Otro paseo por Liverpool, en ferry por el río Mersey y otras cosillas


El relato comenzó en Viajando a Liverpool desde Eindhoven

Mi último día en Liverpool arrancó como siempre un montón de horas antes de la hora Virtuditas, aprovechando el desayuno gratuito. Después dejé mi mochila bajo la supervisión del personal del hotel y me lancé a la calle. La noche anterior me compré un billete para el ferry que te lleva al otro lado del río Mersey y la primera salida del barco era a la diez. Hasta ese momento, revisité muchos sitios para hacer nuevas fotos sin la pesadez de la lluvia, ya que teníamos un cielo con claros y nubes que se prestaba mucho más y por eso, hoy vamos a tener en el mejor blog sin premios en castellano y el único que no se revuelca en los fangos del copiar+pegar que tanto os gustan a todos, digo, vamos a tener una sobredosis de fotos porque solo Dios sabe si algún día habrá una serie de la ciudad.

Según salgo del hotel y bajo menos de cien metros de calle, me doy de bruces con el St George’s Hall y como el día anterior el tiempo no se prestaba, le hice una foto preciosa a primera hora de la mañana y por detrás se puede ver la Radio City Tower. Se pueden ver las multitudes mañaneras petando toda la imagen:

St George's Hall y la Radio City Tower

Volví a pasar por el Royal Albert Dock y alrededores y finalmente llegué a recoger mi billete para el ferry y a las diez nos poníamos en ruta. Tenía aún un rato así que hice una segunda ronda de la barriada y tenemos otra foto del Museum of Liverpool solo que esta vez sin el entorno gris de la anterior:

Museum of Liverpool

Aproveché para hacer una foto de las Three Graces de Liverpool, las tres gracias o nosotros diríamos las tres Marías, pero no las de la caca, la mierda y la porquería. Ya hemos visto las fachadas de estos edificios por separado, al menos de los dos de los extremos y con esta imagen igual los más desarrollados mentalmente los reconocen en las panorámicas que vendrán:

Three Graces de Liverpool

El ferry hace una ruta circular con tres paradas, siendo dos de ellas en el otro lado del río. Antes de ver las fotos tenemos un vídeo pequeñito, de menos de un minuto y que muestra la ciudad desde el ferry. Está amenizado con la adorable canción The world es mi familia de la banda sonora del clásico Coco. El vídeo, si no se puede ver debajo de este párrafo, está AQUÍ:

Y ahora que estamos en el tema, comenzamos con una panorámica de la línea costera de Liverpool:

Línea costerda de Liverpool desde el río Mersey

Y cuando estábamos cerca de la otra orilla del río aproveché para hacerle una foto al fantástico edificio del ayuntamiento de Wallasey, que más bien parece una mansión de criminal exiliado truscolán a la vera del río:

Wallasey Town Hall

En la primera parada del ferry no me bajé pero en la segunda sí que pisé tierra porque en ese lugar e incluido en el billete del ferry hay un museo que me moría por ver, el U-boat Story en el que tienen expuesto el U-534 y al viejete le recomiendo que se vaya a la wikipedia y se empape la historia de dicho submarino, si es que sabe leer inglés o alemán o italiano. Lo han cortado en lonchas para poder verlo mejor. Aquí tenemos una vista general de dos de los trozos. Aquellos mejor dotados intelectualmente verán que por la parte de atrás hay como un agujero negro que es el sitio en el que está el corte y por detrás de mí había otro corte para mirar a esa parte delantera:

U-534

Y quiero confirmar y confirmo que me encantó este pequeño e interesante museo y que ahora tengo un montón más de conocimientos inútiles en los que emponzoñarme. En el corte en el que está la sala de máquinas le hice otra foto para que se vea el concepto del museo:

Sala de máquinas del U-534

Como solo hay un ferry por hora, después de ver el museo (que no toma más de tres cuartos de hora) tuve que esperar un ratillo para pillar el siguiente ferry y volver a Liverpool. En el regreso hice más fotos y en la próxima vemos el Royal Albert Dock a la derecha, son las naves esas que aparecen en la mitad derechad del frente marítimo y que fueron reconvertidas en kelis de julays como tú y como aquel:

Royal Albert Dock y el resto del frente marítimo de Liverpool

Cerca del momento del atraque hay una preciosa foto con los edificios del frente marítimo. Tenemos el Museum of Liverpool y las Tres Gracias:

