Los papeles regados en una mesa, esperando que las personas que quieren pedir algo los cojan y escriban su deseo. Da igual la religión que se siga, en todas existen esas falsas esperanzas de creer que alguien o algo por encima de uno le resuelva la papeleta. Alguien debería anunciar a esa gente que Dios hace mucho tiempo que ha muerto y los que siguen trabajando en su nombre no son más que estafadores.
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Rainlegs
Para esta segunda anotación del 2011 relacionada con las bicicletas (y mira que llevamos tiempo con este asunto) me quedo con uno de mis accesorios favoritos. Cuando llueve yo suelo llevar unos pantalones chubasquero que me protegen perfectamente. El problema es cuando la lluvia te pilla a medio camino y has de pararte y ponerte los pantalones. Es una maniobra algo complicada y que toma su tiempo y en muchos casos, los rainlegs me salvan de ese engorro. En la foto lo veis recogido. Se ajusta como un cinturón sobre tus pantalones y con eso pedaleas tan tranquilamente. Si en un momento determinado te pilla la lluvia, lo despliegas y con este ingenioso invento cubres la parte superior de tus piernas (hasta las rodillas), con lo cual te salvas de mojarte la parte más expuesta a la lluvia de los pantalones. Los rainlegs valen veintipico euros y creedme, después de usarlos una sola vez y salvaros de la lluvia ya han merecido la pena. Como no te cubren el pantalón completamente no sudas tanto como con algunos chubasqueros.
En el Álbum de fotos de bicicletas encontrarás un montón de bicis que he ido fotografiando a lo largo de los años
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Dentro del templo de Kuan Yin Teng
Lo que más me llamó la atención del templo de Kuan Yin Teng es que estaba lleno de gente haciendo sus oraciones. Unos quemaban papeles con sus sueños o deseos, otros encendían varas de incienso y los más pachangueros compraban en la entrada unos pajaritos que liberaban y que supongo que al hacerlo, estás de alguna manera rezando. Otra cosa que me asombró allí dentro es la gentileza para que hagas fotos. Le pregunté a uno de los encargados si podía fotografiar a la gente y no solo me lo permitió, me puso en un sitio excelente y se aseguró que me marchara con una buena cantidad de fotos. También me enseñaron un poco el templo por dentro y me explicaron algunas cosas que no estaban en mi guía turística.
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La guerra de los navegadores
Hoy tengo un día tonto y me ha dado por juntar todas las estadísticas que he ido recopilando con los navegadores y hacer una pequeña película.