Otra gala en mi casa


Cualquiera que crea que invitar a unos cuantos amigos a tu casa es pan comido y no requiere grandes esfuerzos obviamente o vive a base de comida preparada o los despacha con dos latas de aceitunas y un paquete de manises.

Hoy tenía una visita muy especial y quería agazajarlos como se merecen por lo que nada más levantarme y ver que llovía sin parar me duché y me fui al mercado a comprar calamares, pimientos y un par de cosas más. Aproveché para pasarme por la tienda en la que tienen la que casi con toda seguridad se convertirá en Dolorsi, la sucesora de Macarena. No me acordaba que hoy comienzan las rebajas en Holanda y el centro estaba que se caía de gente. Algún día entenderán en España el concepto de poner las rebajas antes de las Navidades para que la gente no tenga que esperar hasta enero. Por todos lados sonaban villancicos y pese a la lluvia la gente tiraba el dinero en ropa y productos electrónicos.

Volví a casa y comencé a preparar la comida con tiempo para así poder limpiar luego. Preparé algo que he bautizado como Garbanzos Nórdicos y que asemeja a una ropa vieja. De segundo hice Calamares en salsa. Como siempre se me olvidó hacerles foto. Espero acordarme la próxima vez para poner las recetas en la bitácora. Todo acompañado de los clásicos dátiles con beicon, gambas al ajillo y de postre flan de huevo. Es una de las dos variantes del menú de invierno que imagino tendré que preparar un montón de veces hasta que llegue la primavera y cambiemos de nuevo de platos.

Los invitados aparecieron a la hora exacta, lo cual me recuerda que esto no es España y que aquí una hora acordada es sagrada. La cena transcurrió sin sorpresas y la selección de sabores españoles parece haberles gustado mucho. Tras la tertulia y el pase de fotos de Nueva York y Washington vinieron los chupitos de licor finales y las despedidas. El año que viene ellos me tendrán que invitar a mí y veremos si su cocina está a la altura de la mía. Mañana voy de colgado y no me tengo que preocupar por la comida. Mi amigo el Rubio será el que haga los honores y mientras él y su esposa cocinan, yo me dedicaré a jugar con su hija y leerle libros en mi holandés cochambroso.


3 respuestas a “Otra gala en mi casa”

  1. Si se entera Dolorsi que le pones su nombre a una bicicleta te mata. Con lo ordinaria que es!!!. Podias haberle puesto Mari Lola la Tetua, al paso que vas.