En diciembre me compré una cámara de vídeo. Aproveché una de esas ofertas escandalosas ahora que estamos en crisis y por fin los negocios han tenido que bajarse de la parra y poner precios asequibles. Después de mucho mirar opté por elegir una cámara Sony DCR-HC51E, una cámara con cinta de Mini-DV, tecnología al borde de la desaparición pero suficiente para lo que yo la quería. Tiene una óptica Carl Zeiss de bastante calidad y su funcionamiento es tan simple que hasta alguien como yo con grandes claros en la zona neuronal puede manejarla.
Si nunca me he comprado una cámara de vídeo es porque yo soy más de fotografías. No me atrae el movimiento, el sonido ni guardar esos momentos que quizás sea mejor que olvidemos para verlos pasado el tiempo. Además odio mi voz cuando la escucho grabada y procuro mantenerme lo más lejos posible de cualquiera que esté grabando algo. La razón para esta compra está en uno de mis proyectos para este año. Como ya sabéis, hace unas semanas comencé a copiar gran parte del contenido relativo al turismo en los Países Bajos a Visitar Holanda, lugar que irá ganando contenido propio y siempre orientado a ayudar a la gente que quiere venir a este país. Entre las ideas que tengo está el grabar pequeños vídeos indicando los lugares que hay que ver o lo que tienes que hacer, como por ejemplo como comprar un billete de tren, salir del aeropuerto, restaurantes que están bien y similares. Al mismo tiempo, en Distorsiones quizás acompañe las recetas de cocina con vídeos en los que se vea como preparo la comida o para chorradas varias.
Para celebrar esta nueva era os dejo un trozo de un vídeo hecho por mi amigo el Rubio en la puerta de su casa en el que se me puede ver patinando. La duración ha sido editada para proteger la identidad de mi amigo y su familia y como ya sabéis que Internet está lleno de sanguijuelas que lo roban todos, desde este primero tendremos marca de agua en las imágenes.
Una de las cosas que tengo que hacer uno de estos días es buscar música clásica de libre distribución para poder usarla con los vídeos. Sé que hay lugares en los que se puede descargar y su uso es legal pero la falta de tiempo termina por pasar factura y lo único que he encontrado hasta este momento es el Claro de Luna de Debussy que os cansaréis a escuchar a menos que alguien me ayude a buscar otras piezas.
En este segundo vídeo paseaba a la hora del almuerzo con mi amigo el Moreno por Anna’s Hoeve y me regodeaba con el hielo que lo cubría todo. Así que ya sabéis, de cuando en cuando tendremos imágenes en movimiento, siempre como complemento de alguna de las boberías que escribo y que nadie se preocupe que ésta no va a terminar convirtiéndose en otra de esas bitácoras que se alimentan de vídeos sacados del yutuve.