Cuando hiela la gente no se olvida de las aves y por todos lados te topas con personas que les dan de comer. Este grupo de gaviotas recibió una considerable cantidad de pan de molde que una señora les tiraba sobre el canal helado y ellos se sacaban los ojos unos a otros para pillar los trozos. La misma escena sucede con patos, gansos y cisnes. Con pájaros más pequeños, la gente compra comida especial que cuelgan en sus jardines y los pajarillos dan buena cuenta de la misma. Los que sí que lo tienen más duro y mueren en masa son los Martín Pescador, esos pobres una vez se congela todo y no hay posibilidad de acceder al agua acaban muriendo. Hace unos años la población descendió enormemente en los Países Bajos y sobrevivieron menos de trescientas parejas. Como aún sigue todo mayormente helado, es pronto para saber como se habrá portado el invierno con ellos pero no pinta bien.
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Las aplicaciones que viven en mi iPhone
Fue a finales del año 2008 cuando hablé por última vez de Mis programas favoritos para el iPhone. Mucho ha llovido desde entonces. A mediados del año pasado llegó el iPhone OS 3.0 y posteriormente comenté lo del fiasco del Evernote, aplicación que he vuelto a revisar no hace mucho porque al parecer habían solucionado el problema que yo tenía con ella pero que desinstalé nuevamente a los pocos minutos, después de que reventara en tres ocasiones y de descubrir que solo se puede tener acceso OFFLINE a tus notas si eres usuario de pago. Juraría que en su blog dicen que todo el mundo puede hacerlo pero no parece ser el caso. Aparte de este tropiezo, desde que llegó a mis manos Mi Jesus iPhone mi vida digital cambió completamente. Pasé de tener un dispositivo que servía para hacer llamadas y mandar mensajes a llevar en mi bolsillo un ordenador que me ayuda en multitud de tareas y ha simplificado mi vida significativamente.
Por primera vez en mi vida, cuando se cumplan los dos años de contrato me mantendré con el teléfono actual a menos que apple aparezca con un nuevo y maravilloso dispositivo. Mi teléfono es la mejor inversión que he hecho en mi vida.
De ToDo, Pathé y Belstatus ya hablé en Mis programas favoritos para el iPhone y lo único que he de añadir es que ToDo es algo sin lo que no podría vivir ya que ahí monto la lista de la compra, la lista de las cosas sobre las que quiero escribir y cualquier otra lista que necesite hacer. Es todo aquello que Evernote nunca será y además gratis ya que lo uso en combinación con Toodledo, un servicio 2.CERO que por supuesto los bosmongolos del dosputocerolismo desconocen. De las otras aplicaciones que forman parte de la pantalla principal, gracias a WeatherPro tengo acceso a una increíblemente detallada información meteorológica, no solo de Utrecht, Hilversum o Amsterdam sino de cualquier ciudad que visite.
Como siempre ando en clases de holandés me acabé por comprar la versión para iPHone del diccionario Van Dale, la Biblia del neerlandés y no veáis el partido que le saco en las clases. Mi profesora dice una palabra y antes que los demás hayan abierto sus vetustos diccionarios de papel, yo ya voy de sabelotodo y recito el significado, el artículo que lleva, la declinación y demás.
En la parte inferior tengo las más usadas, que son el 9292OV Pro para el transporte público (incluyendo autobuses, tranvías y metros) de todo el país, otra aplicación llamada Trein específica para los trenes y que te da información sobre retrasos y cambios de anden y gracias a la cual siempre ando un minuto por delante del resto de pasajeros y consigo en un cien por ciento de las ocasiones entrar en el tren antes que ellos si se ha producido algún cambio. El jueguillo del que ando enganchado es el Soosiz, uno de plataformas altamente adictivo con el que mato los trayectos en tren desde Utrecht a Hilversum y la última aplicación es la que he comprado más recientemente. Se llama PhotoTrip y me permite usar el iPhone para grabar las rutas que hago y poder visualizarlas en mapas o usar la información para añadírsela a las fotos y hacer ubicarlas geográficamente. Hace un par de meses estaba dispuesto a comprarme un GPS específico para fotografía y cuando descubrí que por 79 céntimos de euro podía usar mi iPhone para esa misma tarea fue como si se me hubieran abierto las puertas del paraíso. Todavía alucino con la de cosas que hago con el teléfono.
En la segunda página de mi iPHone tengo otras que sin usarlas tan a menudo, son muy útiles. Un buen ejemplo es Shazam, aplicación de la que ya hablé en Mis programas favoritos para el iPhone y gracias a la cual cuando estoy en un bar o en algún lugar y suena una canción que me gusta, inmediatamente lo averiguo todo de la misma y hasta si quiero, la compro sobre la marcha en iTunes. El año 2009 ha sido un cambio de paradigma en lo referente a la música. Antes compraba un álbum completo aunque solo me guste una canción y ahora compro únicamente aquello que quiero y paso de la morralla con la que todos los artistas rellenan sus discos.
En esta página también están Buienradar y WordPress, de las que también hablé en Aplicaciones en mi iPhone. De las otras, con Aanbiedingen accedo a todas las ofertas que hay en tiendas de Internet holandesas y en este país hay un montón de tiendas que hacen ofertas diarias. Con ella me compré un monitor Acer de 24″ super-barato y algunas otras cosillas. También suelo mirar la aplicación Appie que es de una de las cadenas de supermercados y en las que tienen miles de recetas de cocina. El Jelly SMS lo tengo vinculado a mi cuenta VoipCheap y lo uso para mandar SMS a mi amigo el Turco por cuatro céntimos y el Siphon está vinculado a la misma cuenta pero para hacer llamadas de Voz sobre IP a un céntimo el minuto con teléfonos fijos de un montón de países.