Unesco Ciudad marítima y mercantil de Liverpool

Y cuando me bajaba del barco pillé esta imagen épica y legendaria del Edificio Royal Liver:

Edificio Royal Liver desde el agua

Subí por la calle a la derecha del edificio que en un punto determinado pasa a llamarse Dale St y la calle se ve muy linda, con lo que le hice una foto por el placer de tener este recuerdo:

Dale Street

Desde allí fui al World Museum y después visité la Central Library que es un edificio precioso, con una sala de lectura espectacular y que tiene una terraza desde la que se pueden hacer fotos de esa parte de la ciudad, pero antes de llegar a esa imagen tenemos una en la que se puede ver la cubierta acristalada (como una cúpula) que tiene:

Cristalera del techo de la Central Library

Y antes de marcharnos de la ciudad, una última foto con la vista cuando sales a la terraza de la biblioteca:

Vista desde la terraza de la Central Library

Se acercaba la hora de mi tren, así que tras almorzar en la cafetería de la Walker Art Gallery, recogí mi mochila en el hotel y fui a la estación de tren. Mi tren era el de las dos y pico y pasé la hora y algo del viaje viendo un episodio de una serie y de cuando en cuando mirando afuera. Una vez en el aeropuerto, fui a la terminal 1, que es la usada por los aviones de flybe, la aerolínea elegida para el regreso. Lo del paso por el control de inseguridad en el aeropuerto de Manchester fue horrendo. Hay unas colas como en Venezuela para comprar papel higiénico y no son para nada eficientes. Creo que estuve unos cuarenta minutos hasta que por fin llegué al otro lado y me sentí tan inseguro como antes de pasar. La terminal es como vieja y mal hecha y hay pocos sitios en los que comprar comida y multitudes arracimadas por todas partes. Encima a mi avión le pusieron primero veinte minutos de retraso, después cuarenta y finalmente una hora, con lo que me atrincheré en un rincón del aeropuerto con visibilidad de las pantallas de información y esperé allí. El embarque fue rápido porque era un turbo-hélice con poca capacidad, calculo que unos setenta julays. En la siguiente foto se puede ver el momento mágico en el que entrábamos al avión:

Embarque en el flybe Dash 8 Q400

El antiquísimo tuvo suerte porque me asignaron asiento de ventana, aunque por otra parte tuvo mala suerte porque es la ventana que está debajo del ala y con el motor bloqueando la vista, con lo que el vídeo, QUE HAY VÍDEO, con el vuelo de Manchester a Ámsterdam, se centra más bien en el momento posterior al despegue y anterior al aterrizaje, ya que por la pista no se ve una chingada. Tenemos el despegue, con la campiña inglesa y tal y tal y después de un minuto y medio comienza el aterrizaje, que fue de noche y hay un reflejo enorme en la ventana, ya veréis la funda espectacular roja de mi iPad reflejada allí. El aterrizaje fue en la odiada Polderbaan de Schiphol con lo que nos mamamos veinte minutos de paseíllo después de aterrizar. La música de este documento históricamente estremecedor es la canción instrumental Adagio for Strings de Samuel Barber y si el vídeo no está por debajo de este párrafo, lo podéis encontrar AQUÍ:

Y así acaba el relato de esta escapada a Liverpool, ciudad que me ha gustado bastante y que recomiendo encarecidamente para una visita de un par de días.


3 respuestas a “Otro paseo por Liverpool, en ferry por el río Mersey y otras cosillas”

  1. El rio ese parece mas grande que el Amazonas…

    Me gusta el edificio del «Hígado real» 🙂

    La historia del submarino ya la había leído, lo malo es que se me ha olvidado y la voy a tener que volver a leer…jajaja
    Que cachondos los del avión, «mas rápido que por carretera» o algo así ponen debajo del motor, por cierto que aunque eso está insonorizado el turbohélice debe de meter un ruido del copón, pero el video me gustó a pesar de todo… 🙂
    Salud

  2. Increíblemente, yo también pensaba que llegaría sordo a Amsterdam y resultó que o tiene un aislamiento alucinante o el motor es bastante silencioso porque el ruido fue más bien escaso.

  3. Sigo viendo la ciudad como triste, gris…. pero para una escapada corta parece que vale.