Regreso a Holanda en año nuevo


Hay muchas maneras de pasar el primero de año y en mi caso, si no es en la playa, es en un avión regresando a Holanda o después de haber hecho lo primero, pues lo segundo. Este año, al volar con liberia, salía a las once de la mañana desde Gran Canaria y me tocaba estar en tránsito básicamente todo el día. Tenía que ir al aeropuerto sobre las nueve de la mañana y mi madre me dijo que a esa hora no hacía falta llamar previamente para pedir un taxi, así que no me preocupé y no lo hice y a las ocho, me levanté, duché, desayuné, hice mi maleta, la cual era básicamente veintiún kilos y medio de comida y cuando mi madre llama a su empresa de radio-taxi favorita en Telde, hilo musical durante minutos. Resultó que no tenían un solo taxi en la calle. Encontré otra empresa mirando en Internet, llamé y tras un minuto respondieron y dijeron que el taxi llegaba en unos diez. Apareció antes y el hombre me contó que en ese momento solo tenían tres taxis en la calle y estaban saturados. Me llevó al aeropuerto a toda prisa para aprovechar la ola de carreras y después de dejarme allí facturé mi trolley y pasé el control de seguridad en el aeropuerto de Gran Canaria, el cual está en la nueva y enésima extensión del aeropuerto que por supuesto no hacía falta pero que sirve para llenar las cuentas corruptas de políticos, arquitectos y mangantes habituales. Aún más vergonzoso es que el control de seguridad es el mismo que tenían en los años cincuenta, en los años veinte e incluso antes de la invención de la aviación comercial. Si en lugar de mangar el dinero o pagar a un arquitecto estrella hubiesen enviado un becario a Schiphol, podrían haber copiado un sistema espectacular y asombroso. A nadie le ha de extrañar que ningún aeropuerto español es elegido por los pasajeros como el mejor de Europa, obviamente, no somos lerdos y no votamos para inflar aún más el ego de arquitectos divos y preferimos los espacios pensados por y para los viajeros, que casualmente son los seres humanos que pasan por un aeropuerto.

liberia es-pres

liberia es-pres, originally uploaded by sulaco_rm.

El avión llegó a su hora y pese al nuevo nombre, es más de lo mismo, básicamente, una versión empobrecida y ordinaria de otras compañías de bajo costo. Un retardado ha inventado el acceso por grupos que consigue colapsar toda la aeronave y hacer del embarque una pesadilla, así que nos tocó vivir esa pequeña película de terror. Yo iba sentado en la parte delantera y contaba con eso como ventaja por si llegábamos apurados ya que mi tiempo de conexión era de tres cuartos de hora. Como estaba totalmente determinado a evitar dormirme, me puse a ver mis episodios de mis series favoritas y a jugar con los dos jueguillos que me entretienen en estos días, Pet Rescue y God of LIght. Iba sentado en pasillo y al lado mío tenía una pareja que iban hacia Granada y que creo que eran estudiantes universitarios, ella era de esas que en otra vida han sido babosa o lapa y básicamente estuvo dos horas y pico sobre el cuerpo de su maromo, agarradita para que no se le escape. La lerda no había volado mucho y él le soltaba unas trolas camufladas como conocimiento avanzado con las que me partía de risa, mientras ella lo miraba como si fuera la mismísima Santísima Trinidad.

Tras el aterrizaje tardamos unos diez minutos en llegar a la terminal ya que la T4 está en el más allá. Todo el mundo sabe lo que pienso de esa mierda del copón pero como el blog es mío, lo repito. Yo arrancaría los brazos, las piernas, la lengua y los ojos al joputa que la diseñó y después lo ponía a trabajar en una bolera. Nos dejaron en el extremo de la terminal y mi avión salía exactamente en el otro extremo. Tiempo de recorrido según los carteles hasta el comienzo de las puertas K de CACA, nueve minutos. Añade los treinta que necesitas para cruzar los bloqueos ocasionados por la gente que quiere entrar en sus aviones ya que el arquitecto se pensaba que estaba construyendo un templo para el tocamiento de niños y no un recinto para mover rápida y eficientemente viajeros y tendrás que crucé de punta a punta arreando codazos y pisotones. A una que yo me sé y que le encanta y que tiene perfil en el CaraCuloLibro debería crear un grupo en el mismo llamado LaPutaMierdaDeLaT4 y seguro que consigue millones de amiguitos. Volví a flipar con los precios de la comida y la bebida en esa bazofia de aeropuerto. Si lo comparas con Schiphol, el nivel de vida de los holandeses es soberanamente inferior a los españoles ya que lo de pagar ocho y nueve leuros por un bocadillo en Holanda no se ve y en Madrid esos son los malos, con una loncha anoréxica de queso caducado y un pan duro que le han quitado a los pobres de algún hogar de acogida para revenderlo allí. Por suerte yo llevaba mi comidita ya que todavía me acuerdo de aquella vez que pedí un cortado en ese aeropuerto y estuve dos días con diarrea.

