Project X


A veces veo una película y no hablo de ella porque el estreno en España está muy lejano y otros títulos encajan mejor para que si es que de verdad existe un ser humano que me lee pueda tener la oportunidad de ir al cine con mi estúpido comentario aún fresco en su cabeza. Ese es el caso de la película de hoy, la cual vi por primera vez a principios de marzo y por segunda vez tres días más tarde ya que me fascinó lo suficiente como para provocar que repitiera. El título de esa película de la que seguramente no voy a hablar mal es Project X y en España se estrena la semana que viene con el mismo título.

Tres julays que solo piensan en como chingar pavas y en lefar las bocas de las mismas con el jugo de la vida montan una fiesta de cumpleaños en casa de uno de ellos y se arma tal pitote que acaban saliendo hasta en las noticias de Telajinco y Antena Triste, esta última sin ilusión ni fantasía

Para celebrar el cumpleaños de un colega, tres chicos que sobresalen por lo mediocres e impopulares que son organizan una fiesta en la casa de uno de ellos y el suceso se convierte en el evento del milenio cuando todo se sale de madre y la fiesta toma vida propia.

Desde que vi el trailer sabía que esta película está construida siguiendo los más estrictos controles de calidad con el único objetivo de gustar a los seres simples como yo. Lo único que me daba algo de miedo era el uso de la cámara en mano para darle un aspecto más auténtico y tal y tal. No han pasado ni tres minutos y medio y ese miedo ha desaparecido porque la historia es bestial y está excelentemente narrada. La cámara en mano se convierte en medio y no fin y a través de ella vemos una fiesta de adolescentes con las hormonas más disparadas que un volcán como nunca antes los habíamos visto, tenemos un acceso íntimo e increíblemente brutal a sus miedos, a sus inseguridades pero también a como se divierten a lo grande. Los previos a la fiesta ya son una película muy buena, con el momento en el que visitan a cierto tipo con una escena en la que te partes de risa pero es que ahí no acaba la cosa y me descubrí en más ocasiones de las que quiero reconocer riéndome a carcajada limpia y llorando de la risa. Fue toda una experiencia porque el guión directo y sencillo y el trabajo de un montón de gente que debía estar en gracia ya que parecen seres humanos como tú y como aquel (pero nunca como yo que por algo soy un ser muy pero que muy superior). El guión es de esos que va siempre pa’ arriba, todo el tiempo subiendo la nota más y más y más y siempre consiguiendo llegar a niveles aún mejores sin que la historia descarrile. Lo único que pensé cuando acabó es que quería volver a verla y de hecho, tres días más tarde ya estaba en el cine para repetir. El director logró un producto excelente y los jóvenes actores que lo protagonizan bordaron su trabajo. Yo habría dado las uñas negras de mis pies, esas que idolatro y que dejo crecer hasta que me sujetan a un tubo como un pajarraco por estar en esta fiesta. Sencillamente brutal.

No puedo creer que haya un solo miembro del Clan de los Orcos que abra la boca para decir algo malo de esta película. Esto es entretenimiento, cachondeo y diversión a lo grande. Que alguien se asome a la ventana pero que ya y comience a soplar el cuerno para convocar el Clan. Esto hay que ir a verlo en manada, cuanto más grande, mejor. Aviso: no es cine para intelectuales de gafapasta.


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