Paseando en bici y comiendo moras


El río Lek es en realidad la continuación del Nederrijn, que es el nombre que recibe uno de los muchos ríos en los que se divide el río Rin al entrar en Holanda. Partes de este río forman las fronteras entre las provincias de Utrecht y Gelderland o Zuid Holland. A ambos lados del río hay unos diques altos sobre los que se encuentran carriles bici fabulosos para pasear y aprovechando que la temperatura es perfecta, hoy me dediqué a hacer bicicleta por el lugar mientras esperaba que la base para la tarta de moras que voy a preparar mañana se endureciera lo suficiente para poder trabajarla. Volviendo al paseo, la razón de los diques se debe a que el río fluye a una altura ligeramente superior a las tierras que lo rodean y para evitar inundaciones se crearon esos diques, parte de la magia de un país llamado por algo los Países Bajos. Al poco de comenzar mi paseo pasé junto a una de las compuertas en las que las barcazas enormes que llevan y traen carga hasta más de mil kilómetros dentro de Europa han de subir o bajar dependiendo del lado al que se dirijan y entran por un lado a una altura y salen por el otro un par de metros más arriba/abajo. Esta vez no me detuve a observar esa maravilla de la ingeniería.

En algo menos de dos horas hice unos cuarenta y cinco kilómetros, entre campos llenos de manzaneros y perales, junto al río y a veces cruzando enormes campos de maíz. Toda la ruta la grabé y pensaba usarla para completar esta anotación pero al final he desistido porque contiene la ubicación geográfica de mi casa y no está Internet para esas movidas. Al regresar a mi casa mi vecino me daba un vaso de batido de moras y yo se lo devolvía con zumo de moras, ya que mi zarzamora está produciendo cantidades industriales. Después me ponía manos a la obra y preparaba un pastel de suero de mantequilla con limón y moras y dejaba la base de mi tarta de moras con queso mascarpone preparada para hacerla mañana. Este año hemos tenido la cantidad perfecta de sol y calor para que la zarzamora produzca sus deliciosos frutos. He plantado tres más en el jardín y el año que viene, en lugar de veinte kilos espero recoger cincuenta. Los gatos las odian y no entran porque las espinas hacen su trabajo perfectamente y a mí me encantan. Es una pena que me niegue a comprar un congelador grande porque seguro que llenaba la mitad con moras.

En fin, es el verano …


9 respuestas a “Paseando en bici y comiendo moras”

  1. Vaya, pues menuda suerte estás teniendo con el tiempo y las moras. Aquí cerca de casa tengo un prado llenito de zarzamoras. El año pasado mientras llevaba a los perros a que echaran unas carreras por el prado me ponía morado a comerlas. Este año con la porquería de verano que llevamos aún no he visto ni la primera. No maduraron, están, pero aún verdes y como no cambie el cuento me quedo sin probar ninguna.

  2. Aquí hace varias semanas que se acabaron las del vecino después de dar millones de toneladas, son muy tempranas porque para Junio están en plena producción pero para Julio se acabó lo que se daba 🙁
    Salud

  3. Jc, julio en Holanda ha sido fabuloso. Hemos tenido ola de calor, hemos tenido días increíbles y unas temperaturas de ensueño. Agosto parece que por ahora es más bien otoño. Hoy está nublado y llovizna, con 17 grados ahora mismo. Al menos puedo enfriar mi casa, que sigue a casi veinticinco grados por culpa del aislamiento.

    necesitaré una semana de tiempo muy bueno en septiembre, quizás dos, para las uvas o de nuevo no madurarán.

  4. Aquí ola de calor también hubo, pero este año la zona del Cantábrico es una especie de islote con muchos días de cielo cubierto cuando no lluvia fina, será por eso que aún no hay moras. ¿No has plantado también frambuesas? Allá en Galicia una vecina nos había dado una planta, la pusimos y al año siguiente ya teníamos las primeras frambuesas caseras (por desgracia, al año siguiente la perra decidió comerse la planta y la redujo a un tallo de diez centímetros).

  5. Jc, no, los pájaros las destrozan, son muy delicadas. He plantado tres zarzamoras adicionales en la otra valla del jardín, una hija de la que tengo ahora y otras dos distintas que al parecer producen tanto moras rojas como negras. Calculo que esas el año que viene entre las tres me darán un kilillo y en dos años soy uno de los mayores productores de moras de Europa. Los gatos del barrio ya han marcado mi casa como lugar a evitar como la peste. Entre los sensores de movimiento con chorros de agua y las zarzas, les resulta jodido cruzar el perímetro de mi reino

  6. ¿Cómo te va el mes de septiembre para las uvas?… Y de paso, me entero de las previsiones meteorológicas que tenéis para el próximo fin de semana. Me vendría muy bien saber las temperaturas en las que os estáis moviendo, para organizar mi viaje.

  7. Por ahora no parece que las uvas vayan a madurar. Necesitan sol y calor. La previsión para los próximos diez días con máxima, mínima, viento y cantidad de lluvia la tienes aquí. Cambia cada día.

  8. Cuando por fin parece que habían madurado las moras y pude recolectar un par de bolsitas, ha llovido un par de días seguidos y las ha dejado bastante pasadas y estropeadas. Esta visto que este año casi me quedo sin probarlas.

  9. Yo al regresar tenía la zarzamora llena y recogí algo más de un kilo he hice mermelada de moras. Hace un rato me llamó la mujer del Rubio para decirme que está deliciosa y que quiere que le pase una hija de mi planta. El año que viene, con las nuevas que he plantado, espero subir la producción y poder hacer más mermelada.