Por ahí también anda el juego The Secret of Monkey Island: Special Edition, el cual dudo mucho que llegue a terminar en mi vida ya que me trabé en un punto y ya estoy demasiado mayor para perder dos horas recorriendo toda la isla probándolo todo para averiguar qué he de hacer. La otra aplicación que hay en esa pantalla y de la que hago uso de cuando en cuando es el Flickit para subir fotos a Flickr, aunque personalmente prefiero hacerlo desde iPhoto, de cuando en cuando es útil.
En la última pantalla están los descastados, aquellos que ya no uso pero que aún me resisto a borrar.
Gran parte de mis amigos tienen iPhone y siempre llama la atención el que todos usamos aplicaciones distintas, cada uno le encuentra un uso determinado. En mi caso, mi vida está llena de pequeñas intromisiones de mi teléfono, desde avisos con los compromisos que tengo, las películas que voy a ver o cosas tan sencillas como dejar el dinero en la mesa para la señora que me limpia la casa a servir de diccionario en clase, grabar notas con cosas que descubro, averiguar el nombre de canciones, servir de lista de la compra, jugar, escuchar audiobooks, podcasts y música, tener todos los contactos de mi agenda sincronizados con mi cuenta en google, igual que mis calendarios y saber el tiempo que hará, los minutos que faltan hasta que empiece a llover y si el tren o el autobús tienen retraso y poder planificar rutas usando el transporte público. Además siempre llevo fotos de sitios en los que estuve o de amigos y me sirven para enseñárselas a los amigos. Si hay algo que reprochar a apple sobre el iPhone es que no lo inventaran cinco años antes. Me habría ahorrado la saga de Nokia, HTC, Samsung y Sony-Ericsson birriosos que lo precedieron.
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El camino se escribe solo
Una de las cosas que más aprecio de mi vida es la incertidumbre del futuro, el no saber qué haré, hacia donde me dirijo o lo que me deparan los meses que están por venir. Sé que siempre son cosas buenas y que están ahí esperando agazapadas para saltar en tu camino y sorprenderte. Esta mañana miraba fechas para ir a Galicia, aprovechando los vuelos directos desde Amsterdam, miraba billetes para ir a Gran Canaria en marzo y miraba destinos a los que se puede llegar desde el aeropuerto de Eindhoven.
Después de la caminata del mediodía me apetecía hablar con mi amigo el Turco y lo llamé. Mientras charlábamos sobre el embarazo de su mujer y un trasto que quiere que les compre me comentó que estaría bien que me pasara por su casa a visitarlos. Lo decía en serio y yo bromeaba sobre el tema. La cosa es que el trasto que les tengo que mandar vale casi sesenta euros en gastos de envío, más que el valor del objeto. Me dijo que mirara y buscara algo y sin pensármelo entré en la página de KLM. Tenían ofertas para volar con los famosos puntos y me salía que con 99 euros y 15.000 puntos me podía poner en Estambul de jueves por la noche a domingo. Llamé de nuevo al Turco, hicimos una conferencia a tres con su mujer y cinco minutos más tarde ya tenía la confirmación de mi billete para ir a fin de mes a Estambul otro fin de semana.
Yo no dudo ni un solo instante que tengo un ángel de la Guarda que se encarga de estos temas. Ha sido querer ir a ver a mi amigo y por arte de magia los billetes bajan un montón de precio y encima gasto nada más que una pequeña cantidad de las millas que tengo acumuladas, con lo que aún podré usar el resto para ir a ver a otro amigo a la Selva Negra alemana. Esta mañana cuando el sol no salió ya que las nubes cubrían esta tierra yo no tenía planes para los próximos tres fines de semana y para cuando se puso el sol ya tengo un viaje a Estambul, una visita a una pista de cinco kilómetros de patinaje sobre hielo y un fin de semana a caballo entre casas de distintos amigos para patinar. Ya ha comenzado a girar la ruleta para fijar un destino para el mes de febrero y seguro que algo surge.
Hoy por la tarde retomaba las clases de neerlandés tras las vacaciones navideñas. Fue un reencuentro con la gente que ha compartido conmigo la aventura que supone aprender esta lengua. Al vernos nos deseábamos el tradicional Beste Wensen holandés, Buenos deseos para aquellos con los que te reencuentras y que estarán a tu lado en nuestro asalto final a este idioma tan enrevesado. Superamos el penúltimo examen y en cuatro meses habremos alcanzado la meta, el último escollo, el mojón que marca ese punto hasta el que vas de la mano de un profesor. A partir de ahí, todo lo que aprendamos del idioma tendrá que ser practicándolo, arriesgándonos a meter la pata y equivocarnos con tiempos verbales, con palabras incorrectas y con ese cacao mental que se forma en tu cabeza cuando tres gramáticas distintas compiten para construir una frase y las reglas de todas son diferentes. Hoy recordábamos que hay al menos siete formas distintas de usar el verbo auxiliar zullen, que igual te sirve para una pregunta cortés que para expresar un deseo, hacer una sugerencia o divagar con aquello que podría ser y no fue. Mi vida se escribe usando mucho este verbo, yo tengo una vaga idea de hacia donde voy y lo que puede que llegue a ser pero en el camino hay sugerencias, atajos, desvíos e incertidumbre que le aportan algo mágico al día a día y hacen que cada mañana al levantarme, tenga la certeza de que algo fantástico está a punto de ocurrir.