No todos los trishaws que vi en Malaca están en perfectas condiciones y hoy tenemos uno que da un poco de grima. Frente a la espectacularidad de los otros que hemos visto, este pobre da lástima, con esa sombrilla microscópica y ese asiento en el que no planto el culo ni muerto. El trapo oculta un trozo de goma espuma que vivió sus días de gloria seguramente en los ochenta. Este trishaw se cruzó conmigo en una calle del barrio Chino mientras iba de una tienda a otra buscando algunas chucherías para comprar. Leyendo sobre estos vehículos me enteré que la palabra trishaw viene de la unión de tricycle rickshaw y se usa fundamentalmente en Malasia y Singapore.
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Margaritas en el Club de las 500
Si estáis aquí desde el principio (que lo dudo) recordaréis comentaristas que pasaron en su momento y que después de difuminaron en nuestras memorias y acabamos olvidando. La bitácora permanece pero los comentaristas no y esa es una ley de vida. En septiembre del año 2006, hace casi cinco años, esta foto la dediqué en la anotación Margaritas Pues a uno de los comentaristas habituales en aquella época, Pues. Después de todo este tiempo, hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
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Mas templos y monasterios en Mandalay
El relato del viaje a Birmania y Tailandia del 2011 comenzó en la anotación De Utrecht a Bangkok pasando por Hilversum y Amsterdam
Mi plan para la tarde era algo más ligero ya que vas acumulando cansancio después de caminar y caminar tantos días seguidos y además con calor. Por ejemplo, este segundo día en Mandalay se superaron los 41 grados y eso lo notas subiendo escaleras y andando descalzo por suelos que parecen hervir.
Desde el Jetty fuimos hasta Tingaza Kyaung, un monasterio de monjes budistas con edificios construidos en madera y con el edificio principal en madera de teca. Los monjes estaban protegiéndose del calor y ninguno dio señales de vida. A estas alturas y después de haber visto lo que he visto, ya no me impresionan los monasterios normalitos y las Pagodas mediocres así que pasé por el lugar sin alzar una ceja. Esta parte de la ciudad es el distrito de los monjes y hay un montón de monasterios y por supuesto, de Pagodas. La siguiente parada fue en el Shwe In Bin Kyaung, un monasterio de madera mucho más señorial que se construyó en 1895 con los donativos de dos mercaderes chinos. La gente de la ciudad lo llama el monasterio de teca y el edificio es precioso. Por supuesto yo era la única persona en el lugar y me crucé con un par de monjes tirados a la bartola y sudando el calor horrendo que hacía. El monasterio está sostenido por pilares, en alto y al subir tomé la escalera que llevaba a la única puerta cerrada y casi me desollo las plantas de los pies con el calor. Tuve que bajar corriendo como una cabra y perdiendo la dignidad que te da ser el autor de la mejor bitácora sin premios en castellano y buscar un punto de sombra para refrescarme. El que encontré fue debajo de un mango que estaba petado de los susodichos y que con el aire y el calor me bombardeaba y esos frutos son como bombas. No entiendo el por qué los monjes no cogen esa fruta. Desde que llegué a Birmania, los mangos, la piña y el plátano forman parte de mi dieta. Muy cerca, cruzando un puente, se llega al monasterio Ma Soe Yein Nu Kyaung, al parecer el más políticamente activo. Si alguno tiene una memoria superior a la de un golden fish recordará que hace unos años los monjes encabezaron las revueltas en contra del gobierno.
Desde el distrito de monjes fuimos a la Pagoda Mahamuni, la cual está en la carretera que va hacia Amarapura y que es uno de los lugares budistas más famosos de Birmania. También se conoce como Payagyi, la Gran Pagoda o la Pagoda Rakhaing. Inicialmente la construyó el rey Bodawpaya en 1784, con una estupa dorada. La Pagoda se incendió en 1884 y la reconstruyeron. Es famosa porque en su interior está la figura del Buda de Mahamuni, el equivalente de la virgen del Pilar en Zaragoza, Santiago Apóstol en Compostela o la virgen del Pino en Gran Canaria. Se cree que esta imagen se fabricó en el siglo I y hay gente que jura por las bragas sucias de Yola que es del 554 A.C. Es una figura de un Buda sentado de más de cuatro metros que se hizo en bronce pero al que durante los siglos la gente le ha ido añadiendo laminas de oro y en la actualidad tiene una capa de más de 18 centímetros que lo envuelve y sigue creciendo. El sitio bullía actividad y había cola para pegarle laminas mientras en unos puestos las venden. Alrededor hay un mercado enorme de amuletos, baratijas y similares. Comentar que las mujeres tienen prohibido acercarse o ponerle oro al Buda, algo que siembra mucha polémica por estos lares, así que si Dios te castigó con un hachazo en lugar de manguerita, a este Buda no lo tocarás. Cada vez que el país está envuelto en un conflicto, al Buda lo rodean cientos de monjes y devotos para protegerlo.
