer fotos de algunos templos que no aparecían en mi guía y por los que nadie se preocupa y después me metí por la carretera que lleva a un poblado llamado Minnanthu. Viene una en moto y se para para decirme que cuando llegue al pueblo vaya a la tienda de su madre. Después llegan dos más con el mismo rollo y una que se cruzó conmigo en bici con la misma cantinela. Yo a todos les dije que no para que no digan que discrimino. Al entrar en uno de los templos tropecé y me hice una pequeña herida en uno de los dedos gordos de los pies que sirvió de sacrificio sangriento a Buda o a su prima Kali, la de los parásitos hindúes. Junto al pueblo hay cuatro templos pero para llegar a ellos tengo que esquivar a todos los que me «mai-fren-neaban» y querían que fuera a su tienda a comprar las mismas mierdas que hay por todos sitios.

Comencé con el Leimyethna Pahto, construido en 1222 y con unos frescos en su interior impresionantes. Sin perder mucho tiempo seguí hasta el Tayok Pye Paya, el cual fotografié desde fuera ya que no tiene frescos y había un montón de vendedores en la puerta, los cuales cuando me vieron marcharme sin pasar por su lado gritaban como burras pariendo. Muy cerca tenemos el Payathonzu, el cual tenían cerrado con candado y el hijoputa con la llave quería dinero. Lo miré a los ojos, le deseé todo lo peor ?? siempre y me marché viendo como se le descomponía la expresión de avaricia. En el siguiente, el Thambula Pahto, aunque cerrado, desde la puerta se podían ver los murales de las paredes y el techo. Se construyó en el 1255. Ya fuera del pueblo y junto a un monasterio está el Nandamannya Pahto que era la razón de ir hasta allí. Llegué al mismo tiempo que un grupo birmano y estaba cerrado. Se pusieron a dar gritos y apareció desde el monasterio uno con la llave y lo abrió y nos intentó vender unas pinturas. El templo también es de mediados del siglo XIII y es pequeño pero tiene unos frescos alucinantes y en un estado de conservación fantástico.

Al parecer en el monasterio hace unos años se murió un monje mientras meditaba y los demás no lo molestaron pensando que estaba alcanzando varios niveles superiores en el juego de la meditación y unos días más tarde se dieron cuenta que la palmó y el tufillo no era el sudor de los güevillos.

Desde allí hice un montón de kilómetros en la Budcicleta, primero en dirección hacia el aeropuerto de Nyaung U y después hacia el poblacho del mismo nombre. De los tres villorrios en los que se divide Bagan, este es el tiene más vidilla y hasta trafico, aunque no con los niveles de Mandalay. Tomé la carretera que va de Nyaung U hasta el viejo Bagan y empecé a rastrear templos, comenzando por el Shwezigon Paya, con una estupa dorada enorme y muy vistosa. Allí me crucé con un grupo de marujas españolas que jamás sabrán que yo hablo su idioma y hasta tengo el pasaporte de su país (aún pero por poco tiempo??). Al templo se accede por unos corredores llenos de puestos de venta de la misma morralla que se vende en todos lados. Supongo que hasta el más lerdo de los que han leído hasta este punto el relato sabrá mi respuesta a los ofrecimientos ??

Aún más interesante que la estupa son los cuatro Budas de bronce que están de pie que fueron fundidos y creados en el 1102 y son los más viejos de Bagan (de los de bronce). También en este lugar hay una figura de piedra de Thagyamin, el rey de los Nat, espíritus protectores y vengadores en los que creía la gente hasta que Buda les jodió el negocio. Junto a la estatua están los 37 Nat pre-budismo a los que algunos les siguen rezando.

Al salir fui a Kyanzittha Umin, una cueva templo con pinturas que datan de setecientos años atrás. Como no hay iluminación, lo ves con linterna (yo llevo una pequeña con LEDs en la mochila de la cámara) y si no tienes ninguna, una chama que está en la puerta te presta una a cambio de dinero. Desde allí me fui hasta la Wetkyi-In-Gubyaukgyi, otro templo del siglo XIII de estilo hindú y que tiene algunos frescos.

Casi al lado está el templo Gubyauknge, con unos estucos muy bien conservados y algunas pinturas. Al salir fui en la Budcicleta hasta el templo Buledi, uno tipo piramidal que se está volviendo popular entre los que buscan un lugar para ver la puesta de sol. A mí no me impresionó demasiado. Un vendedor de pinturas agitaba las manos para que me acercase pero huí de él como de la peste.

Al salir seguí pedaleando hasta el Viejo Bagan y después tomé la carretera hasta el Nuevo Bagan para ir a los templos que estaban más cerca de mi hotel. Comencé en el Gubyaukgyi, a la entrada de una zona conocida como Myinkaba y en la que hay un poblado. En este templo hay unas pinturas soberbias y con colores bastante vivos que se supone se remontan a 1113. También tiene una estupa bastante grande. Unos niños vinieron a hacerme el tocomocho como siempre y cuando me preguntaron por mi país les dije que Europa y uno me dijo que eso no era un país así que le expliqué que era un inculto y un iletrado y debería ir más al colegio y perder menos el tiempo con los turistas. Uno de sus amigos le dijo que sí, que Europa es un país y la capital es Austria. Los dejé discutiendo sobre el asunto. Ya en el poblado, entré en la Manuha Paya que tiene tres Budas enormes sentados en unas salas que casi no pueden contenerlos y que supuestamente representan el malestar que sufría el rey que la encargó.

De allí seguí al Abeyadana Pahto, templo del siglo XI que también tiene unos frescos muy bonitos. No había nadie salvo dos vendedoras durmiendo la siesta así que lo tuve al completo para mi solo. Había una escalera estrechísima y oscura para subir a la parte de arriba pero decidí pasar. Este era uno de los templos que más quería ver de los que tienen frescos. Acabé mi periplo en el Nagayon, también con pinturas. Este fue mi ultimo templo y como eran casi las doce me marché al hotel y maté la tarde en la piscina descansando. Tenia pensado ir al pueblo a cenar pero a las cinco comenzó el monzón y no paró de llover en un montón de horas, así que esto fue lo ultimo que vi de Bagan ya que al día siguiente seguía mi periplo hacia el lago Inle ??

El relato continúa en Desde Bagan al lago Inle


2 respuestas a “Otra de templos en Bagan”

  1. Deben de haber patos que jode, porque todo termina en Patho…
    Que en venezolano, pato, es maricón…jajaja
    Salud