Hasta ahora hemos visto como se le puede añadir a la bicicleta un remolque para niños que en realidad es media bicicleta o llevar los niños en el remolque en un convertible que también hace las veces de carrito, similar al Remolque para niños convertible e incluso vimos que hay un Remolque para llevar el perro en bicicleta y en Copenhague vi una Bicicleta con remolque que permitía llevar algo de carga y otra que permitía Llevar el cofre en la bici. Mientras paseaba durante el día de la Reina (Koninginnedag) por la ciudad de Utrecht me tropecé con este enorme remolque enganchado a una bicicleta y en el que su dueño transportó todas las cosas que quería vender en el vrijmarkt. Por más que lo miré no le encontré una marca específica y me da la sensación que es de fabricación casera y con esas ruedas tan finas, no creo que pueda aguantar mucha carga. Es un cajón grande que se conecta a la bici enganchándolo al cuerpo de la misma a la altura del asiento y que lleva la carga detrás del ciclista, cuando lo habitual con las bakfiets que hemos visto es que esa carga vaya delante.
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Mausoleo de Hang Kasturi
En medio de la calle en la que se celebra el mercado nocturno (Jonker’s Walk) se encuentra el mausoleo de Hang Kasturi, uno de los cinco grandes guerreros que vivieron en Malaca durante la época del Sultanato. Aparentemente este chamo se hizo famoso por tener una aventura con una de las concubinas del sultán, el cual como no era rencoroso mandó a Hang Tuah a que le diera el finiquito. Sin embargo, como las noticias se pasaban por transmisión oral, hay otras versiones que dicen que era Hang Tuah el que se pulía a la concubina. Al parecer el sultán, para salir de dudas, le dijo al Hang Tuah que si quería probar su inocencia tenía que matar al Hang Kasturi y eso hizo, aunque teóricamente eran más-mejores amigos. Mientras peleaban, el Hang Tuah clavó hasta tres veces su daga (kris) en la pared y el Kasturi que era una bella persona le permitió sacarla. Cuando a este último le sucedió lo mismo, el Hang Tuah que era un rastrero y un trepa de cojones aprovechó para finiquitar a su amigo y una vez terminada la tarea el sultán le dio un título en agradecimiento.
Dicho esto, no está tan claro que el mausoleo sea en realidad de Hang Kasturi pero eso es lo que nos dicen a los turistas y nosotros hacemos la foto que es lo que cuenta de verdad, de verdad.
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Entre solarianos
El lunes fui a cenar al Café Cartouche con unos amigos. Ya son más de diez años yendo a comer costillas y todavía me gustan tanto como la primera vez. Mientras tomábamos cerveza y nos encochinábamos con las costillas la conversación fluía sin problemas. Lo bueno que tienen los amigos es que cuando estás con ellos el tiempo se detiene. En algún momento de la conversación surgió el tema del CaraCuloLibro y la forma en la que la gente ha renunciado a la privacidad y quiere tener contacto con todos aquellos que se cruzaron en su vida y los tres mantenemos el mismo criterio al respecto: ninguno tenemos un perfil en ese lugar ni es probable que lo tengamos, de la misma forma que ningún otro de mis amigos ha elegido ese camino. Al parecer somos bichos raros porque gustamos de conocer realmente a la gente que tratamos, gustamos de pasar tiempo juntos, de hacer cosas, de disfrutar de la vida y si tenemos algo que contarnos, lo hacemos cara a cara o por teléfono pero siempre de manera personal. A ninguno parece interesarnos la vida de la gente, ninguno tenemos el más mínimo interés en saber qué fue de aquella pelandusca que nos comía el nabo en el instituto o de aquel tarado que se sentaba junto a nosotros en la clase y del que nunca más supimos nada.
La conversación continuó al día siguiente con mi amigo el Rubio y su esposa y ellos tampoco tienen un perfil en el CaraCuloLibro ni lo echan de menos. Tienen los mismos amigos desde siempre y con ellos (incluyéndome a mí) hacen cosas, van juntos de vacaciones, comparten los buenos y los malos momentos y les falta tiempo para complacernos a todos. Tras debatirlo un rato hemos llegado a la conclusión que somos trespuntocero, seres superiores y completos, más avanzados que el resto y sin las limitaciones de los dosputocerolistas, ese ganado que necesita la reafirmación de sus congéneres y que considera que la amistad se basa en el número de contactos y no en la calidad de los mismos. No seguimos la tendencia del día, ni nos bombardeamos unos a otros con estúpidos correos que reenvían aquellos que ya han muerto pero nadie se lo ha dicho. No parecemos tener problemas para comunicarnos ni para compartir nuestras vidas con las personas que conocemos, algo que parece ser el motivo para usar esa herramienta de perdedores.
Hoy paseaba por los bosques de los alrededores de Hilversum con el Moreno y debatíamos sobre el autismo. Según ellos, nosotros somos como autistas ya que al parecer mostramos una incapacidad de interacción social y nos aislamos. Desde nuestro punto de vista, los autistas son los dosputocerolistas, ya que muestran lo suyo sí que es incapacidad para la interacción social y están aislados, prefiriendo comunicarse a través de una herramienta fría y absurda en lugar de acudir al legendario y eficaz contacto humano. Me recuerdan a aquellos pobres humanos que describió el grandioso Isaac Asimov y que vivían en Solaria, aquel mundo en el que sus habitantes estaban aislados por fincas enormes y solo tenían la compañía de robots. Si Asimov pudiera ver este mundo alucinaría porque ha resultado que Solaria está en la Tierra y los solarianos son terrestres de toda la vida.
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Heeren Street – Jalan Tun Tan Cheng Lock
Esta calle fue en su tiempo el lugar preferido por los inmigrantes chinos con dinero para tener sus mansiones. El nombre de la calle era Heeren o la calle de los Caballeros. Después lo cambiaron a Jalan Tun Tan Cheng Lock. En la misma está el hotel Puri que fue en donde me hospedé y que se hizo en una de esas antiguas mansiones, con unos patios enormes y preciosos. La única pega que le veo a esta calle es la manía malaya de no hacer aceras, que vas jugándote la vida con el tráfico. Para aquellos que visitan la ciudad, el hotel Puri es muy céntrico y al mismo tiempo, la calle es tranquila.