Hoy sí que tenemos una auténtica novedad, lo imposible hecho realidad. Ya es normal que en la cadena de multicines a los que yo acudo, en algunos de ellos, pongan prácticamente todas las semanas una película turca algunos días y como vieron que se les llenaba la sala, expandieron la oferta a los hindúes, que también tienen sus películas de cantar y bailar y quemar a las hembras o rociarlas con ácido tradicionalmente y también se les llena el cine. Después, visto el éxito, han comenzado a poner, una vez al mes, cine polaco, que parece que también atrae a las masas de polacos que hay en el país pero hasta ahora, jamás de los jamases habían puesto en cartelera una comedia china y además, ninguneando los subtítulos en holandés y poniéndolos en inglés y aún más increíble, llenaron la sala el día que la daban y que yo no fui porque estaba cayendo un diluvio. Por suerte, una semana más tarde la volvieron a poner y ese día sí que fui a verla en una sala a media capacidad en la que yo era el único con ojos normales y que sabe pronunciar la ere y la erre. La película que vimos se llama Fei chi ren sheng aunque para que nos diga algo más claro a los seres humanos superiores el título internacional es Pegasus y en ambos casos, no está previsto el estreno en España pero sí el título, que sería truscoluña no es nación.

Un julay acarajotado pretende recuperar la gloria perdida después de cinco años en los que se le ha prohibido participar en competiciones de rally o algo así.

Tenemos que un tipo que trabaja en la azotea de un edificio vendiendo comida y que tiene un hijo pequeño en realidad es el piloto más laureado de China pero por un chanchullo de unos años atrás, se le retiró la licencia y se le prohibió competir durante cinco años. Pasado el castigo, se pone manos a la obra con todo en contra y solo con la ayuda de su copiloto y un mecánico que parece chiflado. Al final, un ricachón le echa una mano y así acude al rally más famoso de China para volver a ganar y recuperar su gloria o algo así.

Tengo que reconocer que me eché algunas risas pero el sentido del humor chino es muy distinto al nuestro. También me chocaron un poco los momentos como de serie de dibujos animados en los que aparecen animales mitológicos en el cielo o cosas así, que las hay. Salvando esas gigantescas diferencias culturales, la película es entretenida y muy amena y la historia tiene muchos saltos de fe, con volatadas que ni jarto de ron miel me creería en circunstancias normales pero está claro que aquellas no lo eran y las dejas pasar. El final es una volatada épica y legendaria y aún así, es el final perfecto, tras un rally espectacular por un circuito increíble y con una voz en off que lo va narrando y que en ese tramo de la película es en inglés, algo que imagino que hicieron para la versión internacional.

No es el tipo de cine que en condiciones normales irían a ver los miembros del Clan de los Orcos y definitivamente, al ser analfabetos y no hablar idiomas lo tendrán muy difícil ya que no podrán leer los subtítulos en inglés. Tampoco creo que sea el tipo de producto pensado para los sub-intelectuales con GafaPasta, pero oye, consiguieron lo que se proponían que es que los espectadores pasemos un buen rato.