Otra visita a Gran Canaria


Cuando hace dos sábados viajé a Gran Canaria, se puso en marcha una maquinaria muy eficiente para hacerme saltar los tres mil seiscientos y pico kilómetros. Aunque en los últimos tiempos era Ryanair mi compañía favorita para visitar la isla redonda, con tanto terrorista suelto y países jodidos y como en la isla no le dan más subvenciones, han conseguido que Ryanair no incremente la frecuencia y se mantenga con un avión a la semana entre Gran Canaria y Eindhoven, avión que va más petao que las guaguas de la línea 20 cuando subían a la Isleta y que hace que los precios de los billetes estén al mismo nivel que los del caviar más exquisito. Por suerte, este verano Transavia desvió una cantidad ingente de vuelos que habitualmente iban a Egipto, Tunez, Turquía y otros países propensos a los josdeputa-terroristas-islámicos y los puso conectando cualquier pista de despegue holandesa con cinco de las islas Canarias y en el caso de Gran Canaria, solo desde Amsterdam hemos tenido hasta tres frecuencias diarias, con lo que pude conseguir un buen billete y lo más importante, con horario de ser humano convencional, despegando a las dos de la tarde, algo inusual ya que Transavia solía salir desde Amsterdam a las cinco de la mañana en dirección a la isla. Opté por dejar mi bicicleta en casa y elegí el transporte público para llegar a la estación central de Utrecht, no por gandulismo, ya que es bien sabido que soy un atleta no laureado, sino porque en la estación están en obras por la zona en la que yo aparco y no quería encontrarme con un disgusto al volver. Desde allí fui en tren al aeropuerto, me pegué un perrito caliente del HEMA, totalmente distintos a los gringos y deliciosos y me aventuré en los controles de seguridad, que ahora supuestamente son más intensivos pero que en mi caso suponen el mismo tiempo que antes porque sigo las reglas a rajatabla. Después fue buscar la puerta de embarque y esperar.

El avión salía en hora, o dicho de otra forma, no seguía el sistema homologado por Vueling de meter una o más horas de retraso por tocarte los mondongos. Una vez sentado dentro, esto es lo que se veía desde mi ventana:

Avión de TUI en Schiphol

Esta anotación tiene un vídeo espectacular, increíble, asombroso, épico, legendario y terrorífico al final que en realidad es una compilación de vídeos hechos con mi teléfono y con mi cutre-cámara clónica para meter bajo el agua y como novedad, he añadido antes de cada segmento una pantalla con un título para que los más acarajotaos y truscolanes sepan lo que están viendo. El piloto nos anunció que pese a despegar en hora, íbamos a tardar un montón por congestión de espacio aéreo en Francia y en España, con lo que nos hacían dar un rodeo o algo así. Despegamos sobre un mar de verde que se verá en el vídeo y pasamos al ladito de París pero pasé de hacer fotos. Después pasamos junto a Lisboa, con esa boquita linda y el bigotillo y ahí sí que hice dos pequeños vídeos y la foto que viene a continuación:

Estuario del Tajo y Lisboa

Ya cerca de nuestro destino se podía ver el Teide, la montaña más grande de España y que no pertenece, JAMÁS perteneció y NI DE COÑA pertenecerá a truscoluña. Tanto en la foto como en el vídeo cuesta ver su silueta porque era el atardecer y el sol estaba ya muy bajo:

Mar de nubes y al fondo el Teide

Después pasamos sobre el aeropuerto antes de aterrizar. Todo esto está documentado de manera espectacular en el siguiente vídeo, el cual con algo de suerte no está bloqueado en ningún país del universo conocido. Aquellos que se fijan en los detalles verán que el despegue fue con el verde holandés y el aterrizaje con el marrón de secano que hay en Gran Canaria en la zona del aeropuerto. La música elegida es un clásico español de todos los tiempos, la canción Un año más de Mecano en versión pachín:

De mis semana en la isla igual comento algo en otra anotación pero decir que fui a la playa, comí bien, me encontré con amigos y hasta me certifiqué e hice un curso de PADI Open Water con lo que ya no solo controlo los cielos y la tierra, ahora puedo bajar al fondo marino del agua del mar. En el regreso tenía asiento de ventanilla y había pensado hacer otra traca de vídeos pero en mi fila pusieron a una vieja de trescientos sesenta y dos años que estaba descomponiéndose y no podía moverse y opté por darle la ventana para salir del avión antes de que lo desguacen y no hubo vídeos. En cualquier caso, un regreso con una salida que tuvo diez minutos de retraso, en un avión que volaba a las diez y pico de la mañana y llegaba a Schiphol a las cuatro de la tarde. Desde allí en tren a Utrecht, en guagua a casa y para redondear el día, por la tarde me fui al cine a ver una película. Esta fue mi última visita a España hasta la tarde previa a la Nochebuena, que técnicamente debería ser la Tardebuena o la víspera de Navidad.

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3 respuestas a “Otra visita a Gran Canaria”

  1. Anda! No sabia que habían hecho esa versión, es la primera vez que la escucho, no está mal el arreglo…
    Espero que pongas algún video mas de la visita… 🙂
    Salud

  2. No esperes mucho porque no los habrá. Solo hice esos vídeos. El resto del tiempo, a tomar el sol, comer, caminar y bucear.