Este palacio fue la última residencia de la familia real Birmana y se construyó a mediados del siglo XIX (equis-palito-equis), ya que Mandalay no es una ciudad antigua. El diseño es el típico de la zona, con una enorme superficie cuadrada rodeada por un foso y en la que hay una infinidad de edificios de madera. Todos los edificios eran de una única planta. Gran parte del complejo fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial y lo que tenemos hoy en día son réplicas hechas en los años noventa del siglo pasado y que convierten al lugar en una atracción turística. La citadela la formaba un cuadrado con dos kilómetros de largo en cada lado y con doce puertas de acceso desde el exterior. Reconstruyeron los edificios pero su interior está muy pero que muy desangelado. Aún así, la visita mereció la pena.
4 respuestas a “Palacio Real de Mandalay”
Por lo visto a esa gente le encanta ese color ocre, o como se llame, que se ve por todas partes, ropa de monjes incluida, puede que tenga una explicación que yo desconozco, como que sea el color que prepondera en la madera o los tintes que usan…
Salud
El color de la ropa de los monjes es siempre la tela más barata y parece que es la de ese color.
El color de los edificios es el de la madera, que luego se obscurece, como puedes ver en la anotación Shwenandaw Kyaung, edificio que sobrevivió y que pertenecía al Palacio original.
He estado viendo la anotación, es increíble como obscurece la madera, no parece la misma con sus tonos rojizos…
Salud
Coge un color muy bonito, ese rojizo me encanta.