Otro triplete de buceo en el Nido


El relato comenzó en El salto a Dubai que comienza las vacaciones

Mi segunda mañana en el Nido comenzó mucho mejor que la primera porque al menos no tenía cagaleras y dormí toda la noche hasta las seis de la mañana. Además no hubo cortes de luz con lo que fue una noche de puro lujo con aire acondicionado sin límites. Elegí el panqueque de plátano para desayunar y aquello más bien parecía una tortilla de la Garriga, sitio de embutidos en Gran Canaria que vende unos bocadillos de tortilla con unas gordísimas de las que se sospecha que no tienen huevos pero tienen un amarillo radioactivo increíble y están muy ricas. 

Después de desayunar cogí las cosas y me fui al club de buceo, en donde me encontré con un montón de la misma gente que ya había buceado conmigo el día anterior. También había un grupo de españoles, malagueños, aunque dos de ellos viviendo en Londres, hasta que los echen … claro. Antes de las ocho de la mañana ya nos habíamos subido al barco e íbamos camino del Nat-Nat Reef, nuestra primera inmersión. Quizás sea por lo espectacular de las del día anterior pero a mí me pareció normaliza, además había poca visibilidad. Aún así echamo cincuenta minutos ahí debajo, en esos otros mundos de los dioses. En mi grupo estaba el colega del día anterior, un francés que ya conocíamos y una rusa. El francés resultó ser un ladilla y se pega al dive Divain Master como ladilla a güevo y si te acercabas hasta te arreaba con las aletas. Además, como que flotaba demasiado y siempre estaba sobre nuestras cabezas con lo que me retrasé para evitarlo, algo que hizo también la rusa y el inglés y acabamos con el filipino que llevaba a aquell chamo pegado y tres metros por detrás todos los demás. Al colega su compañía lo mandó a trabajar a algunas islas de esas francesas que hay por el Pacífico y cuando terminó el trabajo, renunció y se ha quedado por Asia volviendo poco a poco hacia Europa. La profundidad máxima de la inmersión fue de veintiún metros. 

Desde aquel lugar tardamos como una hora en llegar al segundo punto llamado North Rock. Aquello ya fue otra cosa. Allí habían unos corales de fábula, bancos de peces de todo tipo, bichos pequeñitos escondidos o sobre el coral y un despido re de color. Estuvimos cincuenta minutos bajo el agua con un máximo de veinticinco metros y seguramente hubiésemos podido seguir diez o veinte minutos más pero el francés se bebe la botella de aire. 

Tras esto tuvimos el almuerzo y nuestra inmersión final fue en la isla de Delunacad. Esa era una inmersión menos profunda y lo máximo que bajamos fue quince metros y estuvimos cincuenta y siete minutos. Vimos dos tortugas, una manta, corales espectaculare, pez escorpión y quizás hasta el pez truscolán, feo con ganas. Después de tres tandas sales agotado. 

Al volver al Nido, me fui a tomar unas cervezas con el británico, pasamos por la panadería y él intentó sin éxito sacar dinero en los dos nuevos cajeros automáticos que hay en el Nido. Quedamos para cenar. 

En Buceando en el arrecife Nat-Nat y en North Rock tienes la primera parte del vídeo con el buceo, en Buceando en North Rock y Delunacad la segunda y el relato continúa en Entalula, la isla Serpiente, la Catedral y la preciosa playa de Ipil

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Una respuesta a “Otro triplete de buceo en el Nido”

  1. Me imagino como luciría el Pujol viejo con escamas, la colita, y sus aletas, yo creo que seria un gran pez truscolán, incluso a lo mejor tiene algunos milloncejos en alguna de esas islas… 🙂
    Salud