Prisioneros – Prisoners


Dada la frenética frecuencia con la que voy al cine, realmente hay muy pocas películas que conscientemente deje de lado y opte no ir a verlas. Si tuviese que pagar por película, no creo que a lo largo del año fuese a ver ni una sola peli que trate de algún crimen y la investigación para resolverlo porque es un género que me la suda totalmente. No le veo sentido alguno a las series que florecen en ese género y en las que durante interminables temporadas resuelven crimen tras crimen con una gran inventiva y viendo cosas que al parecer nadie había notado. Como el sábado pasado me cuadraba en mi planificación para una sesión doble, fui a ver Prisoners, película que llega a España a mediados de octubre con el título de Prisioneros.

Las hijas de dos julays desaparecen y uno de ellos se coge un berrinche del copón y se ensaña con el tonto del pueblo

Un hombre de profundas convicciones religiosas y que cree mucho en el Dios de los presuntos tocadores de niños se convierte en un hijoputa del quince cuando su hija desaparece y él considera que el policía a cargo de la investigación no hace lo suficiente. Secuestrará al principal sospechoso y hará todo lo que esté en su mano y en sus herramientas para extraer la confesión del tipo saltándose la ley a la torera, todo ello mientras el policía va tirando de la madeja y buscando la solución al crimen sin que nadie lo ayude.

Reconozco que esta ha sido una de las sorpresas del año ya que daba por sentado que me iba a dormir en el cine. La historia es muy interesante y por una vez, no nos restriegan que se basa en hechos reales, lo cual hace a la película mucho mejor. El padre religioso que saca al hijoputa que todos llevamos dentro y lo pone a trabajar para resolver el crimen está interpretado por Hugh Jackman, que tiene momentos en los que da miedo. El policía investigando el crimen es un Jake Gyllenhaal al que parece haberle sentado muy bien el papel y que consigue brillar a lo largo de toda la historia. En algunos momentos la historia es secundaria y lo mejor es ver el duelo entre estos dos actores, que posiblemente han conseguido uno de los mejores trabajos de su carrera y a los que no me sorprendería que nominen para los Oscars, ya que ambos se lo merecen. Alrededor de ellos hay un buen elenco de actores secundarios y entre ellos destaca Paul Dano, que hace del tonto sospechoso y que con esa cara tan rara que tiene te provoca escalofríos cuando aparece en pantalla, por no decir que yo también le zurraría si lo tuviera cerca.

Este no es cine apto para los miembros del Club de los Orcos por su conocida incapacidad para procesar diálogos largos pero definitivamente debería estar en el radar de todos los sub-intelectuales de GafaPasta y de aquellos a los que les guste un buen crimen y como resolverlo.


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