Paddington


Las películas que muestran personajes reales con elementos de fábula o fantasía siempre son algo difíciles de digerir, a menos, claro está, que seas cejijunto o un poquito julandrón y te gusten las sagas interminables con un puñado de mariconas caminando sin parar para tirar un puto anillo. Fuera de ese segmento, estas películas siempre rozan una línea que no se puede ver e igual alucinas en colores y tienes una experiencia maravillosa, o te vas del cine indignado. Estoy hablando de Paddington, película que en España se estrenó con el mismo nombre el día de Reyes.

Un julay que resulta ser una especie de rata enorme peruana emigra a Londres y las pasa canutas esperando que lo adopte una familia de frikis

Un oso que al parecer puede hablar inglés aunque vive en Perú decide emigrar a Londres, se cuela en un barco, hace el viaje a esa ciudad y después es recogido por una familia con dos niños y una tía rara y cambia la vida de todos ellos y les enseña lo importante que son los vínculos familiares mientras intenta encontrar al hombre que invitó a su familia de osos a viajar algún día a su casa en la capital británica.

No recuerdo haber visto el trailer de esta película antes de su estreno y entré al cine algo receloso porque me esperaba otro tostón como aquel que tenía la voz del Clooney y que fue una película infumable. En su lugar me topé con una película normal con un oso que supongo que se ha hecho a base de efectos especiales a destajo, con un guión simple y directo pero entretenido y un montón de actores que saben hacer su trabajo. Entre ellos destaca Nicole Kidman, la cual lleva unos años sin prodigarse demasiado y que parece haber firmado un pacto con el demonio para no envejecer o tiene un cirujano y un restaurador de momias fabuloso y en lugar de los cuarenta y ocho tacos que tiene, aparenta treinta y dos. La película tiene esos deliciosos acentos británicos que se pierden en el doblaje y que le dan un encanto adicional y salvo por un par de escenas estúpidas que sobran, como la visita al gremio de los aventureros llena de efectos especiales estúpidos y que más bien parece un anuncio de una atracción de parque de atracciones, sabe ilustrar muy bien el tema de lo aislado que están los inmigrantes que llegan a un nuevo lugar y las reacciones de la gente que los rodean. Tiene abundantes escenas cómicas que están muy bien conseguidas y con las que te echas unas risas, sobre todo cuando el oso trata de usar o hacer cosas desconocidas y siempre se las apaña para hacerlo mal. Los dos niños son algo blandengues y parecen comparsas que no pintan nada pero se perdona porque el conjunto entretiene.

No estoy seguro de que sea el tipo de cine que gusta a los miembros del Clan de los Orcos porque son demasiado simplones para algo así pero definitivamente es algo que sí que puede atraer a sub-intelectuales de GafaPasta, sobre todo si quieren ir al cine con sus bestezuelas.


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