El embarque en el segundo vuelo fue igual de caótico y en esta ocasión yo formaba parte del contingente del grupo 2 y tenía asiento de ventana. El avión se separó de su cordón umbilical en hora pero después pasamos casi un cuarto de hora en pista esperando por el despegue.

Yendo hacia el norte pasamos cerca de los Pirineos, cubiertos de nieve y espléndidos. Si no puedes ver el vídeo anterior, prueba aquí. Yo seguí con mis series y mis juegos, aunque la segunda compresión después de la primera descompresión es siempre brutal y me entran unas ganas de soltar gas y matar a todo el pasaje y si tenemos en cuenta que mi madre me encochinó el día anterior con lentejas, pues ya os podréis imaginar. Cuando nos acercábamos a Amsterdam vi que íbamos sobre el mar y me temí todo lo peor, siempre y por desgracia acerté. Aterrizamos en la malvada Polderbaan, esa pista que está a ocho kilómetros del aeropuerto y que hace que aterrices y tengas que circular a velocidades de pena por pistas durante veinte minutos, cruzando sobre autopistas y aprovechando para leer tu correo y mandar mensajes, algo que obviamente no hacemos ya que no se puede activar la emisión del teléfono hasta que se abre la puerta y por descontado, todos esos sonidos de mensajes que oye todo el mundo son ficticios y realizados por algún bromista.

Los aviones del grupo liberia y Buelin aterrizan en el más allá, a veinte minutos andando del aeropuerto, en la terminal de pobres y zarrapastrosos y la esperanza era que en esa larga caminata, saliera mi maleta, pero no, aún tuve que esperar otra hora más y así básicamente pasé mi primera hora tras regresar a Holanda, caminando y codeándome con la tropa por un puesto ya que en la misma cinta sueltan todas las maletas de cuatro o cinco vuelos, todos de las compañías de cierto grupo al que pertenecen las dos mentadas al comienzo de este párrafo.

Con mi maleta ya en mi posesión, fui hasta el vestíbulo del aeropuerto, bajé a la estación de tren subterránea y me monté en el que me llevaba a Utrecht. En el viaje aproveché para hacer mis ejercicios diarios de italiano en Duolingo y así mantener mi racha de cincuenta y cuatro días sin dejar de hacerlos. Al llegar a Utrecht fui en guagua hasta mi casa y según entré en la misma, puse en marcha la calefacción y transvasé la comida al congelador, la nevera y la despensa, según los productos. Y así pasé el día de año nuevo, viajando, si contamos todas las horas invertidas, desde que me levanté hasta que entré en mi casa, fueron once horas y media.


8 respuestas a “Regreso a Holanda en año nuevo”

  1. Once horas y media, joder que pasada, Osaca está a 12 horas de aquí, a mi me da cada vez mas pereza todo lo que no sea mi propio coche, claro que ir a Canarias en el es un poco difícil.. 🙂
    Salud

  2. Voy a llamar a mi madre para que este fin de semana me haga lentejas, me has dado envidia, y como las lentejas de mi madre, ningunas.

  3. Jo, yo también tengo ganas de las lentejas de mi madre, pero eso ya es misión imposible, desgraciadamente… 🙁
    Salud

  4. Para mí las mejores son las mías, haciéndolas con la receta de mi madre, pero es que no se puede comparar el agua de garrafa de las Canarias con el agua de manantiales mágicos y maravillosos que suministran a la ciudad de Utrecht, que está reconocida como la mejor agua de Holanda y la única que se embotella y vende para que el resto del país la pueda disfrutar.