Si ayer veíamos Un retrete para un Sultán hoy toca su lavamanos, también con abundante oro. El de la imagen se encuentra en el Hammam del Harén del Sultán.
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Bicicletas con publicidad
En el país de las bicicletas, por supuesto que alguien pensó que son un perfecto soporte publicitario y seguro que obliga a su parienta a pasearse por la ciudad de Amsterdam con ese extraño armatoste en la parte trasera de la bici para anunciar su negocio.
En el Álbum de fotos de bicicletas encontrarás un montón de bicis que he ido fotografiando a lo largo de los años
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Un retrete para un Sultán
Se puede tener sangre roja o azul, ser rico o pobre, blanco o negro pero a la hora de obrar, todos pasamos por lo mismo. En el Palacio de Topkap?, dentro del Harem, el sultán tenía su propio rinconcito para soltar lastre con grifería de oro que le da algo de estilo. Lo que siempre me ha llamado la atención de las visitas a los palacios es que vemos el retrete de los sultanes o reyes pero allí trabajaba un montón de gente para servir a estos hombres y me pregunto a donde iban cuando les entraba un apretón.
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Tumbado a la bartola
Una de las primeras cosas que hice este año tan pronto noté la llegada de la primavera fue comprarme una hamaca. Lo hice antes de irme de vacaciones a Malasia. Leí, investigué, busqué y rebusqué hasta que encontré una que me gustaba y como estábamos fuera de temporada, valía más barata. La compré por internet en una tienda alemana que me la mandó por mensajero y me la trajeron hasta mi puerta, ahorrándome más de cincuenta euros con el precio que hubiera pagado de ir a una tienda convencional a comprar la misma hamaca y después cargarla de alguna forma hasta mi casa, algo que se me antoja como imposible porque la caja pesaba veintipico kilos y yo no soy ninguna mula de carga ni tengo coche.
Esta primavera y este verano la he usado siempre que se ha prestado el tiempo, como hoy. Me tumbo a la bartola en mi hamaca, en uno de los rincones con césped de mi jardín, junto a mi parra y me pego unas siestas de escándalo. Es uno de esos placeres sencillos y al mismo tiempo muy gratificantes que tiene la vida. Hoy, además de descansar, comía uvas de mi parra, deliciosamente dulces.