Pretzel


La primera vez que probé un pretzel fue al visitar a mi amigo Dirk en Münster. La visita en sí fue una aventura ya que solo nos conocíamos de intercambiar correos en inglés después de conectar a través de una página en Internet en la que la gente buscaba a otros para practicar el inglés (escrito). Ni siquiera sé si fui yo el que le mandó el primer mensaje o fue él quien leyó el mío y contactó conmigo pero lo cierto es que en un corto periodo de tiempo nos mandábamos correos continuamente y nos hicimos amigos. En aquella época Internet no era como hoy en día, te conectabas por módem con unas velocidades de pena y no «navegábamos«, siendo las tres actividades principales descargarte cosas via FTP, buscar en los grupos de noticias y el correo electrónico. Tras unos meses mandándonos mensajes Dirk me invitó a visitarlo y yo encontré un billete en un vuelo chárter barato desde Gran Canaria y me planté allí para pasar el fin de semana, sin conocernos ni haber visto las caras anteriormente. En los primeros diez minutos conectamos y hemos sido amigos desde entonces. En aquella primera visita él aún vivía con sus padres y su madre preparaba unos desayunos espectaculares con todo tipo de panes que no había visto en mi vida y los pretzels, los cuales se convirtieron inmediatamente en mis favoritos. Desde entonces, siempre que paso por Alemania me compro y me como uno o varios y lo mismo sucede en Turquía, en donde parece que los inmigrantes que regresaron los llevaron consigo y se pueden comprar en las calles. Hace poco estaba de antojo y me puse a buscar una receta sencilla y tropecé con ésta. Ese mismo día había invitado a cenar a mi casa a mi profesor de italiano y decidí hacerlos, solo que tras leer la anotación y todos los comentarios opté por cambiar un poco la última etapa y pocharlos, justo antes de meterlos al horno.

Con esta receta salen ocho pretzels de unos cincuenta centímetros de largo o diez de unos cuarenta centímetros. Los hago tanto dulces como salados y en el futuro probaré alguna otra variante. El tiempo total desde que se comienza hasta que te los puedes comer es de algo más de media hora.

Los Ingredientes: 350 ml de agua templada, 1 sobre de levadura instantánea, 1 cucharadita de sal, 1 cucharada de azúcar, 500 g de harina (de la normal, ni de fuerza ni de repostería) y algo más para trabajar. Para espolvorear usaremos sal gorda y azúcar mezclada con un poco de canela y para el pochado un par de cucharadas de bicarbonato sódico, 1 cucharada de azúcar y litro y medio de agua.

La implementación: Encendemos el horno a 220 ºC sin ventilador. Mezclamos la levadura con el agua tibia en un bol grande y con una cuchara removemos hasta que se haya disuelto más o menos al completo (alrededor de un minuto). Quedarán algunos pegotes de levadura, así que no te agobies. Añadir la sal y el azúcar y seguir mezclando. Vamos echando poco a poco la harina y lo mezclamos con una cuchara de madera. Cuando acabes de poner la harina deberías tener una masa más o menos firme. Echamos harina en la superficie de trabajo y comenzamos a amasar haciendo una bola durante unos cinco minutos. Dividimos la bola en ocho o diez partes más o menos iguales (según la cantidad de pretzels que quieras hacer). Vamos cogiendo cada una de estas partes y las amasamos haciendo una cuerda larga (40 cm si vas a preparar 10 y 50 cm si serán 8 pretzels). Les damos forma, para lo cual sugiero mirar las fotos pero que básicamente es agarrar la cuerda por los extremos, hacer un círculo no tan grande como la masa, cruzar los extremos y traerlos hacia ti, pegándolos al resto de la masa humedeciendo un poco el extremo. De nuevo, es fácil si miras las fotos.

Preparamos la bandeja del horno cubriéndola con una hoja de papel para hornear y aquí es donde mi receta sigue un camino distinto a la original. Ponemos a fuego fuerte un caldero o una sartén con litro y medio de agua, 1 cucharada bien llena de azúcar y 2 cucharadas de bicarbonato sódico y cuando esté hirviendo sumergimos los pretzels de uno en uno, dejándolos unos treinta segundos antes de darle la vuelta y dejarlos otro medio minuto. Se trata de escalfar o pochar los pretzels, lo cual los dejará blanditos por dentro y les dará un color precioso por fuera una vez los hornees. Al sacarlos los ponemos en la bandeja del horno.

Para los salados, espolvorear con sal gorda el pretzel procurando no pasarte y para los dulces, coges un poco de azúcar y la mezclas con canela en polvo y espolvoreas con esta mezcla el pretzel. Metemos la bandeja en el horno y después de diez minutos encendemos el grill y lo dejamos cinco minutos más, controlando de cuando en cuando ya que dependiendo de la distancia entre el pretzel y el grill igual los tienes que sacar un poco antes para que no se te quemen. Al sacarlos los quitamos de la bandeja y los dejamos enfriar. Se pueden guardar en un tupperware unos días aunque a mí no me duran tanto. Lo que yo hago es dividir la masa en cinco partes y congelar las cuatro que no uso y así cuando quiero pretzels, dejo la masa congelada en la nevera desde la mañana y al llegar a casa enciendo el horno, trabajo la masa para hacer el pretzel, lo pocho, lo espolvoreo y lo meto en el horno y me los como siempre frescos.


3 respuestas a “Pretzel”

  1. No sé de que escatológicas asquerosidades estais hablando, ya me pondré al día, solo pasar a saludar, sigo de vacaciones!
    Ah, por si a alguien se le ha escapado, sulacooo, he visto la recetaaaa….

  2. Ya tengo ganas de ver cómo me salen. Ahora no tengo tiempo…pero en octubre buscaré esta receta, y la probaré. Gracias.