En el mismo complejo hay seis figuras de bronce que al parecer los tailandeses robaron en algún ataque de Angkor Wat en el 1431 y que a su vez los de Myanmar robaron a los tailandeses en el 1564. En los edificios anexos al templo también hay un museo. Mientras me movía por la zona me empezó a perseguir uno con la lepra o algo peor y no veas lo que corrí para escaparme del hijoputa.
Al salir de allí ya había acabado con los templos y fuimos a la calle 36 en la que están las fabricas que preparan las laminas que usan para poner al Buda. Me enseñaron la fabrica en la que a partir de una pequeña pepita, un tío la golpea durante seis horas para hacer las laminas, un trabajo de negros que se sigue haciendo de la misma manera que en siglos anteriores. También hacen lo mismo con la plata, a la cual yo soy más aficionado y terminé comprando 5 de esas laminas, las cuales son comestibles (no hay nada más fastuoso que desayunar comiendo plata). De las cinco laminas, tres son para mi madre, mi hermana y Waiting y las otras dos las sortearé entre los lectores, así que estén atentos.
Para acabar fuimos al enorme rectángulo que marca Mandalay y en el estaba el Palacio Real, el cual fue destruido durante los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial y posteriormente reconstruido usando presos al estilo del Valle de los Caídos español. En la guía te dicen que no hay que ir y bla, bla, bla pero es todo puta hipocresía, que hay que ver lo mucho que le comían el nabo nuestros dirigentes a Gadafi, lo mucho que viramos la cabeza con las tropelías que suceden en China o la manga larga con dictadores en todos los lugares del mundo. El palacio está en un cuadrado amurallado en el que cada lado mide dos millas (mas de tres kilómetros y medio), con una muralla de casi nueve metros de alto y una fosa de agua que lo rodea. Es zona militar en parte y los extranjeros solo podemos ir al palacio y usando únicamente una de las cuatro puertas que tiene la muralla. Los edificios que reconstruyeron son todos de madera y lo mejor es la torre de vigilancia Nan Myint Saung desde la que hay unas vistas fantásticas del complejo. En uno de los edificios hay un museo de cultura que tenia también cosillas interesantes.
Desde allí volvimos al B&B y por la tarde me fui al centro, pasé un rato en un cibercafé poniéndome al día y dando señales de vida y después me acerqué al hotel en el que se quedaba la pareja que conocí por la mañana y nos fuimos juntos a cenar. Un rato antes de verlos hubo un apagón general, algo que sucede casi a diario en Mandalay ya que no tienen energía eléctrica suficiente, lo cal no seria triste de no ser porque en realidad tienen una meta central hidroeléctrica que podría abastecer a todo el país pero el gobierno prefiere venderle la electricidad a China y que los suyos pasen penurias.
Tras la cena, de vuelta al motel y directo a la cama, ya que al día siguiente mi jornada volvía a comenzar temprano.
El relato continúa en Amarapura, Sagaing e Inwa
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Caos en púrpura en el Club de las 500
La mayor parte de las fotos que hay en la bitácora son de tulipanes. Aún así, de cuando en cuando se ha colado alguna otra flor como el jacinto de la foto de hoy, el cual vimos por primera vez en abril del año 2007 en la anotación Caos en púrpura. Algún día tengo que plantar unos cuantos jacintos en mi jardín para que le den algo de variedad, que estas flores son preciosas y muy fotogénicas. Hoy le damos la bienvenida a esta imagen al Club de las 500.